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Siete miembros de una familia fueron condenados injustamente por terrorismo en el Reino Unido

La xenofobia antiirlandesa que provocó la campaña terrorista del IRA en el Reino Unido a mediados de los setenta llevó a los cuatro de Guildford a pasar 15 años en la cárcel convictos de unos atentados que no cometieron. La investigación de aquel error judicial acaba de probar que toda una familia -los siete Maguire- padeció igual suerte, y queda por despejar el sino de los seis de Birmingham. "No puedo ver cómo la gente pensó que éramos culpables", dice Annie Maguire, que espera la confirmación judicial de su inocencia.

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Los siete Maguire ya son sólo seis. Uno de ellos, Giussepe Conlon, cuñado de Annie, murió en la cárcel en 1980. "Las últimas palabras que me dijo fueron: 'Mi muerte va a limpiar tu nombre, y cuando lo tengas limpio, limpiarás el mío", recuerda ahora su hijo Gerard. Gerard Conlon, uno de los cuatro de Guildford, salió en libertad el pasado año, y nada más pisar la calle, en una atmósfera cargada de tensión emocional, gritó que también los Maguire y los de Birmingham eran inocentes.Los Maguire -una familia de clase obrera, no activa políticamente y sin conexiones con el nacionalismo irlandés- entraron en la pesadilla después de que Conlon confesara bajo presión policial que Annie fabricaba bombas en casa. El 3 de diciembre de 1974, la policía la detuvo a ella -pistola en la sien y amenaza de disparar-, a su marido, a dos de sus hijos, a su hermano, a su cuñado y a un amigo de la familia que apareció por casa buscando una canguro en el momento en que estaba allí la policía. Los agentes no encontraron explosivos en el hogar, pero unas pruebas forenses revelaron que los Maguire habían manipulado nitroglicerina, y el subsiguiente juicio se saldó con la condena de los padres a 14 años de cárcel, de los otros tres adultos a 12 años y de los dos hijos a cinco y cuatro años, respectivamente. Todos cumplieron los términos legales de sus condenas, 10 años en el caso de la madre, menos Giuseppe.

La investigación del error judicial cometido con los cuatro de Guildford ha mostrado que las convicciones de los Maguire -fundamentadas en una pruebas periciales realizadas por un estudiante en prácticas- no se pueden sostener, en vista de lo cual el Gobierno elevará el caso al Tribunal de Apelación para que sancione la inocencia del grupo. Annie Maguire, de 54 años, y su marido, Paddy, de 57, esperan ahora esa sentencia, con la que pretenden volver a la normalidad. "Dejaré de ser una de los siete Maguire y volveré a ser la Annie Maguire que era", ha declarado la madre al diario The Independent. Su hijo Patrick, de 29 años, que tenía 13 en el momento de la detención y volvió a casa con 18, no está tan seguro.

Además de la futura sentencia, la familia está también pendiente de la eventual indemnización estatal, que para los cuatro de Guildford no bajó de 50.000 libras (unos ocho millones de pesetas), y de la suerte de los seis de Birmingham, a los que están unidos por el vínculo del presunto error judicial.

El ministro del Interior, David Waddington, ha prometido "tener en cuenta las implicaciones que esto puede tener sobre otras condenas", en lo que se interperta como velada referencia a los seis de Birmingham, cuya apelación fue rechazada en 1987 en una vista en la que intervino uno de los científicos criticados por su intervención en el caso ahora resuelto, del que policía, fiscalía y jueces tampoco salen indemnes.

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