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Rabat encarga a un ex torturador supervisar los derechos humanos en el Sáhara

Omar Hadrami concita el odio de muchos militares marroquíes y de un buen puñado de independentistas saharauis. A principios de los ochenta fue el jefe de la seguridad militar del Frente Polisario en los campamentos de refugiados de Tinduf (suroeste de Argelia), donde cometió todo tipo de tropelías.

Pese a este negro historial, el Ministerio del Interior marroquí acaba de nombrar a Hadrami al frente de una "célula saharaui" encargada de supervisar la mejora de los derechos humanos en el Sáhara Occidental, según desveló el pasado fin de semana el semanario Le Journal de Casablanca.

La ONG France Libertés, que preside la viuda del presidente François Mitterrand, acusó a Hadrami, en su informe sobre la de detención de los prisioneros de guerra marroquíes publicado en abril de 2003, de haber ordenado la ejecución de dos militares presos que intentaron evadirse.

La Asociación de Mártires, Desaparecidos y Secuestrados del Sáhara, compuesta por militares marroquíes encarcelados por el Polisario, también le señala como torturador. Aunque con más discreción, algunos saharauis díscolos formulan la misma denuncia.

Hadrami acabó, en 1988, compartiendo la cárcel con sus víctimas antes de que Mohamed Abdelaziz, el actual líder del Polisario, le rescatase en 1989 para enviarlo como representante a Washington. Al año siguiente se pasó a Marruecos. Desarrolló a continuación una brillante carrera administrativa como gobernador de varias provincias, la última la de Settat.

La "célula saharaui" en Interior, integrada también por otros dos ex gobernadores saharauis, fue creada justo antes de que Marruecos difundiese su plan de autonomía para el Sáhara. El esfuerzo que efectuó fue elogiado, el 30 de abril, por el Consejo de Seguridad de la ONU. En su último informe el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, resalta, sin embargo, que Rabat atropella los derechos humanos en la ex colonia.

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