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Reportaje:

Raúl Rivero, un símbolo de la disidencia

El poeta cubano criticó abiertamente al régimen castrista pero sin abandonar nunca la isla

Raúl Rivero Castañeda (Ciego de Ávila, 1945), considerado el mejor poeta cubano de su generación y convertido en un símbolo de la disidencia, ha recuperado la libertad tras ser condenado a 20 años por el régimen castrista en 2003 por "conspirar contra el socialismo". Paradójicamente, Rivero comenzó su carrera literaria y periodística apoyando a Fidel Castro para más tarde distanciarse del oficialismo y finalmente pasar a la crítica abierta al régimen.

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Sus colaboraciones en publicaciones de Miami fueron su principal "delito" y las acusaciones de viejos falsos amigos, como el recientemente fallecido Néstor Baguer -destapado como agente de la Seguridad del Estado infiltrado en la prensa independiente-, se utilizaron como justificación para su condena. Pero mucho antes de que la disidencia interna cubana adquiriera repercusión internacional, El Gordo, como le conocían sus amigos, ya practicaba la crítica irónica. En 1991 fue uno de los firmantes de la llamada Declaración de los intelectuales cubanos, en la que pedían al Gobierno abrir un debate nacional, convocar elecciones parlamentarias y decretar una amnistía para los presos de conciencia. De los diez intelectuales que suscribieron el texto, Rivero fue el único que decidió permanecer en el país.

"Acaban de avisarme que he muerto"

Precisamente ese mismo año, consciente de que con esta Declaración firmaba su "muerte política" Raúl escribió: "Acaban de avisarme que he muerto/ Lo anunció entre líneas la prensa oficial". Con las puertas de la prensa oficial cubana y de las editoriales de la isla cerradas, Rivero fundó en 1995 la agencia independiente Cuba Press para seguir escribiendo desde la libertad.

Poco después, los premios nacionales de literatura que había conseguido con libros como Papel de hombre (1968), Poesía sobre la tierra (1970) y Poesía Pública (1981), y que le habían llevado a ser considerado como el mejor poeta de su generación, quedaron en el olvido, y su obra dejó de difundirse en la isla.

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En enero de 1996 fue detenido e interrogado junto a otros periodistas y el 11 de febrero del año siguiente fue blanco de un "acto de repudio" organizado en la puerta de su domicilio. Al año siguiente el cerco al que le sometía el régimen castrista fue estrechándose, hasta el punto de que fue "amonestado" por la Seguridad del Estado por un artículo en el que informaba del documento crítico "La Patria es de Todos" y posteriormente detenido de nuevo durante cuatro días.

En 1999, durante la Cumbre Iberoamericana celebrada en La Habana, se entrevistó con los entonces jefes del Gobierno español, José María Aznar, y del portugués, Antonio Guterres, generando la indignación del Gobierno cubano. En 2002, se reunió también con el mandatario mexicano, Vicente Fox, durante su visita a la isla, y con el ex presidente norteamericano James Carter.

Condenado por atentar contra la revolución

En marzo de 2003, cuando comenzó la ola represiva contra la disidencia, Rivero denunció en uno de sus artículos la detención masiva de opositores, hasta su propio arresto, el día 20. Apenas unos días después fue condenado a 20 años durante un juicio sumarísimo en el que se le acusó de atentar contra la "independencia e integridad territorial del Estado", de colaborar y recibir recursos de Estados Unidos y de socavar los principios de la revolución cubana.

Antes de su detención había reunido suficiente material para publicar el poemario Recuerdos olvidados, el último que escribió en libertad, y que es una buena muestra de su estilo cáustico y emotivo. "Vivo con libertad / Para elegir / Entre una lista inmensa / De palabras/ Anotar las que quiera/ y pronunciarlas", escribió entonces en su poema Sin censura, uno de los 40 que componen el libro. Su reclusión en la cárcel de Canaleta no le apartó de seguir escribiendo hasta conformar Prueba de contacto, su último trabajo.

Entre otros galardones, Rivero cuenta con el Premio Reporteros Sin Fronteras (diciembre de 1997); María Moors Cabot de la Universidad de Columbia (julio de 1999) y el premio UNESCO/Guillermo Cano de Libertad de Prensa 2004. Además, es uno de los doce periodistas hispanos incluidos en la lista de los "50 héroes de la libertad de prensa", del Instituto de Prensa Internacional (IPI).

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