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Rusia abandona sin dar explicaciones un proyecto científico internacional con sede en Moscú

El Centro Internacional de Ciencia y Tecnología fue creado junto a EE UU, la Unión Europea y Japón, para reciclar a los investigadores militares de la antigua Unión Soviética

De forma abrupta y sin explicaciones, Rusia ha dado por finalizada su participación en el Centro Internacional de Ciencia y Tecnología (ISTC), una institución que fue creada en 1992 en cooperación con EE UU, la Unión Europea y Japón, para reorientar hacia la economía civil a los investigadores del sector militar y armamentísticode los países de la antigua Unión Soviética.

Situado en Moscú, el ISTC tiene una plantilla de unas 150 personas y, desde su fundación, ha invertido más de835 millones de dólares (unos 640 millones de euros) en proyectos en el campo de la energía nuclear, nuevas fuentes de energía, biotecnología, nuevos materiales y medioambiente, y ha creado una red de 90.000 científicos en 39 países.

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En una disposición fechada el 11 de agosto, el presidente Dmitri Medvédev anuncia que, a propuesta del Gobierno (dirigido por Vladímir Putin), suspende la participación de Rusia en los documentos fundacionales del ISTC, que datan de noviembre de 1992 y diciembre de 1993. Rosatom, la entidad responsable de la energía atómica, ha sido encargada de formalizar esta decisión, y, junto con el Ministerio de Exteriores, de informar a los socios, que no han recibido ninguna notificación oficial. Además de los fundadores, en el ISTC participan Noruega y Corea del Sur.

El ISTC fue concebido como un instrumento para evitar la proliferación de armas nucleares y bacteriológicas. Según su primer director ejecutivo, Glenn Schwitzer, su objetivo era "animar al talento dedicado a las armas a reorientarse hacia fines pacíficos en Rusia y otros Estados ex soviéticos en una época de caos económico". En 2005 Barack Obama visitó uno de los proyectos del ISTC en Rusia.

En la actualidad el Centro tiene en marcha 543 proyectos (369 de ellos, en Rusia), por valor de 171,3 millones de dólares (unos 132 millones de euros), y otros 174 en países de la CEI y Georgia, por valor de 62,8 millones de dólares (unos 48 millones de euros), según su director ejecutivo, Adriaan Van der Meer.

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El ISTC ha trabajado en once "ciudades cerradas" rusas, llamadas así por sus instalaciones vinculadas a la industria militar, y según su página web, tiene una cincuentena de proyectos en marchajunto al Centro Nuclear Federal de Sarov (amenazado recientemente por los incendios) con temas como la extinción de fuegos,la autolimpieea del suelo y el transporte de radionúclidos en el agua.

"La mayoría de los proyectos en marcha tienen un plazo de realización pendiente de entre tres y cuatroaños", señala Van der Meer. En los últimos años, el interés de los socios (y la financiación) por el ISTC ha disminuido por razones que incluyen tanto su concepción original como la estructura y la organización. El cese de la participación rusa, efectivo en seis meses tras la notificación oficial, se inscribe en la tendencia actual del Kremlin a revisar y rechazar los acuerdos firmados cuando Rusia se sentía un país débil, señalan fuentes diplomáticas europeas.

Aconsecuencia del fin de la Guerra Fría, muchos científicos militares de la URSS quedaron en paro o vieron reducidos sus medios de subsistencia, lo que los convirtió en blancos potenciales de esquemas de proliferación armamentista. La situación ha cambiado en la medida en que Rusia está más organizada, tiene más recursos económicos y más control.

Moscú y sus socios en el ISTC han creado un grupo de trabajo para estudiar la posibilidad de adaptarlo a los nuevos retos y talvez utilizar la experiencia acumulada en la ex URSS en otras zonas del mundo como Pakistán o Corea del Norte. Los dirigentes del ISTC consideran abierta aún la posibilidad de reformatear la institución, pese a la brusca decisión rusa. Entre las posibilidades teóricas está la de colaborar con Skólkovo, el proyecto mimado del Kremlin para crear un centro de innovación tecnológica cerca de Moscú. En la administración rusa, la concepción de Skólkovo, basada en importar tecnología extranjera en condiciones exclusivas, prima hoy sobre la de desarrollar las "ciudades cerradas" y los akademgorodki, los centros de investigación académica de la época soviética.

"El ISTC tiene una amplia red de científicos internacionales que aúna a los mejores expertos del mundo para discutir temas como los medicamentos resistentes a la tuberculosis, las consecuencias del renacimiento nuclear,el desarrollo denuevos aparatos para detectar el tráfico ilícito de materiales nucleares, y la seguridadde los laboratorios biológicos", señala Van der Meer. El ISTC ha contribuido al desarrollo de nuevosmétodos diagnósticos para descubrir la tuberculosis, nuevas medicinas contra, entre otras, la esclerosis múltiple, unas actividades que encajan en la tendencia de "modernizarRusia", afirma Van der Meer.

Segúnsu director ejecutivo, en España el ISTC tiene estrechos contactos con el Centro de Investigaciones Energéticas Medioambientales y Tecnológicas CIEMAT.

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