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Atentado en Rusia

Rusia endurece la lucha antiterrorista

Fuertes críticas a los servicios de seguridad por no prevenir los atentados en Moscú - El Kremlin prevé reformar la justicia y colaborar más con el espionaje de Occidente

Pilar Bonet

Los dirigentes rusos quieren aumentar la eficacia de la lucha contra el terrorismo tras los atentados del lunes en el metro de Moscú y acallar las críticas sobre las deficiencias de los órganos de seguridad. El número de víctimas se eleva a 39 muertos y 73 heridos, algunos muy graves. El metro funcionó ayer con normalidad, sin una vigilancia policial llamativa, pero el número de pasajeros era muy inferior a lo habitual.

El presidente Dmitri Medvédev consideraba enmiendas legales para intensificar la lucha contra el terrorismo. En una reunión inicialmente dedicada a la reforma del sistema judicial, Medvédev pidió considerar cambios legislativos para "prevenir el terrorismo" y explicó que se refería al "trabajo de diferentes departamentos que deben investigar estos delitos", dando a entender que pretende una mejor organización. El jefe del Estado se expresó con cuidado. De sus palabras, tal como sonaron ante los medios de comunicación, no puede inferirse que las eventuales enmiendas, si se producen, supongan restricciones para la sociedad civil. También se refirió a la legislación que reglamenta procedimientos de seguridad en el transporte y en lugares donde hay aglomeraciones.

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El terrorismo en Rusia se castiga con penas de 20 años y cadena perpetua, ya que la pena de muerte no se aplica por decisión del Tribunal Constitucional, que se basó en la condición de Rusia como miembro del Consejo de Europa en fase de ratificación del protocolo sobre la pena de muerte.

Medvédev se reunió ayer con Ella Pamfílova, la jefa del consejo para el desarrollo de la sociedad civil, entidad formada por defensores de derechos humanos que se caracterizan por su actitud crítica ante cualquier restricción de los derechos cívicos. La tarea de las autoridades rusas, dijo el mandatario, es crear una "vida normal para la gente, con independencia de que resida en el centro de Rusia, en el Cáucaso o en cualquier parte". Esta tarea, subrayó, "es mucho más difícil que buscar y aniquilar a los terroristas". "A los terroristas los hemos aniquilado y los seguiremos aniquilando", dijo Medvédev, e insistió en que "es más complicado crear buenas condiciones para la educación, los negocios y para luchar contra las relaciones de clanes que se han formado en el Cáucaso durante siglos y la corrupción".

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En el blog personal del presidente, pueden leerse diversas propuestas realizadas por los ciudadanos para incrementar la lucha contra el terror y también duras críticas a los órganos de orden público y de seguridad, por no ejercer sus tareas y por la corrupción. La población "teme más a la policía y a los fiscales que a los bandidos", afirma uno de los comentarios.

Mientras tanto, el jefe del Gobierno, Vladímir Putin, debatió ayer sobre medidas concretas para incrementar la vigilancia en el transporte público. Capturar a los terroristas, dijo, es una "cuestión de honor". "Sabemos que están escondidos, pero es una cuestión de honor para las fuerzas de seguridad arrancarlos del fondo de las cloacas y sacarlos a la luz", afirmó el jefe de Gobierno.

Putin consideró muy difícil ampliar la vigilancia de vídeo del metro de Moscú a los 220.000 kilómetros de línea férrea existentes en el país, pero insistió en desarrollar ese método de vigilancia. El vídeo "no pueden evitar los actos terroristas", pero "ayuda a los órganos de orden público a detectar a los cómplices y los organizadores del crimen". Putin instó a "perfeccionar" la legislación de seguridad, para lo cual pidió propuestas a los reunidos.

[El ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, que se encuentra en Canadá en una reunión preparatoria del G-8, dijo ayer: "Sabemos que hay terroristas en la frontera entre Afganistán y Pakistán y que muchos actos terroristas se planifican no sólo en Afganistán y en los países vecinos sino también en Asia central y en el Cáucaso". Lavrov hizo un llamamiento a que la comunidad internacional luche unida contra el terrorismo, con especial atención a sus fuentes de financiación, informa France Presse].

"Es evidente que hay fallos de los servicios de seguridad que no supieron evitar los trágicos acontecimientos", dijo ayer en Moscú Guennadi Gudkov, vicepresidente del comité de seguridad de la Duma Estatal. Refiriéndose a la posibilidad de endurecer la legislación antiterrorista, Gudkov manifestó que "no hay que cambiar nada, hay que cumplir lo que se ha adoptado y aprender a trabajar". El político, un veterano de los servicios de seguridad, criticó las comisiones de servicio de tres meses en el Cáucaso y se pronunció a favor de que los especialistas sean enviados a aquella zona por dos o tres años con el fin de adquirir experiencia. La tragedia en el metro de Moscú ha mostrado, según Gudkov, fallos en las labores de espionaje de los órganos de seguridad de las redes terroristas.

Por su parte, Alexandr Jinshtein, diputado del partido gubernamental Rusia Unida, escribía ayer que los uniformados rusos "se han enlodado tanto en la corrupción y en las intrigas que no tienen tiempo para dedicarse a su trabajo principal". "Ya estamos acostumbrados a que ninguno de nuestros generales responda nunca por nada", señalaba. El dilema del Kremlin era resumido por el politólogo Oleg Pavlovski. En su opinión, las autoridades deben encontrar el equilibrio entre defender a los ciudadanos y proseguir la modernización política y económica sin convertir el país en un campo de concentración.

Una mujer llora a las puertas de la estación de metro de Liubianka, ayer en Moscú.
Una mujer llora a las puertas de la estación de metro de Liubianka, ayer en Moscú.REUTERS

Principales ataques cometidos por mujeres

- 9 de abril de 1985. Una joven libanesa de apenas 17 años, Sana Mhaydalli, al volante de un camión repleto de explosivos, mata a dos soldados del Ejército israelí, que ocupa Líbano. Es el primer atentado suicida cometido por una mujer. En los dos años siguientes otras cuatro jóvenes seguirán su ejemplo en Líbano.

- 21 de mayo de 1991. Thenmuli Rajaratnam, militante del grupo independentista de los Tigres Tamiles, se hace volar y asesina al primer ministro de India, Rajiv Gandhi, en Sriperunpudur, en el estado indio sureño de Tamil Nadu. Es la primera mujer en utilizar un chaleco-bomba. Dos años después, otra tigresa asesina en Colombo al presidente de Sri Lanka, Ranasinghe Premadasa.

- Junio-octubre de 1996. Tres mujeres militantes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán matan a 13 personas en Turquía.

- 27 de enero de 2002. Wafa Idris, de 27 años, hace estallar su cinturón con 11 kilos de explosivos en la calle de Jaffa, en Jerusalén Oeste. Muere un anciano de 81 años y más de 150 viandantes resultan heridos. Es la primera mujer palestina suicida.

- 23 de octubre de 2002. Un grupo de radicales islamistas asaltan el teatro Dubrovka, en Moscú. La mitad de los terroristas son mujeres. En las operaciones de rescate mueren 150 rehenes.

- 12 de mayo de 2003. Dos mujeres chechenas hacen volar un edificio en Znamenskoye, en Chechenia. Causan 60 muertos. En 2003 otras 12 mujeres chechenas protagonizan sendos ataques en Rusia y Chechenia.

- 1 de septiembre de 2004. Un grupo de terroristas chechenos toma una escuela en Beslán, en Osetia del Norte. Entre los asaltantes hay varias mujeres. Mueren 331 rehenes.

- 25 de febrero de 2007. El atentado de una mujer suicida en la Universidad de Mustansitiyah, la segunda más grande de Bagdad, mata a 42 personas. A partir de 2007 los atentados cometidos por mujeres en Irak se intensifican.

- 1 de febrero de 2008. Dos mujeres se hacen volar en dos mercados de Bagdad y matan a 72 personas. La sospecha es que eran disminuidas psíquicas y que las bombas fueron activadas a distancia.

- 3 de febrero de 2009. La policía iraquí informa de la detención de Samira Ahmed Jassim, acusada de haber entrenado a más de 80 mujeres terroristas. Al menos 28 de ellas cometieron efectivamente atentados haciendo estallar

los explosivos que llevaban adosados a sus cuerpos.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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