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Nueva etapa en Francia

Sarkozy reclama para Europa un mayor proteccionismo económico

El presidente francés pide en la Eurocámara una política coordinada de inmigración

Días después de su visita transatlántica y con el patio casero incendiado por una huelga de transportes, el presidente francés Nicolas Sarkozy aterrizó ayer en Estrasburgo para presentar su visión de Europa ante el Parlamento Europeo. En un discurso de media hora y ante un público entregado, Sarkozy defendió una Europa más fuerte, más política y más democrática, y en la que los valores se antepongan a la economía. Pero, sobre todo, el líder europeo más dinámico dejó claro que no piensa abandonar la tradición proteccionista francesa y que, en tiempos de globalización, las medidas para proteger a los empresarios y agricultores europeos son más necesarias que nunca.

"Tenemos que protegernos tanto como lo hacen los demás", afirma
París sólo apoyará medidas que "no conduzcan" a la adhesión turca
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"En la democracia europea que queremos construir, la palabra protección no debe prohibirse", dijo un Sarkozy, cuyas palabras fueron dardos dirigidos contra la apertura comercial y la libre competencia, grandes mantras de la política europea. Hizo también referencia a la necesidad de una verdadera política europea de defensa y de inmigración y no dejó pasar la ocasión de atacar de nuevo a España por llevar a cabo una regularización masiva de inmigrantes.

Sarkozy quiere que la UE proteja a sus empresarios y a la economía europea de peligros de la globalización como el dumping social o ambiental (que aprovecha legislaciones más laxas en otros países para obtener beneficios). Por eso, propone la llamada preferencia comunitaria -doctrina que nació con la Política Agrícola Común en los sesenta- para primar los productos europeos frente a los de otros países, en especial los procedentes de economías emergentes como China, que inundan los mercados europeos. Sus tesis chocan frontalmente con la actual doctrina comunitaria que defiende la apertura y la eliminación de las barreras comerciales y que conforma la posición oficial europea en la Organización Mundial del Comercio. "Si no queremos que un día los pueblos hartos de ser víctimas de la competencia desleal y de los dumpings reclamen de nuevo el proteccionismo y el cierre

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[de los mercados nacionales a productos de fuera], debemos ser capaces de debatir un verdadero sistema de preferencias comunitarias. Tenemos que protegernos tanto como los demás". Fiel a la tradición francesa, hizo hincapié en la defensa de los productos agrícolas europeos.

Pero la mayor parte de su primera intervención ante la Eurocámara la dedicó a reforzar su imagen de europeísta, algo difusa tras su reciente y efusivo viaje a Estados Unidos. En un tono casi mesiánico, explicó que Europa no puede ser sólo una maquinaria administrativa al margen de "los sentimientos y las pasiones humanas", y tranquilizó a los miembros de la Eurocámara al interpretar que los franceses dijeron no a la Constitución europea porque querían más Europa, una Europa más política. "Un no que reflejaba una angustia" de millones de hombres y mujeres que sentían que la UE "no les protegía ante las dificultades de la vida".

El hombre que logró que la Constitución europea se convirtiera en minitratado -hoy Tratado de Lisboa-, sostuvo que el nuevo texto ha resuelto la crisis institucional, pero no la política ni la desconfianza de los europeos en la Unión. Por eso defendió su idea de un comité de sabios que reflexione sobre el futuro de la UE y sobre sus fronteras y las nuevas ampliaciones.

A Turquía, que cree que Sarkozy quiere utilizar este comité para convencer a sus socios europeos sobre la inconveniencia de su incorporación, le cayó otro jarro de agua fría. El presidente francés dijo que sólo apoyará medidas "que no conduzcan a la adhesión de Turquía".

Contentó también a los eurodiputados al sostener que la política de inmigración debe ser una política europea, pero advirtió, en lo que supone una crítica al proceso de regularización español de 2005, que "no se puede pertenecer al Espacio Schengen y regularizar a sin papeles sin avisar a los demás".

Nicolas Sarkozy, en Estrasburgo, con el presidente del Parlamento Europeo, Hans-Gert Poettering.
Nicolas Sarkozy, en Estrasburgo, con el presidente del Parlamento Europeo, Hans-Gert Poettering.AFP

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