_
_
_
_
_
Entrevista:THOMAS SHANNON | Secretario de Estado adjunto para Latinoamérica

"Sería lógico un acuerdo contra el narcotráfico entre Cuba y EE UU"

Desde su nombramiento en octubre de 2005, el estadounidense Tom Shannon, secretario de Estado adjunto para Latinoamérica, ha aplicado una política pragmática apreciada en el continente latinoamericano y en España. Shannon, que acaba de pasar por Madrid tras viajar a Moscú, le dijo a la secretaria de Estado para Iberoamérica, Trinidad Jiménez, que la Administración Bush transmitirá al equipo del presidente Obama que "el diálogo iberoamericano con España es un aspecto esencial" en la política de Estados Unidos en Latinoamérica.

Pregunta: ¿Ha averiguado qué quiere hacer Rusia en Iberoamérica?

Respuesta: He ido a Rusia para reactivar el diálogo sobre Latinoamérica y el Caribe y dejar claro que ni EE UU ni Rusia tienen ningún interés en resucitar la Guerra Fría en el escenario latinoamericano.

"Tememos que los viejos fusiles de Venezuela acaben en el mercado negro"
"El Gobierno cubano es conservador, y está obsesionado por controlar el cambio"
"Tenemos el interés y el deber de ayudar a México contra el narcotráfico"
Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

P. Caracas ha comprado a Moscú armas por casi 3.340 millones de euros: aviones, helicópteros, 100.000 fusiles Kaláshnikov...

R. Dicen que forma parte de un programa de modernización de su armamento, y algo de verdad hay. Pero nos preocupa que puedan provocar otras compras en la región. ¿Y qué se va a hacer con los viejos fusiles? Nuestro temor, que comparten países vecinos, es que acaben en el mercado negro y puedan llegar a los carteles de droga y a redes criminales.

P. ¿Qué futuro tiene un presidente Chávez sin un George W. Bush con el que meterse y con un barril de petróleo a 40 dólares?

R. Eso depende de los votantes en Venezuela. La bajada del precio del petróleo y sus problemas internos indican que él va a tener que preocuparse más por lo que está pasando en Venezuela y menos por América Latina.

P. En la imagen latinoamericana de Chávez, ¿hay un antes y un después del 'por qué no te callas'?

R. Hay partes de Latinoamérica en las que el mensaje de Chávez aún tiene resonancia, pero después de diez años en el poder, ya no es suficiente: tiene que vincularlo con logros, y hay muy pocos logros.

P. La crisis económica está causando tensiones en la región.

R. La crisis va a acelerar el diálogo. Se debe rebajar la tensión. Los conflictos en parte se deben a las nuevas relaciones: hasta ahora se han manejado en estructuras antiguas; superarlas muestra una madurez muy positiva.

P. La Unión de América Latina y el Caribe emanada de la cumbre en Brasil echa a andar sin presencia de EE UU o de la UE.

R. Hay muchas iniciativas de diálogo. La de Brasil es una; la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, ha estado en Panamá con los ministros de Caminos hacia la Prosperidad, con los que hay acuerdos de libre comercio. Los centroamericanos acaban de reunirse en San Pedro Sula... Y en abril está la V Cumbre de las Américas en Trinidad y Tobago. Hay muchos foros, sería un error caracterizar uno como excluyente y los otros no.

P. ¿Cuántas veces ha escuchado decir que EE UU no tiene una política latinoamericana?

R. No tengo dedos en las manos para contarlas...

P. Washington suele contestar diciendo que hay 20 situaciones distintas. Pero la atención no parece suficiente.

R. Primero, Latinoamérica es muy diversa, es más un concepto que una región. No queremos caer en la trampa de creer que podemos tener una sola política. Necesitamos varias que nos permitan construir relaciones sobre realidades diversas. Por eso nuestra política para México y América Central es distinta de la de Brasil y de la de los países andinos o el Caribe. Pero hay aspectos comunes: un compromiso con la democracia y la consolidación de las instituciones, promover la prosperidad y el libre comercio; invertir en salud y educación pública y proteger la seguridad del Estado democrático, entendiendo que las amenazas son transnacionales, que tienen que ver con defender a los Estados del crimen organizado y los carteles. Y segundo, Bush ha sido el presidente más activo en la región desde John Kennedy y la Alianza para el Progreso. Ha duplicado la ayuda financiera, ha visitado la zona en nueve ocasiones, ha participado en tres cumbres de las Américas, ha negociado diez tratados de libre comercio, ha construido una nueva relación con Canadá y México...

P. México está en guerra contra el narcotráfico.

R. Y tiene que ganarla.

P. ¿Cómo? ¿Es suficiente la Iniciativa Mérida?

R. No, la Iniciativa Mérida es un enganche para una relación más estrecha. Pero México no se está enfrentando solo a estos problemas. La iniciativa es un programa de asistencia y cooperación en el que los dos países asumen sus desafíos. Nosotros reconocemos que tenemos un problema de demanda de drogas que provoca confrontaciones dentro de México, y que hay tráfico de armas y lavado de dinero desde EE UU. Tenemos el interés de participar y el deber de ayudar a México en esta guerra.

P. ¿Hay dinero y voluntad para dotar un nuevo Plan Colombia?

R. La Iniciativa Mérida es equivalente al primer Plan Colombia, pero la situación es diferente. No hay guerrilla, es una lucha contra el crimen organizado. La guerrilla vive en la selva: los carteles se mueven en las ciudades, usan telecomunicaciones, bancos... Son más vulnerables; esa es una gran ventaja para México. Hay otras: tienen liderazgo, con el presidente Calderón; hay voluntad política y está el coraje del pueblo mexicano. Y el equipo de Obama entiende muy bien este gran desafío.

P. Acaba de pasar el 50 aniversario de la revolución cubana y el perfil ha sido muy bajo. Casi no se ha celebrado en La Habana...

R. Quizá hay poco que celebrar. La revolución no es el futuro de Cuba.

P. Fidel Castro se va pero se queda, los cambios de Raúl no se concretan, las condiciones de vida de los cubanos empeoran... ¿Qué va a pasar?

R. Hay un gran deseo de cambio. Los cubanos quieren un mejor nivel de vida, conectar con el resto de Latinoamérica y del mundo, vivir en un país moderno. Raúl ha tomado algunas medidas que indican su interés en abrir espacios en el campo económico y social, pero aún no ha articulado sus propósitos. Es un Gobierno conservador, obsesionado por controlar la velocidad del cambio: esto no va a funcionar. Tiene que mostrar confianza en sus ciudadanos y desarrollar un diálogo nacional en el que los cubanos puedan determinar cuál es su futuro.

P. Obama habló de flexibilizar medidas, de mantener el embargo y de "una nueva estrategia". ¿Qué quiere decir eso?

R. Lo sabremos después del 20 de enero. Lo importante es que haya cambios fundamentales en Cuba, como la liberación de los presos políticos, para abrir la normalización.

P. ¿Cabría la posibilidad de llegar a un acuerdo con el Gobierno cubano en materia de lucha contra el narcotráfico?

R. Nosotros no tenemos conversaciones formales con los cubanos sobre esa lucha pero hemos compartido información a veces acerca de esa lucha. Y siendo Cuba una isla importante en el Caribe, donde hay no sólo tráfico de drogas, sino de personas y otras actividades ilícitas, uno podría imaginar este tipo de diálogo. Tratamos de construir un diálogo con los países caribeños que no deje ningún espacio a los narcotraficantes.

P. Así que sería lógico el acuerdo con Cuba contra el narcotráfico...

R. No puedo anticipar lo que hará el próximo Gobierno, pero sería lógico.

P. La revolución, decía, está ya en el pasado. Pero el embargo, mantenido por nueve presidentes, seguramente también...

R. La relación entre Cuba y EE UU tiene raíces históricas que no se pueden ni ignorar ni dejar que sean obstáculos para el futuro. Nuestro propósito es promover la transición pacífica a la democracia. Y siempre tenemos que estar evaluando las herramientas para ese objetivo.

P. ¿Cómo ve el proceso de transición ahora mismo?

R. Los cambios en Cuba van a ser provocados por los cubanos. Son ellos los que van a determinar su futuro. No puedo decir si van a actuar más rápido o más lento, pero desean cambios fundamentales: más libertad económica, más libertad social, una sociedad más abierta, todo lo que lleve a una vida democrática.

Thomas Shannon, secretario de Estado adjunto para Latinoamérica, durante la entrevista en Madrid.
Thomas Shannon, secretario de Estado adjunto para Latinoamérica, durante la entrevista en Madrid.GORKA LEJARCEGI

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_