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Solana trata de desbloquear en Madrid el diálogo sobre el plan nuclear de Irán

Teherán se compromete a responder las dudas pendientes del organismo nuclear de la ONU

Ángeles Espinosa

El jefe de la diplomacia europea, Javier Solana, logró ayer el compromiso del negociador nuclear iraní, Ali Lariyaní, de que su país va a responder a los temas que tiene pendientes con el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), la agencia nuclear de la ONU. Pero el asunto central de la crisis con Irán, la suspensión del enriquecimiento de uranio, seguía abierto. "Vamos a intensificar el ritmo de trabajo", anunció Solana para quien, de acuerdo con las resoluciones de la ONU, la suspensión es "fundamental". Ambos van a volver a reunirse dentro de dos semanas.

"La prensa parece más interesada en la suspensión que nosotros los políticos", declaró Lariyaní durante la comparecencia ante los medios de comunicación. Es la primera vez que el negociador iraní no rechaza de plano la mera mención de esa posibilidad, lo que algunos observadores interpretaron como una señal de que algo se había movido durante las cuatro horas largas de conversaciones que ambos altos funcionarios mantuvieron en el Palacio de La Quinta de la localidad madrileña de El Pardo.

Sin embargo, tal como dejó claro el alto representante europeo, aún no se ha producido "un avance fundamental". "Las conversaciones son difíciles, pero se están haciendo muchos esfuerzos", confió una fuente diplomática europea. Ninguna sorpresa. El propio Solana había señalado antes de la reunión que las posiciones de los iraníes eran "muy rígidas", y les había pedido más flexibilidad para poder "crear las condiciones que permitan iniciar la negociación formal".

A pesar de que no hubo un avance tangible, la delegación iraní se mostró satisfecha por el buen clima en el que se desarrollaron las conversaciones. Los iraníes están convencidos de que "no hay bases legales" para las resoluciones sancionadoras de la ONU contra su país, y esperan que la comunidad internacional acepte que han alcanzado la capacidad de enriquecer uranio, el punto de no retorno que les convertiría en una potencia nuclear.

Gesto de buena voluntad

Ya antes de salir de Teherán, Lariyaní declaró que el enriquecimiento de uranio era innegociable. Sin embargo, el mandato que Solana recibió del G 6 (los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad y Alemania) requiere que Teherán suspenda esas actividades como gesto de buena voluntad para poder sentarse a discutir una fórmula que asegure su abastecimiento de combustible nuclear para usos civiles sin riesgos de proliferación.

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Dada la desconfianza recíproca entre Irán y la comunidad internacional, Solana propuso durante su anterior reunión con Lariyaní en Ankara una doble suspensión: la de las actividades de enriquecimiento nuclear a cambio de la suspensión de las sanciones adoptadas por el Consejo de Seguridad de la ONU. A su llegada a Madrid, el negociador iraní admitió que habían estudiado las sugerencias, pero no mostró demasiado entusiasmo. El representante europeo habría remodelado sus propuestas para tratar de convencer a los iraníes.

Los detalles técnicos quedarían para los especialistas, pero fuentes diplomáticas aseguran que existe margen suficiente para definir qué son las actividades de enriquecimiento de forma que pudiera llegarse a un compromiso. Una posibilidad sería permitir que Irán siguiera haciendo funcionar las centrifugadoras en las que se enriquece el uranio, pero sin introducir el gas de ese mineral con el que se aumenta su pureza hasta convertirlo en combustible nuclear (al 3,5%) o en material fisible para una bomba (a partir del 85%).

Nadie niega el derecho de Teherán a disponer de energía nuclear. Sin embargo, Estados Unidos, la Unión Europea y los países vecinos de Irán temen que su objetivo último es hacerse con armas atómicas. Los dirigentes iraníes lo niegan, pero hasta ahora no han respondido de forma convincente al Organismo Internacional de la Energía Atómica sobre algunos aspectos de su programa que apuntan a un uso militar. De acuerdo con fuentes de esa agencia de la ONU, uno de los interrogantes tiene que ver con un documento en el que se explica cómo transformar el uranio en esferas, una forma que sólo tiene uso armamentístico.

Javier Solana y Ali Lariyaní, en el centro de la imagen, pasean por los jardines del palacio de La Quinta de El Pardo, en Madrid.
Javier Solana y Ali Lariyaní, en el centro de la imagen, pasean por los jardines del palacio de La Quinta de El Pardo, en Madrid.BERNARDO PÉREZ

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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