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Reportaje:

Somalia, un país fuera de control

Amnistía denuncia abusos brutales y generalizados contra civiles

Cada vez que un occidental entra en Somalia dibuja una realidad más dantesca. En un exhaustivo informe sobre este caótico país sin Estado elaborado tras un viaje al norte -en teoría, más tranquilo-, Amnistía Internacional advierte de que la situación se ha deteriorado hasta tal punto que la población civil "sufre homicidios, violaciones y torturas" a mansalva y que los saqueos se han convertido en una "situación generalizada".

Amnistía acusa de atropellos también a las tropas etíopes que invadieron el país en 2006. "Las ejecuciones extrajudiciales de civiles a manos de soldados etíopes han crecido de forma marcada", sostiene la ONG, que censura sus actuaciones "desproporcionadas".

Somalia está inmersa en un proceso de descomposición desde la caída del régimen de Siad Barre, en 1991. El poder central fue liquidado y los señores de la guerra pasaron a repartirse el botín, lo que ha facilitado la extensión de fenómenos como la piratería. Los islamistas estuvieron cerca de unificar una parte significativa del país y crearon algo parecido a un Gobierno central, pero en 2006 Etiopía invadió Somalia con el apoyo de Occidente, temeroso de que el país se convirtiera en refugio de terroristas. Los islamistas cayeron, pero el caos se agravó.

El documento de Amnistía recoge atropellos cometidos por todas las partes, incluido las tropas etíopes. Hay decenas de testimonios como el de Haboon, de 56 años, que cuenta cómo su vecina está en coma tras ser violada por tropas etíopes, que le sacaron los ojos al hermano con una bayoneta. O el de Guled, que describe violaciones en serie y muertos degollados en una espiral de violencia sin fin.

Hoy, Somalia es una especie de zona oscura incluso para las ONG. No está allí directamente ni siquiera la ONU y las ONG trabajan como mucho con entidades locales, a las que visitan cada vez menos por cuestiones de seguridad. El drama humano sin apenas testigos se cuenta también con estimaciones estadísticas: 6.000 civiles muertos en 2007 sólo en la capital, Mogadiscio, 335.000 refugiados en el extranjero, más de un millón de desplazados que viven en condiciones de miseria...

"Somalia nunca ha estado tan mal y la situación empeora día a día", explica en conversación telefónica Guillermo Bettocchi, representante de ACNUR para el país, que trabaja desde Kenia. "Llevo tres años ocupándome de Somalia y cada semana es siempre peor que la anterior", subraya el enviado de esta agencia de la ONU. Y añade: "La emergencia es permanente y no tenemos capacidad para reaccionar por motivos de seguridad". En su opinión, sólo cabe una opción: que Naciones Unidas mande tropas. Pero el caos ha adquirido tal magnitud que la ONU no se atreve a entrar en el avispero.

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Manifestantes en Mogadiscio muestran billetes que se han quedado sin valor por la alta inflación.
Manifestantes en Mogadiscio muestran billetes que se han quedado sin valor por la alta inflación.AFP

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