Teherán bota su primer destructor
Irán añadió ayer un destructor a su material militar de fabricación nacional. La botadura (que se produce apenas dos semanas después de que presentaran un avión invisible, dos no tripulados, un misil antihelicópteros y otro anticarro) mereció la presencia del líder supremo y jefe de las Fuerzas Armadas, el ayatolá Ali Jameneí. Vestido con sus ropas clericales y apoyándose en un bastón, Jameneí criticó la presencia norteamericana en el golfo Pérsico. "Estados Unidos y los sionistas están intentando alentar las divisiones para distraer la atención de los países islámicos de sus principales enemigos, que son EE UU e Israel", dijo Jameneí desde la cubierta del navío. La máxima autoridad política de Irán acusó a las tropas extranjeras de "comprometer la seguridad" de la región. La V Flota norteamericana tiene su base en Bahrein, justo enfrente de las costas iraníes, y Washington ha anunciado el despliegue de misiles Patriot de última generación en varios países de la zona.
El Yamarán, bautizado así en honor a la mezquita del norte de Teherán desde la que predicaba el ayatolá Jomeini, es el primer destructor de fabricación nacional y un hito para su industria naval, que ya está fabricando una segunda unidad. Según PressTV, el navío, de 94 metros de eslora, desplaza 1.420 toneladas y puede alcanzar una velocidad de 30 nudos. Está equipado con misiles antiaéreos, superficie-superficie y antisubmarinos. También dispone de lanzatorpedos, un moderno sistema de radar y helipuerto.
Teherán inició un programa armamentístico autóctono para compensar el embargo estadounidense durante la guerra contra Irak en los años ochenta. Pero el afán por demostrar su autosuficiencia a pesar de las sanciones se ha desbocado durante la presidencia de Mahmud Ahmadineyad. En los últimos años, el país ha asegurado producir sus propios cazas, misiles indetectables al radar e incluso cohetes de medio alcance, lo que sólo ha aumentado las sospechas occidentales sobre las intenciones de su programa nuclear.