_
_
_
_
_

Tepco reconoce que el daño en la central de Fukushima es mayor de lo que se esperaba

El Gobierno japonés anuncia un plan para ayudar a la operadora eléctrica a compensar a las víctimas de la crisis nuclear

El Gobierno japonés ha afirmado hoy que es necesario que Tepco, operadora de la central nuclear de Fukushima, revise su plan para enfriar los reactores de la planta tras conocerse que parte de las barras de combustible están fundidas. Reconociendo el retraso en el plan para controlar la central, el operador de la planta dijo ayer que el reactor 1 había sufrido un daño mucho mayor de lo que se pensaba y que tenía una fuga de agua. La compañía había sospechado que las vasijas de contención en los otros dos reactores estuvieran dañadas y tuvieran una filtración, pero esperaba que el reactor 1 estuviera intacto y, por tanto, más fácil de controlar. Ahora Tepcocree que una fusión parcial perforó el fondo del reactor 1 haciendo que el agua contaminada se filtre a la vasija de contención, y de ahí al edificio que aloja la unidad, informa la cadena NHK. "Creo que es un factor importante que requiere cambios en el plan de Tepco para solucionar el problema", ha explicado hoy el ministro de Industria, Banri Kaieda.

Más información
El Gobierno japonés ayudará a Tepco a pagar las indemnizaciones por Fukushima
Japón anuncia que revisará su política energética tras la tragedia de Fukushima
Diez días que estremecieron al mundo
El mayor fallo de Fukushima es Fukushima
Tepco reconoce que el combustible de los reactores 2 y 3 de Fuskushima está parcialmente fundido

Además el Gobierno acudirá a las arcas públicas y a la contribución obligada de empresas energéticas para ayudar a la operadora de la central nuclear de Fukushima a compensar a las víctimas del desastre atómico causado por el terremoto y el tsunami que el pasado 11 de marzo devastaron la costa noreste del archipiélago. El plan, acordado tras semanas de negociaciones entre el Gobierno, bancos y Tokyo Electric Power (Tepco) -propietaria de la planta- sobre quién debería pagar por la crisis, garantizará que los afectados reciban las compensaciones y "evitará grandes cambios en la factura eléctrica", según el Gobierno. Al mismo tiempo, calmará el miedo de los inversores ante la posible quiebra de Tepco, en caso de que hubiera tenido que hacer frente sola a los pagos. La decisión, revelada hoy, está pendiente del visto bueno del Parlamento, y, aunque ha sido criticada por la oposición, será aprobada probablemente, ya que de lo contrario se retrasaría la ayuda a las víctimas.

El anuncio se ha producido después de que ayer la crisis de Fukushima sufriera un nuevo revés. Tepco aseguró que el daño en el reactor número 1, de los seis que tiene la central, es peor de lo que se pensaba, ya que las barras de combustible habían quedado expuestas al aire temporalmente y se habían fundido, lo que ha provocado un agujero en la vasija de contención por el que el agua se está filtrando. Sin embargo, afirmó que las temperaturas relativamente bajas existentes en la actualidad indican que el combustible está de nuevo bajo agua, lo que ha evitado que alcance el estado crítico y se produzca su completa fusión.

La eléctrica había declarado que esperaba llevar los reactores de Fukushima a parada fría entre octubre y enero próximos, pero el ministro de Industria dijo que los últimos incidentes son "un gran factor, que puede obligar a cambiar la hoja de ruta". El plan de apoyo a Tepco será financiado en su mayor parte con la emisión de bonos especiales, que el organismo que será creado para gestionarlos podrá canjear por efectivo cuando haya que pagar compensaciones. El fondo recibirá también contribuciones de otras compañías con centrales nucleares. El Gobierno está considerando, además, la posibilidad de pedir a los bancos que cancelen algunos de los préstamos concedidos a Tepco antes del terremoto. El montante de las indemnizaciones no ha sido revelado, pero se estima que oscilará entre cuatro y 10 billones de yenes (entre 34.700 y 86.900 millones de euros). A cambio de la ayuda, el Ejecutivo japonés dijo que ejercerá el control de la compañía eléctrica "durante cierto tiempo".

El Gobierno controlará Tepco "durante cierto tiempo"

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Más de 80.000 personas han sido obligadas a dejar sus hogares en un radio de 20 kilómetros alrededor de la central, como consecuencia de la peor crisis nuclear que ha vivido el mundo desde Chernobyl (1986). Los negocios de miles de pescadores y agricultores se han visto también afectados. La planta se encuentra 240 kilómetros al norte de Tokio. El plan de ayuda a Tepco ha sido criticado por algunos diputados, que han pedido medidas que garanticen que el ciudadano no se ve obligado a sufragarlo con sus impuestos y han criticado que el sistema proteja a los accionistas. Algunos japoneses han defendido que se debería haber permitido que la compañía, que tiene un largo historial de errores de seguridad y es conocida por su estrecha relación con los organismos reguladores, quebrara.

La crisis ha llevado al Gobierno a replantearse el sistema de producción eléctrica. Dentro de este proceso, la operadora de la obsoleta central nuclear de Hamaoka -que se encuentra en una zona de alto riesgo sísmico, cerca de una placa tectónica al suroeste de Tokio- ha apagado hoy uno de los dos reactores que tenía en funcionamiento, el número 4. El primer ministro, Naoto Kan, pidió la semana pasada que la planta sea cerrada. La compañía propietaria, Chubu Electric Power, planea comenzar el proceso de detención del reactor número 5 mañana, sábado. Las unidades 1 y 2, construidas en la década de 1970, fueron paralizadas en 2009, mientras que el arranque de la número 3, que se encuentra en mantenimiento desde el año pasado, ha sido retrasado indefinidamente.

Los sismólogos han advertido desde hace tiempo que la región de Tokai, al suroeste de Tokio, sufrirá un terremoto de magnitud 8 o superior en la escala Richter antes de 30 años. Hamaoka está a 200 kilómetros de la capital japonesa. El terremoto y el tsunami del 11 de marzo provocaron más de 15.000 muertos y más de 9.500 desaparecidos.

Un camión de bomberos rocía el reactor número 3 de la central de Fukushima I, en una imagen suministrada por el Ministerio de Autodefensa.
Un camión de bomberos rocía el reactor número 3 de la central de Fukushima I, en una imagen suministrada por el Ministerio de Autodefensa.AFP

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_