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Catástrofe en Japón

Tepco vuelve a equivocarse en el cálculo del nivel de radiaciones en agua subterránea

La Agencia de Seguridad Nuclear Japonesa duda del análisis de radiación 10.000 veces por encima del límite legal.- Militares de Japón y EE UU inician una búsqueda intensiva de desaparecidos, que ya son 16.451 personas

"Es extremadamente lamentable" que Tepco, la compañía dueña de la central de Fuskuhima, haya dado información errónea sobre radiaciones en la planta por segunda vez en una semana, como ha declarado un portavoz de la Agencia Nacional de Seguridad Nuclear e Industrial de Japón, Hidehiko Nishiyama. A la agencia no le cuadra la cifra del nivel de concentración de yodo radiactivo 10.000 veces por encima del límite legal en el agua subterránea en la central, que la eléctrica facilitó ayer, porque hay errores en sus análisis. Lo único cierto es que sí hay altísimas dosis de radiactividad en el agua bajo el edificio de turbinas del reactor 1, pero los datos deben revisarse a la baja porque se han detectado fallos en los programas de evaluación de Tepco de materiales como telurio, molibdeno y zirconio.

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"Tepco se enfrenta a una situación grave y no está consiguiendo responder a las expectativas de la gente, que está muy preocupada. Sus datos deberían ser fiables", ha declarado Nishiyama. Durante esta semana, la empresa tuvo que recitificar los resultados de las pruebas realizadas en el agua de los sótanos del edificio de turbinas del reactor 2.

Los trabajos de la jornada de hoy para estabilizar la central tratan de asegurar que quede espacio suficiente en los tanques para almacenar el agua contaminada con elementos radiactivos que ha estado cayendo en los sótanos de los edificios de los reactores y las zanjas que los unen. Los expertos creen que es esencial sacar el agua de los edificios de turbinas para que estas puedan recuperar sus funciones vitales y estabilizar la refrigeración de los reactores y las piscinas de combustible usado.

El problema es que es difícil estimar cuánta agua hay que almacenar, y si tendrán espacio suficiente en los tanques alrededor de los edificios. Si no lo tuvieran, se barajan opciones como hacerse con un tanque mucho más grande, excavar un enorme agujero para guardarla allí o instalar nuevos tanques, pero ninguna parece demasiado prometedora.

Tepco comenzará hoy a rociar con resina algunas zonas de la planta para evitar que el polvo radiactivo se extienda con el viento y la lluvia. Está previsto que en dos semanas se viertan sobre la planta un total de 60.000 litros de resina.

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La empresa propietaria de la central ha sido criticada también por la Agencia de Seguridad Nuclear japonesa por no asegurar que los trabajadores en la central cuenten con suficientes dosímetros en la central, lo que les obliga a compartirlos, en detrimento de su seguridad. Tepco ha contestado que "a partir de hoy, todos los trabajadores tendrán un dosímetro. Y si algún individuo no puede tener uno, se suspenderán los trabajos".

El tsunami de hace tres semanas dañó los equipos de medición de la central (de 5.000, se quedaron solo con 320), pero aseguran que ayer consiguieron más y ya tienen 420.

Dificultades para volver a la normalidad

La gente quiere saber cuándo se resolverá la grave situación en la central de Fukushima, que afecta a todo el país en mayor o menor medida. Los expertos no lo saben y el primer ministro japonés ha reconocido en rueda de prensa que es "difícil" determinarlo. Naoto Kan ha remarcado que la prioridad de su Ejecutivo es "la salud y la seguridad de las personas" y ha lamentado la situación de los residentes que vivían cerca de la planta y que han sido evacuados.

El Gobierno, con el acto simbólico de quitarse las camisas y pantalones azules de trabajo con los que les hemos vistos vestidos, y volver a ponerse los trajes de chaqueta y corbata habituales, ha cambiado de fase. "He vuelto a ponerme mi ropa habitual porque a partir de ahora pasamos a la fase de rehabilitación y reconstrucción", ha declarado el portavoz Yukio Edano.

El 69% de los colegios de las prefecturas de Iwate, Miyagi y Fukushima fueron destruidos o dañados por el terremoto y el tsunami, lo que complica el inicio del curso escolar, que en Japón es en abril. Unos 1.669 centros no pueden reabrir y otros 323 son utilizados como refugios, según datos del diario Nikkei citados por EFE.

En Tokio, a poco más de 200 kilómetros de la central, la vuelta a clase en las universidades Keio, Meiji y Waseda también ha sido retrasada hasta mayo, en este caso, por los problemas provocados por los cortes de electricidad.

También en la capital, el Grand Prince Akasaka, un hotel de lujo que iba a ser cerrado para ser demolido y reconstruido, va a ser utilizado como albergue para los evacuados del radio de 20 kilómetros alrededor de la central nuclear accidentada. El hotel, famoso sobre todo en los años ochenta por sus vistas nocturnas sobre la ciudad, tiene 700 habitaciones y capacidad para 1.600 personas.

Campaña de búsqueda de tres días

Militares de Japón y EE UU inician hoy una campaña intensiva de búsqueda de tres días de desaparecidos en la que participarán cerca de 25.000 militares en las prefecturas afetadas por el terremoto de magnitud 9 y el posterior tsunami que arrasó la costa noreste de Japón hace tres semanas. El número de personas cuyo paradero se desconoce ha subido cada día hasta 16.451, y hay pocas esperanzas de que se encuentren con vida. Muchos de ellos, además, se teme que hayan sido arrastrados mar adentro por la fuerza del oleaje.

En el operativo intervendrán embarcaciones, helicópteros y unos 18.000 militares japoneses y 7.000 estadounidenses. Con ellos trabajarán la Policía, la Guardia Costera y los Bomberos, según información de la agencia japonesa Kyodo.

Después de tres semanas de búsqueda de sobrevivientes, y lamentablemente, ahora, de cadáveres, quedan por inspeccionar orillas que quedaron sumergidas por la ola gigante -que llegó hasta unos 18 kilómetros en tierra firme-, algunas de las cuales siguen bajo el agua, y desembocaduras de ríos en las prefecturas más afectadas: Iwate, Miyagi y Fukushima. El cambio de mareas previsto para estos días facilitará las tareas de búsqueda.

El peligro de radiactividad, sin embargo, excluye de esta campaña las zonas a menos de 30 kilómetros de la central de Fukushima. Allí acudirá a ayudar, sin embargo, una unidad de 140 efectivos de Marines especializada en emergencias nucleares, según ha informado el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Autodefensa Japonesas, Ryoichi Oriki. Los soldados están entrenados para operaciones de búsqueda y rescate y para limpiar materiales contaminados con radiación elevada, informa la cadena estadounidense NHK. La unidad no tiene por qué entrar en acción de forma inmediata, según Oriki. Antes, las Fuerzas de Autodefensa compartirán información y estudiarán estrategias de actuación.

Las acciones de Tepco suben

Los rumores de que el Gobierno japonés planea tomar el control de Tokio Electric Power Co (Tepco), la empresa eléctrica operadora de la central nuclear Fukushima, a través de una inyección de capital público, han hecho subir sus acciones. A las 9.20 de la mañana (2.20 en la España peninsular), habían subido un 4,1% hasta 485 yenes (4,10 euros), y han llegado incluso a alcanzar un incremento del 8,6%, hasta 506 yenes. De acuerdo con el diario japonés Mainichi, el Ejecutivo no tiene intención de hacerse con más del 50% de la compañía, porque en ese caso se trataría de una nacionalización.

Masayuki Sudo, un portavoz de la NISA, agencia de seguridad nuclear japonesa, ha reconocido que parece improbable que la empresa pueda sobrevivir sin estos apoyos. La intervención de la eléctrica es una posibilidad que lleva mucho tiempo discutiéndose en Japón, tanto dentro de las esferas de poder como en los medios de comunicación, aunque el Ejecutivo lo ha desmentido en varias ocasiones. Lo que sí ha confirmado el Gobierno es su intención de cerrar la central en cuanto sea posible.

La crisis de la central de Fukushima, hasta ahora, ha ido hundiendo las acciones de la compañía. El Gobierno ha reprendido en varias ocasiones a los directivos de la empresa por su controvertida gestión del desastre nuclear; e incluso ha obligado a la compañía a mejorar las penosas condiciones en la que trabajan los operarios en el interior de los reactores averiados. Hasta la subida de hoy, sus títulos habían perdido el 70% de su valor, y la bancarrota aparecía como una posibilidad cada vez más real. De producirse, se complicarían aún más las operaciones para estabilizar Fukushima y obligaría a liquidar deudas con los acreedores, lo que aplazaría indefinidamente el pago de compensaciones a los afectados por el desastre (estimadas por encima de los 96.000 millones de euros, aproximadamente cuatro veces el valor de la empresa, la principal eléctrica de Asia, según una estimación del Bank of America Merrill Lynch que cita Reuters). Aumentaría además el riesgo de cortes eléctricos, un problema que viene afectando severamente a los japoneses desde que comenzó la crisis y que retrasa la normalización del país.

Agentes buscan posibles víctimas mortales entre los escombros de un edificio destruido por el tsunami en Rikuzentakata, en la prefectura de Iwate.
Agentes buscan posibles víctimas mortales entre los escombros de un edificio destruido por el tsunami en Rikuzentakata, en la prefectura de Iwate.LEE JIN-MAN (AP)
Un grupo de Marines estadounidenses rezan por las víctimas antes de empezar a trabajar en Kesennumaoshima, en el noreste de Japón.
Un grupo de Marines estadounidenses rezan por las víctimas antes de empezar a trabajar en Kesennumaoshima, en el noreste de Japón.HARUKA TAKAHASHI, AP

Más impuestos para la reconstrucción de Japón

El Gobierno de Japón necesitaría más de 10 billones de yenes (unos 84.500 millones de euros) en presupuestos de emergencia para poder costear las operaciones de ayuda y reconstrucción después de los devastadores terremoto y tusnami del pasado 11 de marzo.

El viceministro de Finanzas, Mitsuru Sakurai, dijo ayer a los periodistas que ese dinero provendrá posiblemente de nuevos impuestos. Se espera que el Gobierno pida a los japoneses que arrimen el hombro para respaldar la reconstrucción de las amplias zonas asoladas, mientras que la prensa local ya ha adelantado que Tokio está trabajando en una legislación especial para incorporar nuevos impuestos y emisiones de bonos para financiar la recuperación de las infraestructuras.

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