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Timoshenko acusa a su rival de preparar un fraude en las urnas

El Parlamento de Ucrania cambia la ley electoral a tres días de los comicios

Pilar Bonet

La primera ministra de Ucrania, Yulia Timoshenko, no logró frenar ayer una reforma de la ley electoral que, según ella, propiciará el fraude en los comicios presidenciales del domingo, en los que compite con el jefe de la oposición, Víctor Yanukóvich.

Dirigiéndose al mundo, como si de una cuestión de vida o muerte se tratase, Timoshenko convocó con carácter urgente a los embajadores occidentales acreditados en Kiev, a los representantes de la OSCE (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa) y a los medios de comunicación para denunciar las enmiendas que introducen cambios en la ley y tratar de evitar que el presidente saliente, Víctor Yúshenko, las avalara con su firma.

El presidente saliente apoya la reforma impulsada por el líder opositor

Fue en vano, porque Yúshenko suscribió ayer las modificaciones legislativas que habían sido aprobadas el miércoles en una tormentosa sesión de la Rada Suprema (Parlamento) en la que los diputados bloquearon la tribuna de oradores, se insultaron y llegaron a las manos.

Pese a la oposición del grupo parlamentario de Timoshenko, la Rada aprobó las enmiendas con una mayoría de 233 votos (de un total de 450), incluidos los del partido Regiones (dirigido por Yanukóvich), los comunistas y también 29 diputados del grupo de Víctor Yúshenko.

Detrás de un asunto de apariencia técnica, difícil de comprender fuera del campo de batalla ucraniano, está la desconfianza mutua de los candidatos, convencidos ambos de que van a obtener la victoria y también de que su adversario tratará de arrebatársela. Las enmiendas aprobadas regulan la organización del trabajo de los colegios electorales (integrados de forma paritaria por representantes de los dos candidatos) y permiten, entre otras cosas, que éstos puedan funcionar (es decir asegurar la votación ciudadana) con una mayoría simple de sus miembros y no una mayoría de dos tercios, como era el caso hasta ahora.

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Regiones inició la modificación de la ley por temor a que los representantes de Timoshenko planearan boicotear (por el simple hecho de no acudir) el funcionamiento de los colegios situados en zonas favorables a Yanukóvich, lo que supondría que no se podría contabilizar esos votos.

Los seguidores de la primera ministra, por su parte, creen que Regiones trata de excluirlos de los colegios. Medios diplomáticos con experiencia electoral opinaban ayer que tanto la versión original de la ley como la enmendada permiten unos comicios normales en el supuesto de que haya voluntad de las partes. Pero el cambio de las reglas de juego entre las dos vueltas produce confusión y va en contra de las recomendaciones efectuadas por los observadores de la OSCE. Anatoli Gritsenko, jefe del comité de seguridad de la Rada, uno de los que pidieron a Yúshenko no firmar la ley, solicitó que se convocara una sesión del Consejo de Seguridad con la participación de los dos candidatos.

Timoshenko ha dicho que planteará el tema al Consejo de Europa y ha calificado la firma de Yúshenko como "una sentencia de muerte a la democracia y las elecciones limpias en Ucrania". La primera ministra amenazó con organizar una protesta en la calle en caso de que no se garantice una "honrada expresión de la voluntad popular".

La votación de la Rada y otra anterior para destituir al ministro del Interior han evidenciado que Regiones puede contar con una coalición (por ahora in péctore) parlamentaria (con parte del grupo de Yúshenko y eventualmente el grupo del jefe del parlamento Vladimir Litvin) si Yanukóvich vence en las urnas.

Yulia Timoshenko, tras la rueda de prensa celebrada ayer en Kiev.
Yulia Timoshenko, tras la rueda de prensa celebrada ayer en Kiev.REUTERS

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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