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Entrevista:

"Tuve que gobernar desde el infierno", afirma Fujimori

Alegato final del ex presidente peruano ante el tribunal que le juzga por violaciones de los derechos humanos

Alberto Fujimori fue ayer el protagonista del penúltimo acto de su juicio. El ex presidente peruano, el primer procesado por violaciones de los derechos humanos en un tribunal de su propio país, ejerció su derecho a la autodefensa, en un discurso de más de dos horas que continuará mañana. Es el último trámite de un juicio que ha durado 15 meses, y por el que han pasado un centenar de testigos. Se espera que la sentencia se firme después de Semana Santa.

Fujimori volvió a declararse inocente, pero su discurso pareció más un testamento político que una defensa. El ex mandatario entre 1990 y 2000 hizo un detallado recuento de su política antiterrorista, dividido en temas como la recuperación de las prisiones, la intervención en las universidades y la participación de población en la lucha.

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"Tuve que gobernar desde el infierno, ningún presidente recibió un país peor", señaló al inicio, para luego añadir: "Transcurridos los años puedo decir con convicción que mi estrategia de pacificación fue la correcta". Fujimori, en cambio, apenas mencionó las matanzas de Barrios Altos y la universidad La Cantuta, por las que es juzgado y en las que en total murieron 25 personas.

"¿Cómo podría concebirse que la matanza de Barrios Altos, apenas a 500 metros de palacio de Gobierno, pudiera formar parte de mi política? No tiene ninguna lógica", dijo sobre la primera. Y sobre la segunda, señaló: "Como hombre universitario, me dolió en el alma que un grupo de militares causara un daño irreparable a miembros de la comunidad universitaria". Fujimori no se ocupó del otro delito que se le imputa, el secuestro del empresario Samuel Dyer y el periodista Gustavo Gorriti, en 1992. Tampoco responsabilizó de los actos a su asesor Vladimiro Montesinos Torres, aunque todavía resta una sesión más.

El ex presidente alegó que la fiscalía no ha presentado pruebas firmes que demuestren que él ordenó, conoció o encubrió las actividades del grupo Colina (destacamento clandestino del ejército al que se atribuyen las matanzas). Para la fiscalía, que pide 30 años de prisión, están plenamente demostrados el conocimiento y la participación de Fujimori en la guerra sucia a partir de hechos como una felicitación presidencial a los militares que participaron en las matanzas, entre otros.

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Fujimori pareció más preocupado por el juicio de la historia que por el que tenía enfrente. "Cuando el Perú esté depurado de pasiones nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos estudiarán los sucesos. ¿Qué nombre leerán cuando estudien el capítulo de la paz?", inquirió.

El ex presidente peruano Alberto Fujimori, durante su defensa.
El ex presidente peruano Alberto Fujimori, durante su defensa.REUTERS

"El presidente tiene un poder..."

"En el Perú, el presidente tiene un poder: no puede hacer presidente a quien él quiera, pero sí puede evitar que sea presidente quien él no quiere". La frase, rematada con un provocador "yo lo he demostrado", fue pronunciada por el actual mandatario, Alan García, en un encuentro público con banqueros de Latinoamérica el martes pasado y levantó una gran polvareda, porque trajo de vuelta el recuerdo de la campaña electoral de 1990, cuando Mario Vargas Llosa optó a la presidencia y fue derrotado por Alberto Fujimori, un candidato salido virtualmente de la nada, en una campaña en la que García —que debía entregar la banda presidencial al sucesor— tuvo una participación activa.

Aunque él mismo intentó aclarar sus palabras, y sus partidarios y ministros señalaron que lo que intentaba era demostrar ante los potenciales inversores que el orden político y económico del país iba a mantenerse, la oposición cargó contra el presidente por lo que se calificó como un grave exabrupto. Ollanta Humala, líder del Partido Nacionalista, se sintió directamente aludido y señaló que era un anuncio de que García pretendía interferir directamente en las elecciones de 2011.

El último sondeo de Ipsos Apoyo coloca a Humala en tercer lugar en la intención de voto, con un 13%. Le superan el alcalde de Lima, Luis Castañeda, y Keiko Fujimori, ambos, con un 16%. La popularidad de la hija del ex presidente Alberto Fujimori es de las más altas, pese a que su padre está sometido a juicio por las matanzas de Barrios Altos y la Universidad de La Cantuta; según la misma encuesta, sólo un 14% de los peruanos le considera inocente de los cargos.

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