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La UE y EE UU pactan un acuerdo para compartir datos de pasajeros aéreos

Washington pedirá información a las aerolíneas si percibe una amenaza terrorista concreta

La UE y EE UU acordaron ayer, tras más de nueve horas de negociaciones, un nuevo régimen de compartir los datos sobre pasajeros de líneas aéreas que facilita su disponibilidad a las entidades norteamericanas implicadas en la lucha contra el terrorismo. De momento, Washington deberá conformarse con los 34 datos que ha venido recibiendo desde 2004. El acuerdo, que entrará en vigor la próxima semana, fue recibido con "enorme alivio" por las compañías aéreas, que ven cómo acaba la inseguridad jurídica en que venían operando desde el pasado día 1.

"Hemos decidido los europeos dar los datos al Departamento de Seguridad Interior [de EE UU], que a su vez los facilitará a otras agencias norteamericanas que luchan contra el terrorismo", explicó el vicepresidente de la Comisión Franco Frattini, responsable de Justicia Libertad y Seguridad. "No hablamos de más datos sino de hacer más fácil su transmisión entre agencias", prosiguió.

La legislación norteamericana exige que los distintos entes implicados en la lucha antiterrorista compartan informaciones. Esas entidades no tendrán acceso directo a los datos de los viajeros, sino que deberán solicitarlos al Departamento caso por caso, previa justificación de su necesidad, y siempre que la agencia en cuestión se comprometa a mantener niveles de protección de la información semejantes a los del propio Departamento de Seguridad Interior.

La novedad con respecto al sistema de 2004, anulado en mayo por el Tribunal de Justicia de la UE, es que el Departamento tendrá que pedir ahora los datos a las compañías aéreas -y lo podrá hacer incluso con más de 72 horas de antelación si percibe "una amenaza concreta"- mientras que hasta ahora eran las autoridades norteamericanas las que accedían a las bases de datos de las aerolíneas en busca de las informaciones. "No hay acceso directo", subrayó Frattini. "Eso fue uno de los principales motivos de discusión con el Parlamento Europeo, que pidió con fuerza el cambio del sistema de sacar los datos al de dar los datos". A pesar de esa concesión, las primeras reacciones en la Eurocámara fueron negativas.

El cambio de extraer a entregar supone modificaciones tecnológicas que llevarán algún tiempo por lo que el nuevo sistema no entrará en vigor, como pronto, hasta finales de año. Hasta entonces, Washington seguirá accediendo directamente a los datos de las compañías, en un amplio abanico que comprende desde la filiación del viajero al modo de pago o las veces que ha perdido vuelos en el pasado.

Las compañías aéreas, que transportan cada día 105.000 pasajeros entre ambas orillas del Atlántico, celebraron el fin de la incertidumbre legal en que se movían, amenazadas por Washington con multas y con no poder volar si negaban el acceso a los datos y sometidas al riesgo de potenciales demandas de pasajeros por violación de la intimidad. La Asociación de Líneas Aéreas Europeas considera que el acuerdo "permitirá que los datos sigan siendo transferidos a EE UU de la misma manera que contemplaba el acuerdo de 2004". Su portavoz, Françoise Humbert, habló de "enorme alivio".

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El acuerdo estará en vigor hasta el 31 de julio del año entrante. A principios de 2007, la UE y EE UU comenzarán a negociar un nuevo tratado que se espera más duro que el cerrado ayer. Michael Chertoff, secretario de Seguridad interior norteamericano, se felicitó por el compromiso, pero también apuntó que próximamente empezará a tratar con los europeos sobre cómo elevar el nivel de seguridad para todos los viajeros a escala global.

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