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Europa cumple 50 años

La UE alcanza sus 50 años en crisis

Con 27 países, la mayor economía del mundo y medio siglo sin guerras, la Unión celebra el Tratado de Roma con dudas sobre el futuro

Andreu Missé

"Sacar a Europa de la crisis". "Encontrar una salida a la crisis". Esta es la cantinela que más se oye estos días en los foros europeos y a la que deberán dar una respuesta convincente los líderes de los 27 Estados miembros que se reunirán los próximos 24 y 25 para celebrar el 50º aniversario del Tratado de Roma, que dio origen al proyecto europeo. La imagen de crisis por la que atraviesa la UE está tan arraigada que el propio presidente de la Comisión, José Manuel Durão Barroso, ha tenido que salir al paso "contra la moda de la crisofilia" que invade el debate político.

El proyecto político se encuentra atascado institucionalmente desde el año 2005
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El proyecto europeo, que ha logrado su objetivo esencial de evitar la guerra entre sus asociados durante más de medio siglo, se encuentra atascado institucionalmente tras el rechazo en 2005 de Francia y Holanda, dos países fundadores, al Tratado Constitucional. A pesar de que posteriormente nueve Estados lo ratificaron, otros siete han aplazado pronunciarse a la espera de un nuevo texto.

Para el primer ministro luxemburgués, Jean Claude Juncker, la crisis es mucho más profunda. "El no de Francia y Holanda", ha señalado, "no son la causa de la crisis, sino que simplemente la han hecho más visible". También Jacques Delors, que lideró el proyecto comunitario durante una década (1985-1994), considera que la crisis es la "peor de su historia".

La historia de la UE ha sido, no obstante, una sucesión de tropiezos y acuerdos de última hora desde que el 25 de marzo de 1957 seis países (Francia, Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Italia y Alemania) firmaron dos Tratados que daban existencia a la Comunidad Económica Europea (CEE) y a la Comunidad de la Energía Atómica (EURATOM). El ministro francés Robert Schuman, el canciller alemán Konrad Adenauer y las ideas de Jean Monet fueron los impulsores del proyecto.

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Los comienzos ya fueron difíciles. La Comunidad nació coja por la negativa del Reino Unido a incorporarse, amparándose en los lazos comerciales con sus colonias. Después fue el francés Charles De Gaulle, quien puso el veto al ingreso de los británicos, que se incorporaron en 1973. En 1965, De Gaulle también protagonizó la crisis de la silla vacía al retirar sus representantes de las instituciones comunitarias. La caída del muro de Berlín en 1989 y la posterior ampliación a los países del Este en 2004 completada este año con la entrada de Bulgaria y Rumania dieron un nuevo impulso al proyecto europeo hasta convertir a la Unión Europea en la primera potencia económica y comercial del mundo, con casi 500 millones de habitantes.

Ante la posibilidad de nuevas ampliaciones de la Unión a otros países, especialmente por el caso de Turquía, se ha vuelto a crear una sensación de vértigo, cuando no una fuerte oposición. Aunque un 46% de los ciudadanos apoyan nuevas ampliaciones, este respaldo es muy bajo en algunos Estados, como Alemania (30%), Austria (31%), Francia (34%) y Reino Unido (36%).

Un tercer frente de problemas es el derivado del creciente envejecimiento. En 2010, habrá más europeos en sus sesenta años que en sus 20. Si no cambian los hábitos sociales, la UE verá reducida su población en 50 millones de personas para 2050.

Con este panorama de crisis formal, por la falta de un Tratado que permita un funcionamiento ágil de la UE, y crisis de fondo provocada por los desafíos de la globalización y la potencia de los nuevos países emergentes, como China, India y Brasil, la canciller alemana, Angela Merkel, intentará el próximo fin de semana en Berlín que los 27 firmen una Declaración para "buscar los próximos pasos que deben darse en la construcción del proyecto europeo común", como ha explicado la comisaria de Política, Danuta Hübner.

Merkel tiene previsto apoyarse en éxitos como el euro, que ya utilizan 13 países, o el acuerdo de Schengen, que elimina los controles fronterizos en 12 Estados, para afrontar los nuevos retos. La aspiración de la canciller es preparar el terreno para que en junio, conocido el resultado de las presidenciales de Francia, pueda trazar una hoja de ruta que saque a la Unión del marasmo durante 2009.

Fuente: The Economist
Fuente: The EconomistEL PAÍS

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