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La UE congela la negociación con Turquía y revisará sus cumplimientos cada año

Los Veinticinco abordarán el aislamiento económico del norte de Chipre en enero de 2007

Andreu Missé

Las negociaciones de adhesión de Turquía a la Unión Europea se congelarán. Los ministros de Exteriores de los Veinticinco acordaron ayer suspender las negociaciones sobre ocho de los 35 capítulos y no cerrar definitivamente ninguno de los restantes hasta alcanzar un consenso sobre las negociaciones. Los titulares de Exteriores de los Veinticinco redoblaron sus esfuerzos para evitar que el asunto de Turquía monopolice la próxima cumbre de jefes de Estado y de Gobierno que se celebrará en Bruselas el jueves y el viernes. "Ésta no será una cumbre turca", manifestó el finlandés Erkki Tuomioja.

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El acuerdo descarta aplicar una revisión "política" de los cumplimientos de Ankara sobre la apertura de sus puertos y aeropuertos a Chipre dentro de 18 meses, como habían exigido los países más reticentes a la entrada de Turquía a la UE, Grecia y Chipre, principalmente.

El Consejo acordó ayer que la revisión sobre este compromiso, llamado protocolo de Ankara y firmado en septiembre de 2005, se efectuará por la Comisión Europea en el marco de su informe anual en los años 2007, 2008 y 2009. La revisión será de carácter técnico y no "político", como pretendían Grecia y Chipre, lo que hubiera implicado un examen más duro e incierto por su vinculación a la coyuntura del momento.

Con el protocolo, la UE intentó que las autoridades turcas reconocieran implícitamente a Chipre mediante un acuerdo que regulara las comunicaciones de transporte entre la isla y Turquía. El Gobierno turco firmó el protocolo, pero acto seguido precisó que ello no implicaba el reconocimiento de Chipre. Las reticencias turcas están relacionadas con su malestar por el aislamiento económico y comercial de la parte norte de la isla, de población turcochipriota.

La división de la isla de Chipre y las malas relaciones entre ambas comunidades está perturbando todo el proceso de las negociaciones de adhesión de Turquía a la Unión Europea. La isla se partió en 1974 tras la invasión por Turquía de la parte norte, como respuesta a las decisiones adoptadas por las autoridades de Nicosia, que querían imponer su ley en toda la isla con el apoyo de los militares griegos tras su golpe de Estado.

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El acuerdo, que supone un respaldo a la propuesta de la Comisión Europea, se alcanzó, tras una jornada de intensas negociaciones, en las que se aplazó hasta enero la solución para poner fin al aislamiento de la parte de turcochipriota de la isla. En cierta medida, este aplazamiento fue una concesión a Chipre y a Grecia, que pedían una suspensión de las negociaciones más amplia, que algunas fuentes llegaron a cifrar en 12 o 17 capítulos. Francia y Austria han dado sistemáticamente soporte a Chipre y Grecia, reforzando así el frente de rechazo a la entrada de Turquía a la UE.

A lo largo de la jornada, la presidencia finlandesa logró acercar las posiciones. El titular de Exteriores de París, Philippe Douste-Blazy, manifestó ayer que "la posición de la Comisión (que recomendó suspender las negociaciones en ocho capítulos) es un punto de equilibrio que no conduce a la ruptura con Turquía, pero que dirige una señal clara a Turquía para que respete los compromisos adquiridos".

Por su parte, los países que habían estimado excesiva la pena recomendada por la Comisión a Turquía (España, Reino Unido, Suecia, Italia, Polonia, Estonia y Lituania) cedieron en sus posiciones en aras a alcanzar un acuerdo. Estos países consideraban que la suspensión sólo debía afectar a los tres capítulos relacionados con el protocolo adicional (unión aduanera, transporte y libre movimiento de mercancías). Los otros cinco capítulos suspendidos son: derecho a establecimiento y libertad de prestación de servicios; servicios financieros, agricultura y desarrollo rural, pesca y relaciones exteriores.

El ministro de Asuntos Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos, manifestó ayer que "España siempre supeditaba sus posiciones al interés comunitario" para favorecer acuerdos. Moratinos hizo ayer una abierta defensa de la integración de Turquía a la UE. "España es una fiel defensora de la entrada de Turquía en la Unión Europea, porque queremos una Turquía moderna", precisó. El ministro afirmó que durante los últimos meses la diplomacia española había efectuado muchas gestiones para "alcanzar un entendimiento".

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