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Reportaje:

La UE descubre el potencial de la India

La presidencia francesa impulsa un acuerdo de libre comercio y de cooperación nuclear con Nueva Delhi

La India ya no es sólo para Europa un mercado suculento donde hacer buenos negocios, ni la gran fábrica mundial de expertos informáticos que nutren la industria del ciberespacio; es también una gran potencia política global con la que hay que contar para cualquier iniciativa, especialmente las que inciden en el rompecabezas de Asia Central. Europa es el primer socio comercial de la India con un intercambio anual de bienes y servicios de 60.000 millones de euros, por delante de China y EE UU. Pero en contra de lo que daría a entender la visibilidad de algunos de sus grandes empresarios, la India no es más que el noveno inversor en la economía europea.

Dispone de 22 reactores y gastará 100.000 millones en nuevas centrales

En Nueva Delhi existe la sensación de que Europa no valora el peso político de la India. Esto está empezando a cambiar. El primer ministro indio, Manmohan Singh, a quien acompañaba un grupo de importantes empresarios de su país, fue recibido con alfombra roja en Marsella, con motivo de la cumbre entre la UE y la India. Junto a Nicolas Sarkozy, en su condición de presidente de turno de la UE, le esperaban el presidente de la Comisión, José Manuel Barroso, y el representante de la diplomacia europea, Javier Solana.

La principal conclusión de la jornada fue el anuncio de que en el plazo de un año debería firmarse un acuerdo de libre comercio entre ambas partes, lo que supondría que el intercambio comercial alcance los 100.000 millones. Por otra parte, Europa se compromete a facilitar la entrada de estudiantes indios, que ahora prefieren las universidades norteamericanas.

La cumbre se cerró con un canto a un "partenariado estratégico" basado en "valores compartidos de democracia y derechos humanos, libertades fundamentales, incluidas las religiosas, pluralismo, Estado de derecho y multilateralismo". Sobre las recientes violencias que ha sido objeto la minoría cristiana en la India, Singh señaló que su Gobierno había enviado "fuerzas especiales a los lugares donde se produjeron las agresiones", y que esperaba que pronto se recuperara la calma.

Pero el auténtico telón de fondo de la cumbre de Marsella, así como de la bilateral celebrada ayer en París, ha sido la energía nuclear. Potencia nuclear desde hace décadas, en función de su conflicto con Pakistán, la India estaba marginada del club atómico por no haber firmado el Tratado de No Proliferación, lo que le impedía acceder al material nuclear civil para sus centrales.

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Todo eso ha cambiado ahora. La Administración norteamericana fue la primera en firmar con Nueva Delhi, en 2005 pese a las muchas críticas, un pacto nuclear. La visita de Singh a Washington la semana pasada coincidió con la ratificación de este texto por la Cámara de Representantes. Hoy debe aprobarlo el Senado. Por otra parte, el 6 de septiembre, el Grupo de Proveedores Nucleares acordó el estatuto derogatorio para poder comerciar en el ámbito de la energía nuclear civil.

Sarkozy fue claro en Marsella. "¿Cómo podemos hablar del problema del cambio climático y al mismo tiempo negarle a la India el acceso a la energía nuclear, la fuente más limpia de energía?", dijo. "Confiamos en la India y confiamos en su primer ministro", añadió. La India dispone de 22 reactores atómicos y pretende reforzar su capacidad de producción de energía con nuevas centrales, un mercado que podría significar en torno a 100.000 millones de euros durante los próximos 15 años.

Pero la India tiene muchos pretendientes; empezando por Rusia, su aliado histórico, que ya construyó en el pasado una central en el Estado de Tamil Nadu. El consorcio nuclear francés Areva ha ofrecido ya dos reactores de nueva generación EPR. También compiten la norteamericana Westinghouse Electric Company, la alianza General Electric-Hitachi y la agencia de energía atómica rusa Rosatom, preseleccionados en agosto, junto a Areva, por la India.

Ayer, en París, Sarkozy y Singh firmaron una serie de acuerdos bilaterales entre los que destaca el de Cooperación Nuclear Civil, el de Defensa y el Espacial. Francia es uno de los principales apoyos de la India en su empeño de ocupar un escaño permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU, así como de abrirle la puerta al G-8.

Nicolas Sarkozy (izquierda) saluda al primer ministro indio, Manmohan Singh, en el Elíseo.
Nicolas Sarkozy (izquierda) saluda al primer ministro indio, Manmohan Singh, en el Elíseo.REUTERS

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