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La UE intensifica su presión para que Praga firme el nuevo tratado

Andreu Missé

La Unión Europea intensifica sus acciones para que el presidente checo, Václav Klaus, no retrase la rúbrica del Tratado de Lisboa. Tras la ratificación de Irlanda, a través de referéndum, el Tratado de Lisboa, que agilizará y potenciará el funcionamiento de la Unión, está pendiente de un recurso presentado por 17 senadores checos al Tribunal Constitucional de su país y de la rúbrica del presidente polaco, Lech Kaczynski y de Klaus.

El primer ministro sueco, Fredrik Reinfeldt, presidente de turno de la Unión, manifestó en una entrevista a Le Monde, que el presidente checo, "deberá firmar" el tratado a pesar de su escepticismo. Reinfeldt declaró que partía "del principio de que después de una segunda decisión del tribunal que dirá que el tratado no está en conflicto con la Constitución checa, Klaus deberá firmar". El presidente de la UE advirtió de que "las amenazas serían contraproducentes" y señaló que Klaus no ha respondido a sus llamadas telefónicas para hablar del asunto.

Reinfeldt y el presidente de la Comisión, José Manuel Barroso, han convocado al primer ministro checo, Jan Fischer, a una reunión mañana en Bruselas para analizar la situación.

También Francia lanzó una clara advertencia al presidente Klaus para que no torpedee la entrada en vigor del nuevo tratado. El secretario de Estado para Asuntos Europeos, Pierre Lellouche, pidió a los checos que "no se perdieran en circunloquios dilatorios". Igualmente aconsejó a los británicos que "no se aislaran en una actitud antieuropea". Desde el aplastante resultado del referéndum irlandés, la posición de Klaus, sin embargo, se ha ido debilitando considerablemente y ha empezado a dar muestras de ello. A la petición de David Cameron, líder de los conservadores británicos, de que retrasase la firma del tratado hasta las elecciones del Reino Unido en junio, Klaus ha respondido que "me temo que el pueblo británico debería haber hecho algo realmente mucho antes y no precisamente ahora, demasiado tarde y diciendo que está esperando mi decisión".

Por su parte el presidente polaco, Lech Kaczynski, está dispuesto a rubricar el texto pero advirtió que no tenía prisa, según Wladyslaw Stasiak, un colaborador próximo. En este sentido añadió que aunque el propósito de Kaczynski era rubricar el texto "nadie dijo que se haría en las horas después de los resultados del referéndum".

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