La UE intenta avanzar hacia una política energética común
Los Veintisiete fijan un mínimo obligatorio del 10% de biocarburantes para 2020
Los ministros de Energía de los Veintisiete avanzaron ayer hacia la construcción de una política energética común de la Unión Europea al suscribir las líneas maestras propuestas por la Comisión el pasado 10 de enero y adoptar ciertas medidas concretas. El Consejo aprobó fijar un mínimo obligatorio del 10% de uso de biocarburantes para 2020 y que las interconexiones de gas y electricidad supongan un 10% de la capacidad instalada.
El Consejo, sin embargo, no logró el consenso necesario para establecer un "mínimo obligatorio" del 20% de uso de energías renovables para 2020, tal como pedía la Comisión. Los ministros también tuvieron que aplazar la discusión sobre la segregación de las actividades de transporte y generación de las grandes empresas para eliminar los obstáculos a los nuevos competidores. Ambos asuntos se volverán a plantear en el Consejo Europeo de junio.
Todo el debate energético adquiere cada vez un perfil más político, como señaló ayer el comisario de Energía, el letón Andris Piebalgs, al recordar el último acuerdo sobre el precio del gas entre Bolivia y Brasil, "que ha sido adoptado por los Estados y no por las empresas". La creciente exhibición de fuerza "energética" del presidente ruso, Vladímir Putin, a través de sus conglomerados, como Gazprom, está provocando una rápida toma de conciencia en la UE para presentarse como un único interlocutor ante Rusia, de la que se tiene una fuerte dependencia en gas, petróleo y carbón.
La canciller Angela Merkel, presidente de turno de la UE, intensificará sus gestiones para sacar adelante un acuerdo sobre energías renovables y el paquete energético en su conjunto, en la próxima cumbre de jefes de Estado o de Gobierno del 8 y 9 de marzo.
Piebalgs anunció que el plan de la Comisión es lograr el apoyo suficiente en la cumbre de marzo y en el Consejo de Energía de junio para pasar a "una fase legislativa en otoño". La Comisión está preparando varios proyectos de directivas y reglamentos para reformar el mercado interior y desarrollo técnico de las energías renovables, para antes de que finalice el año.
El ministro español de Industrial, Comercio y Turismo, Joan Clos, destacó que el acuerdo para aumentar las interconexiones de la capacidad instalada en gas y electricidad "es un salto cuantitativo". El ministro recordó que en la situación actual, la interconexión en España es sólo del 3%.
En relación con los objetivos para fijar un mínimo obligatorio del 20% de uso de energías renovables, los debates de los dos últimos días han supuesto un avance. Ya son 10 los países que están por esta propuesta, frente a los dos que la iniciaron.
Sobre la segregación de empresas para eliminar los obstáculos a la competencia, el Consejo aplazó la discusión hasta conocer más elementos sobre sus efectos, estudios que debe aportar la Comisión. El ministro de Energía alemán, Michael Glos, destacó que los Estados ya se han dado cuenta de que "no se puede discriminar en el acceso a los mercados". Admitió que es un asunto que "Alemania mira con preocupación". Glos añadió que la UE necesita "una competencia justa en igualdad de condiciones para los nuevos operadores".
La energía nuclear, ausente
La falta de un mercado europeo de la energía es una realidad evidente por las elevadas diferencias de precios existentes entre los distintos países, según indicó Piebalgs. Ni en el Consejo ni en la cena anterior se abordó la cuestión de la energía nuclear, según dijo el ministro Glos, aunque en las conclusiones figura un texto que afirma que se respeta que ésta sea una elección que corresponde a cada Estado.
Después de marzo, la Comisión se pondrá a trabajar en la preparación de las medidas legislativas. Se trata de dos grandes bloques: por un lado, un paquete para reformar el mercado interior, y otro para desarrollar las energías renovables.
En el paquete del mercado interior, se abordará, sobre todo, una fórmula para resolver la separación de empresas con un doble objetivo. Uno, asegurar la libre entrada de terceros competidores; y, segundo, asegurar que los propietarios de las redes de transporte y distribución hagan las inversiones necesarias para que estas redes permitan realmente la entrada de nuevos competidores.
