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La UE logra un acuerdo histórico que fija el uso de energías limpias en un 20% en 2020

Bruselas debe superar aún la difícil prueba de negociar los objetivos para cada país miembro

Andreu Missé

"Podemos evitar lo que podría ser una catástrofe para la humanidad". Con estas palabras, la canciller Angela Merkel, subrayó ayer la relevancia del compromiso de reducir las emisiones de CO2 mediante el ahorro y el uso de las energías limpias, acordado ayer por los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea para luchar contra el cambio climático. El acuerdo político, calificado de "histórico" por el presidente de la Comisión, José Manuel Durão Barroso, ha quedado, sin embargo, pendiente de las negociaciones para distribuir el esfuerzo que deben hacer los distintos Estados miembros.

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También la plasmación jurídica del compromiso presenta serias incertidumbres debido a que la UE carece de competencias en política energética al no haberse aprobado la Constitución.

La división de las grandes empresas europeas energéticas, tan temida por Francia y Alemania y que Bruselas considera la gran palanca para fomentar la competencia, quedó eliminada. En su lugar se propone "un sistema de explotación de las redes con gestión independiente que garantice el acceso abierto" a terceros.

El objetivo central del acuerdo es la reducción de las emisiones de CO2 responsables del calentamiento de la Tierra, en un 30% en los países desarrollados en el horizonte de 2020. La UE hará esta propuesta a la comunidad internacional para fijar unos nuevos objetivos cuando venza el actual Protocolo de Kioto, por el que los 46 países se comprometieron a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 5% entre 2008 y 2012. El compromiso de Europa fue del 8%.

Ahora, para dar ejemplo y seguir liderando la lucha contra el cambio climático se compromete unilateralmente y como mínimo a reducir las emisiones de gases contaminantes en un 20%, pero su objetivo es arrastrar a los demás países industrializados a reducir hasta el 30%. "Así", dijo Barroso, "podremos decir al resto del mundo, Europa está tomando el liderazgo. Debéis uniros a nosotros en la lucha contra el cambio climático".

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La batalla más cruda en el seno del Consejo Europeo, se planteó ayer por el papel de la energía nuclear en la reducción de las emisiones de CO2 y el carácter obligatorio del objetivo de lograr el 20% de energías limpias o renovables en 2020.

Francia pretendía la inclusión de un objetivo obligatorio del 45% de energías con bajo nivel de emisiones de CO2, que incluiría la nuclear y las renovables.Otros países con una fuerte dependencia del carbón como Polonia (95%), también se oponían a la obligación de las renovables. Chipre y Malta, países pequeños, también plantearon sus dificultades. Pero Austria, Irlanda y Alemania, países con moratoria nuclear, se opusieron frontalmente a la inclusión de la nuclear. Los dos últimos países en dar su visto bueno fueron Hungría y República Checa.

Tras un largo pulso, el Consejo llegó a un compromiso que por una parte establece la obligatoriedad de las renovables, pero por otra reconoce que "cada país parte de una situación distinta" y la contribución de la energía nuclear en la reducción de emisiones contaminantes y en la seguridad de abastecimiento.

El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, manifestó su total apoyo al "plan de acción energética" y consideró con él, Europa se convierte en "el líder mundial de las energías limpias". A Tony Blair, el primer ministro británico, un país donde las renovables sólo representan el 1,62% del consumo energético, también le agradó un acuerdo que le permitirá pelear por objetivos modestos y adaptados a su situación.

La Comisión Europea será la encargada, de aquí a final de año, de negociar y redactar los objetivos concretos para cada país. Pero Barroso explicó ayer que sus propuestas deberán contar con el visto bueno de los Estados afectados. Bruselas aún no tiene claro si un acuerdo de estas características requiere la unanimidad de los Veintisiete o la mayoría cualificada.

Pero además de la energía, la maltrecha Constitución Europea fue el otro gran tema de la cumbre de Bruselas. En la cena del pasado jueves, Merkel expuso los principales puntos que contendrá la declaración de Berlín con la que la UE festejará su 50º cumpleaños. Zapatero expresó su confianza en que el texto "sirva de inspiración para salir del impasse creado tras la falta de ratificación de la Constitución Europea". Barroso se mostró convencido de que en el texto de Berlín aparecerá de alguna forma "alguna referencia a la Constitución".

Por otra parte, los jefes de Estado y de Gobierno comunitarios avalaron el viaje a Oriente Próximo de Javier Solana, quien el lunes estará en Beirut, el martes en Riad y el miércoles en Damasco, donde ningún representante prominente de la UE ha estado desde el asesinato en 2005 del ex primer ministro Rafik Hariri.

Unos manifestantes despliegan una pancarta en favor de las energías verdes junto a la sede del Consejo de la UE en Bruselas.
Unos manifestantes despliegan una pancarta en favor de las energías verdes junto a la sede del Consejo de la UE en Bruselas.REUTERS

Bombillas verdes

A grandes males, pequeños remedios. La canciller alemana, Angela Merkel, hizo ayer un ejercicio de pedagogía ecológica al explicar a sus colegas de la UE que con muy poco esfuerzo se pueden dar grandes pasos en la lucha contra el cambio climático. Y como primera medida propuso poner bombillas de bajo consumo en todas las calles, casas y edificios públicos de la UE. Las bombillas ecológicas consumen hasta un 80% menos que la tradicional bombilla de filamento. La UE seguirá así el ejemplo de Australia, el primer país que ha decidido jubilar la bombilla que inventó Thomas Edison en 1879.

Merkel pidió ayer a la Comisión que presente una propuesta legislativa, a más tardar en 2009 para lograr una mayor eficiencia energética en el alumbrado de las ciudades. "Ésta es una medida práctica que puede tener un gran impacto. En Alemania, ahorraríamos 6,5 millones de toneladas de CO2", explicó la canciller durante la conferencia de prensa celebrada en la sala principal del Consejo Europeo, convenientemente iluminada por potentes fluorescentes, grandes succionadores de electricidad. Merkel dejó claro que en su casa "casi todas las bombillas" son de bajo consumo.

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