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Escalada bélica en los Balcanes

Tres muertos por los duelos artilleros en Sarajevo

Ramón Lobo

Sarajevo no tuvo demasiado tiempo de celebrar nada. Ni la liberación de otro grupo de rehenes de la ONU (111; entre ellos, dos españoles) ni el rápido envío a Pale, vía Belgrado, de una misión negociadora para lograr la reapertura de los corredores de ayuda humanitaria, ni tan siquiera el final de la primavera. Ayer llovió, hizo frío y hubo fuertes duelos artilleros en Debelo Brdo, en la montaña situada detrás del cuartel de la Fuerza de Protección de las Naciones Unidas (Unprofor) en Skandaria, en el centro de la ciudad. Al menos tres personas perdieron la vida y 22 resultaron heridas.

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Una de ellas, cuando se hallaba en la habitación del principal hospital de la capital. Un camarógrafo de la televisión bosnia resultó herido cuando filmaba el combate junto al hotel Holiday Inn. El número total de heridos asciende a 22. En más de una ocasión ulularon ayer agónicas las alarmas.La gente de Sarajevo intuye el peligro con mirarlo de reojo. Las calles se vaciaron a la primera explosión sin que mediara orden alguna. Mujeres y niños huían agachados. Bien pegaditos a los muros que dan al este, los que mejor protegen, pues del este viene la metralla. Coches zigzagueando a cien kilómetros por hora... Unas 50 personas se refugiaron temerosas en el grueso edificio de hormigón de la televisión. Los más cautos descendieron al refugio.

En la esquina del edificio de la presidencia bosnia con la avenida Mariscal Tito, el francotirador serbio estaba ayer muy activo. Sus disparos asesinos sonaban huecos y se perdían en el vacío. Los civiles, arracimados en las esquinas, aguardaban empapándose de agua el momento de cruzar. Los policías de tráfico desviaban los automóviles por nudos de callejuelas alternativas. El centro de la ciudad está siempre repleto de carteles de advertencia: ¡Pazi snajper! (¡Cuidado con el francotirador).

Un casco azul francés resultó herido leve en el pie. Los blindados blancos de Unprofor (los ucranios), que antes servían de escudo móvil a los peatones para atravesar las calles más peligrosas, han dejado de hacerlo. Se parapetan tras los viejos edificios descascarillados en el inicio de la avenida de los francotiradores a contar el tiempo.

No siempre se puede devolver el fuego", explicó ayer Gary Coward, portavoz militar de Unprofor en Sarajevo, "hay que estar muy seguro de dónde procede el fuego (...) ésa es una decisión que toma el jefe de la patrulla".

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[Francia prepara el envío a Bosnia de carros de combate AMX-10 y de helicópteros de combate Gazelle para apoyar a las unidades francesas de las fuerza de intervención rápida, indicaron ayer fuentes militares en París. El AMX-10 es un blindado de reconocimiento equipado con un cañón de 105 milímetros o una ametralladora pesada. Los Gazelle son helicópteros destinados a la lucha contra carros, equipados con seis misiles Hot.

El contingente francés, 1.500 hombres, de esta fuerza multinacional de intervención será puesto en alerta el viernes, listo para partir. En Londres, el ministro ruso de Exteriores, Andréi Kózirev, dijo ayer tras entrevistarse con el primer ministro Major que su país no vetará en el Consejo de Seguridad este contingente destinado a proteger a los cascos azules e integrado por franceses, británicos y holandeses, al tiempo que en Nueva York, un alto funcionario, Kofi Annan, aseguraba que la fuerza de intervención "no será una fuerza combatiente" y que funcionará según las reglas clásicas del mantenimiento de la paz, es decir, sólo en legítima defensa.

Estados Unidos, entretanto, admitió ayer desconocer la suerte de su piloto derribado el viernes en Bosnia por un misil serbio mientras participaba en una misión de reconocimiento.

Después de que los radicales serbios anunciaran el martes que no está en su poder, el Gobierno norteamericano ha informado que sus aviones de observación en la zona han dejado de recibir las señales de socorro hipotéticamente transmitidas por el transmisor del piloto].

Mientras que Sarajevo se desangra y se queda cada hora con la despensa más vacía, la diplomacia, como una apisonadora, sigue su curso. Horas después de la liberación ayer de rehenes de Unprofor el enviado especial del secretario general de la ONU para la antigua Yugoslavia, Yasushi Akashi, anunció "la partida inmediata de una doble delegación de la ONU a Belgrado y Pale compuesta por altos representantes civiles de Unprofor y miembros del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR)", según explicó Alexander Ivanko, el portavoz civil de Unprofor en Sarajevo.

El objetivo oficial, el de tratar el asunto de la reanudación de los convoyes humanitarios a Sarajevo, ha sido recibido con enorme escepticismo. "Es una decisión de Zagreb [donde está el cuartel general de Akashi] y como ya he dicho en más de una ocasión Unprofor-Sarajevo no ha negociado, no está en contacto con los serbios de Bosnia y ni siquiera lo ha intentado", aseguró ayer Ivanko.

El estado de ánimo, el humor, de los serbios de Bosnia parece favorecer una solución a corto plazo. Ayer permitieron el paso de un convoy de 10 camiones y 72 toneladas de comida a Srebrenica, donde los hombres de Radovan Karadzic siguen hostigando los puestos de observación de los cascos azules holandeses situados al sureste. Otro convoy humanitario se dirigirá hoy al enclave oriental de Zepa con 43 toneladas. Gorazde recibirá también 80 toneladas de alimento a lo largo de hoy.

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