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Entrevista:

"Argentina y Chile han renunciado a la fuerza en el conflicto de Beagle"

El cardenal Antonio Samoré, de 73 años, diplomático vaticano que ha encabezado la misión mediadora de la Santa Sede en el litigio sobre el canal del Beagle entre Argentina y Chile, realizó ayer una escala en Madrid de una hora de duración, a su regreso a Roma para informar a Juan Pablo II de su gestión ante los Gobiernos de Buenos Aires y Santiago de Chile. Visiblemente fatigado, se mostró satisfecho de su gestión, descartó la necesidad de un viaje del Papa a América austral y señaló que el siguiente paso será el envío a Roma de dos delegaciones a alto nivel de Chile y Argentina, que se han comprometido a renunciar al uso de la fuerza y normalizar sus relaciones. Con él conversó en el aeropuerto de Barajas .

Pregunta. ¿Podría definir los resultados de su gestión mediadora entre los Gobiernos de Argentina y Chile en su litigio sobre el canal de Beagle?Respuesta. El resultado más importante es el que los dos países, tras esta gestión, están de acuerdo en pedir al Santo Padre que actúe de mediador. Argentina y Chile se han comprometido a proporcionarle todos los elementos del diferendo y a extraer de ello unas Consecuencias lógicas y necesarias, esto es, la renuncia a la fuerza, un retorno gradual a la normalidad y a evitar medidas que puedan herir o estorbar las relaciones de ambos países.

P. ¿Cuál es, a su juicio, la novedad más importante que incluyen estos acuerdos?

R. Lo nuevo es que Argentina y Chile han llegado a estas consecuencias y a estos compromisos no sólo entre sí, sino ante la Santa Sede. Se ha creado así una nueva atmósfera de alivio en la situación, que era tensa y peligrosa.

P. Entre los aspectos menos positivos, ¿cuáles destacaría?

R. La mutua y recíproca desconfianza que se daba antes de la gestión. Yo estaba preocupado por lo mucho que se había hablado antes, sin llegar a un entendimiento. La tarea ha consistido en recrear un ambiente de mutua confianza a través de la Santa Sede. Se ha llegado pues a un triángulo, primero vertical, entre ambos países con el Vaticano, por una parte, y de otra, horizontal, de los dos países entre sí. Este nuevo clima abre muchas esperanzas.

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P. ¿En qué ha consistido su táctica en la gestión mediadora?

R. Primero consistió en escuchar a ambos. Durante dos días largos recibí los informes de unos y de otros. Después la Santa Sede estuvo con uno y luego con otro, para pasar a sacar ideas comunes y llegar a proponer un boceto, un ensayo de sugerencias y un borrador de acuerdo. He realizado cuatro viajes transandinos y creo que me van a llegar a denominar el cardenal transandino.

P. ¿Es previsible un viaje del papa Juan Pablo II a América austral.

R. No me atrevo a opinar. Un viaje no será necesario, pero no puedo prever lo que decidirá el Santo Padre.

P. ¿Cuál va a ser el siguiente paso a dar en la mediación?

R. Va a consistir en el envío a Roma de dos delegaciones de altura de ambos países, con hombres que sepan tratar con flexibilidad un asunto como éste, sin posiciones inmóviles, para hacer avanzar este esperanzado proceso de acuerdo.

P. ¿En algún momento se trató el tema de una eventual mediación del rey Juan Carlos I entre Argentina y Chile?

R. No, nunca se trató este tema.

P. ¿Alguno de sus interlocutores habló de guerra en alguna ocasión?

R. Aunque de hecho existía peligro de una guerra, nunca se habló de este extremo.

P. Cardenal Samoré, ¿ha sido esta la gestión más difícil que ha realizado en su trayectoria diplomática?

R. Tuve otras igualmente difíciles.

P. ¿Se encuentra satisfecho de su gestión?

R. Sustancialmente sí, pero me encuentro un poco fatigado. Tengo 73 años y he pasado muchas horas de un sitio para otro.

Recibieron en Madrid al cardenal, Luigi Dadaglio, nuncio apostólico en España y el consejero de la nunciatura, Dante Pasqualini. Acompaña al cardenal Antonio Samoré, el sacerdote español, monseñor Faustino Sainz, de 41 años, natural de Almadén, abogado, diplomático vaticano en Dakar y Copenhague y representante permanente de la Santa Sede en la Conferencia de Seguridad y Cooperación Europea en Helsinki, Belgrado y Ginebra. Para el prelado español, «gracias a la habilidad del cardenal Samoré el compromiso entre ambos países ha sido acogido con una explosión de alegría y de alivio, en una situación en la que el riesgo de guerra era real y ahora ha dejado de serlo».

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