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Varapalo electoral a Sarkozy en unos comicios locales

Los socialistas ganan las cantonales y la ultraderecha consolida sus votos

Antonio Jiménez Barca

El partido Socialista francés (PS) ha ganado la segunda vuelta de las elecciones cantonales, celebradas ayer, con un 36,3% de los votos, según datos oficiales provisionales. La Unión por un Movimiento Popular (UMP), la formación de centro-derecha de Nicolas Sarkozy, con 19,7%, queda en segundo lugar. El ultraderechista Frente Nacional, con un 11,3%, alcanza la tercera posición y se instala definitivamente en la vida política francesa a 13 meses de las cruciales elecciones generales.

Además, este porcentaje es algo engañoso: al tratarse de una segunda vuelta, esta formación ultraderechista solo se presentaba en uno de cada cuatro cantones en liza. Es decir, su proyección de voto en todo el país, es, muy probablemente, más amplia. Un dato importante es una abstención récord del 54%, que se explica por dos razones: la primera es que los cantones, jurisdicciones electorales que datan de la Revolución Francesa, no atraen demasiado al electorado. La segunda responde, según los analistas, al desengaño y al hartazgo de los franceses respecto de su clase política.

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La UMP de Sarkozy, que el domingo pasado, en la primera vuelta, se estampó quedándose en un raquítico 15%, ha cumplido el expediente en esta segunda vuelta y, aunque queda por detrás del PS, ha evitado la hecatombe. La semana, salpicada de enfrentamientos soterrados entre dirigentes de la formación debido a las diferentes consignas de voto respecto al Frente Nacional, hacía esperar un resultado incluso peor. François Fillon, primer ministro, lo recordó ayer: "El retroceso es menor de lo esperado". Jean-François Copé, secretario general de la UMP, también quiso evitar el tono catastrofista y se manifestó "un poco decepcionado".

Martine Aubry, primera secretaria del PS, sin euforias, recordó que su formación mantiene "la mayoría en dos de cada tres departamentos, lo que no está mal". Pero añadió: "Esta victoria hay que tomarla, con todo, con humildad y responsabilidad, debido a la alta abstención y a los votos que ha obtenido el Frente Nacional".

Con todo, de dos a cinco departamentos pasarán de manos de la UMP a las de los socialistas, según los datos provisionales que se barajaban anoche. En el departamento de Corrèze se jugaba una partida doble: el candidato socialista, François Hollande, ex primer secretario del PS, había fiado el presentarse o no como candidato a las primarias socialistas de otoño a ganar en su departamento. Y ganó. Ahora mismo, solo Ségolène Royal, excandidata presidencial y derrotada por Sarkozy en las elecciones presidenciales de 2007, ha anunciado su candidatura. Hollande, vencedor ayer, lo hará en breve. Ni Aubry ni Dominique Strauss-Kahn, los otros dos pesos pesados del socialismo francés, han dado todavía el paso.

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Marine Le Pen, presidenta del Frente Nacional, apareció en la televisión sonriente y confiada. "Esto demuestra que hay que contar ya con el Frente Nacional, que nos hemos instalado", manifestó. Para probarlo, recordó que uno de sus candidatos, en el cantón de Carpentras, había conseguido ser elegido.

Le Pen sonreía por otra razón: un sondeo hecho público ayer por la cadena France 2 ratificaba sus expectativas presidenciales. Según esta encuesta, la presidenta del FN, que sucedió en enero a su padre, Jean-Marie, superaría ahora a Sarkozy en la primera vuelta de las próximas elecciones presidenciales y se se jugaría con el candidato socialista la presidencia de la República en la segunda ronda.

Marine Le Pen, líder del Frente Nacional, vota en Henin-Beaumont, al norte de Francia.
Marine Le Pen, líder del Frente Nacional, vota en Henin-Beaumont, al norte de Francia.MICHEL SPINGLER (AP)

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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