_
_
_
_
_

Volátil situación en el Transdniéster tras el conflicto entre los líderes del territorio separatista

El jefe del Parlamento acusa de corrupción y nepotismo al presidente Igor Smirnov

Las tensiones entre los máximos dirigentes de la región secesionista del Transdniéster, el presidente Igor Smirnov, de 68 años, y el jefe del Parlamento Yevgueni Shevchuk, de 41, han degenerado en un conflicto abierto sin precedentes en este territorio centroeuropeo desgajado unilateralmente de Moldavia a principios de los noventa durante el proceso de desintegración de la URSS.

El miércoles 8 de julio, Shevchuk dimitió como jefe del Parlamento, un cargo que ocupa desde 2005, tras acusar a Smirnov y a su equipo de corrupción y nepotismo, así como de orquestar unas truculentas enmiendas constitucionales para mantenerse en el poder en provecho propio y de los suyos. La mala gestión y la crisis económica han golpeado duramente al Transdniéster, cuyos habitantes emigran en masa para poder subsistir. La región está siendo corroída por "la corrupción, el compadreo y el nepotismo" y está cada vez más endeudada, dijo Shevchuk, quien calificó de "inaceptables" el "sultanato" o la "monarquía" propuestos por Smirnov.

El jefe del Parlamento exhortó a todos los habitantes del Transdniéster a "no dejarse engañar" y a no apoyar el proyecto constitucional. "Todos nosotros tenemos por delante días difíciles", declaró. "La gente espera cambios".

Nacido en el Transdniéster, Shevchuk es jurista y economista, ha estudiado en Ucrania y Rusia y ha trabajado en Sherif, la empresa que domina la economía del Transdniéster. Smirnov, un director de fábrica de la época soviética, está enquistado en el poder desde 1991 y tiene el apoyo de una camarilla de antiguos veteranos de los servicios de seguridad de la URSS.

Aparte de representar una generación más joven, Shevchuk supone también un enfoque más económico y profesional que Smirnov. Con Shevchuk están vinculadas también las esperanzas de llegar a alguna fórmula de normalización de las relaciones entre los territorios dispares que formalmente componen el frágil Estado de Moldavia, la orilla izquierda del Dniester o Transdniéster, que fue parte del imperio ruso y que mayoritariamente está poblado por eslavos, y la antigua Besarabia, que perteneció a Rumania.

Shevchuk goza de una buena imagen tanto en Bruselas como en Moscú y a diferencia de otros personajes del régimen separatista, no tiene vetado el acceso al territorio de la UE. Tras haber reconocido unilateralmente la independencia de Osetia del Sur y Abjazia (en Georgia), Moscú ha intentado mostrar que podía tener una actitud constructiva en otros conflictos congelados heredados de la URSS, como es el Transdniéster. Sin embargo, con su obstruccionismo y falta de argumentos, Smirnov se ha convertido en un verdadero problema para el Kremlin, ya que ha boicoteado las conversaciones con el presidente de Moldavia, Vladímir Voronin, un ferviente partidario del Estado moldavo dispuesto a aceptar la neutralidad y los principales argumentos de los separatistas en nombre de la unidad del Estado.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Al atreverse a plantarle cara al líder del Transdniéster, Shevchuk goza muy posiblemente del apoyo de Moscú frente a Smirnov y su equipo de veteranos de los servicios de seguridad, y quien sabe si eventualmente también podría tener el apoyo de las tropas rusas estacionadas en el Trasndniester. Está por ver si Smirnov perseverará en su intento por cambiar la Constitución para reforzar su poder o se retirará y cederá el paso a líderes más orientados a solucionar un serio problema en Centroeuropa.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_