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Washington amplía la lucha antiterrorista a los países del Sahel

Al Qaeda intenta reconstituirse en el Sáhara

Tocada en Afganistán, Al Qaeda intenta reconstituirse en Estados africanos con instituciones débiles y semidesérticos como los cuatro países del Sahel. De ahí que Estados Unidos haya puesto en marcha, a finales del año pasado, la llamada Iniciativa Pan Sahel (IPS) para equipar, entrenar y coordinar a las fuerzas de seguridad de Mauritania, Malí, Chad y Níger en la que también está involucrando a Argelia, Marruecos y Túnez.

"El entrenamiento es de doble dirección", afirma el teniente coronel norteamericano Robert Warburg, que entrena en Bamako a paracaidistas, en declaraciones al servicio de información del Ejército de EE UU. "Mientras estamos aquí para formar a soldados malienses, también recibimos de ellos valiosas lecciones", prosigue.

La presencia de Warburg y de otros muchos asesores norteamericanos fue acordada, en octubre pasado, por Robert Perry, de la oficina antiterrorista del Departamento de Estado, que efectuó una gira por el Sahel. Los militares siguieron después sus pasos para estudiar las modalidades de puesta en práctica de la IPS.

Se trata, explicó hace un mes Vincent Kern, asesor del secretario adjunto de Defensa, de una colaboración que prevé una formación de 60 días para unidades seleccionadas a las que se suministrará un equipamiento completo: furgonetas todoterreno, uniformes y cascos, grupos electrógenos, cisternas, equipos de telecomunicaciones y material médico. Gracias a esta ayuda deberán "proteger sus fronteras y controlar mejor los movimientos de personas", añadió.

Aunque hay otros indicios que Washington considera preocupantes, el principal detonante de la iniciativa fue el secuestro, la pasada primavera, de 32 rehenes occidentales en el sur de Argelia por el Grupo Salafista de Predicación y Combate (GSPC). EE UU ha incluido al GSPC en la lista de movimientos terroristas por su vinculación con Al Qaeda. El desarrollo del secuestro, con el traslado y liberación de parte de los rehenes a Mali, puso de manifiesto hasta qué punto ese grupo se movía como pez en el agua por el desierto del Sáhara y las porosas fronteras trazadas en línea recta.

"El hecho de que estén allí es una indicación de que en el futuro, y acaso ya mismo, tienen la intención de actuar en el norte de África -en el Sahel y en el Magreb- así como en África Oriental", señalaba hace dos semanas el general Charles Wald, comandante en jefe adjunto de las fuerzas de EE UU en Europa, que acaba de concluir una gira por África.

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"Están a la búsqueda", añadía Wald en una entrevista con Reuters, "de un lugar donde puedan hacer lo mismo que en Afganistán, Irak u otros lugares". "Necesitan un lugar propicio para entrenarse, equiparse, organizarse y reclutar", añadía. Por eso, agregaba el jefe de Wald, el general James Jones, "estamos desarrollando un trabajo esforzado para obtener un acceso sin restricciones a los territorios de África del Norte".

43 muertos en Chad

El plan norteamericano va más allá del entrenamiento. El Ejército de Chad contó con asesoramiento estadounidense en los encarnizados combates que libró el pasado fin de semana, en la región de Tibesti, contra una columna del GSPC. Mató a 43 guerrilleros y tuvo tres bajas mortales en sus filas. La iniciativa de Washington trasciende también las fronteras del Sahel. En ella está involucrando a Argelia, el país más extenso de la región y cuyo Ejército tiene una larga experiencia en la represión contra el terrorismo islamista, cuyos golpes le hicieron tambalearse a mediados de la década pasada.

"La colaboración entre EE UU y Argelia, incluida la militar, está ahondándose en muchos ámbitos", rezaba hace diez días un comunicado de la Embajada de EE UU en Argel. "El año pasado se han incrementando los programas de formación y entrenamiento militar", añadía. Aunque en menor medida, Washington está impulsado también su cooperación militar con Marruecos y Túnez.

La diplomacia norteamericana ha desmentido, sin embargo, una información del diario The New York Times sobre la próxima instalación en Tamanrasset (sur de Argelia), por la National Security Agency, de una estación para interceptar las transmisiones electrónicas en el Sahel.

En paralelo al auge de la colaboración castrense, EE UU estrecha la relación económica. Hace dos semanas concedió a Argelia el régimen de preferencias generalizadas y la semana pasada concluyó con Rabat la negociación de un acuerdo de libre comercio que tiene, ante todo, un alcance político porque los intercambios entre ambos países son escasos.

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