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GUERRA EN YUGOSLAVIA El frente bélico

Albania espera los 24 helicópteros Apache entre nuevos temores a la extensión del conflicto

Ramón Lobo

ENVIADO ESPECIAL, Albania ha dado el primer paso para implicarse en la guerra de Yugoslavia. En medio de un gran secretismo, los militares estadounidenses se preparaban ayer para recibir los 24 helicópteros Apache AH-64-D, cuya llegada fue finalmente pospuesta dado que el aeropuerto de Tirana no permite el aterrizaje nocturno. Estos sofisticados aparatos serán los encargados de eliminar la amenaza de los carros de combate yugoslavos en Kosovo. Un comunicado del Ejército yugoslavo, difundido por Tanjug, acusó ayer a Albania de disparar contra sus guardias fronterizos desde la región de Tropoje, al norte del país.

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El tiroteo fue bidireccional y las fuerzas serbias, según un miembro de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), Andrea Anegli, abatieron a cuatro milicianos del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK) que disparaban desde territorio albanés. Y puede ser sólo el principio, al menos eso anuncia el comunicado del Ejército yugoslavo: "Albania, sus protegidos de bandas terroristas y los que los apoyan serán responsables de un eventual estallido de la guerra en los Balcanes".Tiene presente que los ataques de los Apaches se realizarán desde suelo albanés, el país más afectado por la continua riada de refugiados (más de 304.000 en dos semanas y que van aumentar si de nuevo se reabren los pasos fronterizos con Kosovo como anoche sucedió en el de Morina, al norte de Albania, por el que cruzaron 2.000 personas en menos de tres horas). Además de los Apaches, se esperaba la llegada a Tirana de 2.000 soldados estadounidenses, en teoría destinados a la operación humanitaria iniciada el pasado lunes. La valla que protege la zona militar del aeropuerto está en un cuartel del Ejército albanés, una soldadesca maluniformada y armada con fusiles decimonónicos. Desde la zona civil, donde sólo aterriza la compañía aérea albanesa, es imposible el tránsito. En la pista, un control estadounidense impide el paso. ¡Zona prohibida! La valla metálica que da acceso a las instalaciones está guardada por marines con fusil de asalto.

Todas las zonas verdes han sido invadidas por cientos de tiendas de campaña de camuflaje. El edificio, un decrépito ejemplo del socialismo real, es ahora un centro de operaciones de la organización militar más potente del mundo. En la pista, lejos de la parte comercial, se hacinan montañas de cajas con raciones de alimentos para los refugiados. Enfrente de esa ayuda, traída desde Italia en aviones de transporte tipo Hércules y en los gigantescos C-17, está desplegada una flotilla de helicópteros de varias nacionalidades: suizos con las siglas de ACNUR (Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refuguiados) en negro, italianos, franceses y estadounidenses. Éstos últimos son tres MH-53 que, además de cargar ayuda, van equipados con tres ametralladoras de 16 milímetros. Su base se halla en Italia.

El capitán Ed Bachl, portavoz de la Fuerza Aérea de EEUU desplegada en Tirana, dice no saber nada de los Apaches. "Pertenecen a otra misión, la nuestra es sólo humanitaria". Sobre los 2.000 soldados tampoco tenía mucha información. "Me acabo de enterar que vienen para acá".

La zona militar del aeropuerto está delimitada. Un par de vehículos militares son la frontera. Al otro lado, se levanta un minicampamento. Pertenece a las organizaciones humanitarias. Un poco más lejos, las tropas estadounidenses vuelven a ser las dueñas. Un avión de carga C-17, que acaba de aterrizar, descarga cientos de cajas. Son de madera y van protegidas por unos plásticos transparentes. Sus pegatinas son visibles. Dicen: explosive, y les acompañada una señal de peligro. Parecen municiones. La carga era militar.

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Entre las tiendas, que albergan dos o tres personas, se distinguen antenas. Son al menos 17. Se trata de enlaces capaces de recibir imágenes desde los satélites, de los aviones espía o de los AWACS (aviones con radar) que sobrevuelan los Balcanes desde que se iniciaron los bombardeos. Las organizaciones humanitarias criticaron ayer con dureza este despligue humanitario de la OTAN. Consideran que la Alianza no es "el actor adecuado para estas misiones", en palabras de Amaia Esparza, portavoz de Médicos Sin Fronteras. Exigen que la operación sea reconducida a través del ACNUR -"el único organismo con mandato sobre refugiados"-. Las ONG aseguran que los campamentos regentados por la Alianza en Macedonia se han transformado en campamentos militares a los que es difícil acceder. Otras fuentes consideran que el despliegue es una misión camuflada para una eventual operación terrestre en Kosovo.

Los Apaches, que con toda probabilidad lleguén hoy a Albania y que en pocas horas podrían comenzar sus ataques, iban a ser trasladados a una base cuyo nombre y localización se mantenían en secreto. Tirana teme que Milosevic cumpla sus amenazas ante la actuación de estos aparatos equipados con 16 misiles antitanque y cañones de 30 milímetros. El ELK, mientras tanto, invita al alistamiento a los kosovares entre los 18 y 50 años. Pese a ello, y al ardor guerrero del ex presidente albanés Sali Berisha, pocos secundan la llamada. Para eso, dicen, está la OTAN.

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