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El antisemitismo enturbia el viaje a Argelia de Sarkozy

Nicolas Sarkozy, el presidente de Francia, confiaba en efectuar, a partir del lunes, una gira triunfal por Argelia -tiene previsto cerrar contratos por 4.000 millones de euros-, pero el antisemitismo latente en el país y el lastre del pasado colonial han emponzoñado los preparativos de la visita de Estado.

Primero fue el anuncio de la incorporación a su delegación de Enrico Macias, un cantante argelino de origen judío radicado en Francia, el que desató la polémica. Macias apoyó a Sarkozy en la campaña electoral y le pidió ahora que le llevase con él a Constantina, su ciudad natal.

Hace siete años, cuando se planteó ir a cantar en Argelia, el actual primer ministro, Abdelaziz Beljadem, encabezó un movimiento de rechazo que abortó la gira artística. "A propósito de Macias, el ferviente defensor del Ejército israelí (...), no he cambiado de opinión", recalcó la semana pasada Beljadem.

Renuncia de Macias

Macias no tardó en reaccionar en una declaración al diario Echchourok: "No viajaré a un país en el que no sea bienvenido". "Sarkozy me ha aconsejado que sea paciente".

Después fue Mohamed Cherif Abbas, el ministro de los ex combatientes de la guerra de independencia (1954- 1962), el que pasó el lunes al ataque. Aludió en el rotativo El Khabar a los orígenes judíos de Sarkozy y aseguró que había llegado al poder gracias al lobby judío.

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Insistió, además, en que debía pedir excusas por los crímenes de la era colonial. Cherif Abbas obtuvo el respaldo de varios héroes de la guerra de liberación y de la poderosa organización que reagrupa a los ex combatientes.

Sus palabras suscitaron, en cambio, la reprobación de numerosas ONG francesas de derechos humanos al tiempo que la oposición socialista a Sarkozy le pedía que no fuese a Argelia a menos que su anfitrión, el presidente Abdelaziz Buteflika, no se disculpase.

El Elíseo no llegó a tanto, pero sí pidió públicamente a Argel que le diese una aclaración. Buteflika y Sarkozy hablaron por teléfono el jueves.

El primero precisó al segundo que las palabras de su ministro "no reflejan en absoluto la posición de Argelia y que el jefe de Estado francés será recibido como un amigo" cuando efectúe esa "visita esencial para ambos países", según informaron simultáneamente Argel y París. "Considero que el incidente está cerrado", sentenció Nicolas Sarkozy.

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