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Un argentino se suicida tras matar a tres personas

El hombre, enfermo de cáncer, quiso vengar el asesinato de su hijo

Enfermo de cáncer y cuando faltaban seis días para el segundo aniversario del asesinato de su hijo, Ángel Lemos recreó su propio infierno en las pampas ricas de Argentina. Este fontanero de 50 años mató el pasado miércoles a tres personas: a la madre del asesino de su hijo, a su esposo, a una juez e hirió de bala a la mujer del padre del criminal. Después se suicidó.

Lemos nunca había superado la muerte de su hijo Pedro, herido de un balazo a los 18 años. Además, le habían detectado un cáncer de colon y se había enterado de un rumor que indicaba que el asesino de Pedro, Héctor Arangel, de 24 años, iba a salir próximamente en libertad condicional porque su sentencia aún no estaba firme.

Lemos había advertido que se iba a tomar la justicia por su mano, según le confesó al alcalde de su pueblo, Santa Isabel,una localidad de 4.500 habitantes en la provincia de Santa Fe (situada a 376 kilómetros al noroeste de Buenos Aires). Lemos tenía esposa y una hija, pero él vivía en Santa Isabel y ellas en el pueblo vecino de Villa Cañás.

A las 18.30 (hora local) del pasado miércoles, el fontanero se dirigió a Villa Cañás, a la casa de la madre de Arangel, Lidia Arista. Le disparó con una pistola de nueve milímetros y la mató. También asesinó allí al esposo de Arista, Héctor Armesto. El hijo de Armesto y Arista observó la muerte de sus padres y evitó la suya porque salió corriendo de la vivienda.

Lemos se dirigió después a Santa Isabel, al hogar de Orlando Arangel, padre de quien le había quitado la vida a su hijo. No encontró a Orlando, pero sí a su esposa, María Alicia Torres, que recibió disparos en el pecho y ahora se encuentra ingresada en el hospital de Venado Tuerto, la ciudad más importante de esta región agrícola-ganadera poblada de descendientes de italianos y españoles.

No conforme con el doble asesinato, el fontanero fue a casa de la juez comunal de Santa Isabel, Olga Cuminetti de Sylvester. La magistrada intentó escapar, corrió por las calles, pero cayó asesinada de tres balazos.

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Orlando Arangel dijo a la prensa que Lemos guardaba rencor contra la juez porque creía que había ayudado con dinero a la defensa de su hijo. El alcalde de Santa Isabel dijo que Cuminetti sólo cumplía tareas administrativas en el juicio por el crimen de Pedro Lemos, dado que el caso se resolvía en los tribunales de Venado Tuerto.

Ángel Lemos terminó su infierno frente a la tumba de su hijo, en el cementerio de Santa Isabel. A las 21.30 se disparó en el pecho.

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