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Entrevista:JULIO RODRÍGUEZ | Jefe del Estado Mayor de la Defensa | Intervención aliada en Libia

"Los aviones españoles usarán la fuerza si se produce un acto hostil"

Miguel González

El pasado día 19, Zapatero se lo llevó consigo a París para que le asesorara en la cumbre en la que se dio luz verde a la intervención militar en Libia. Pocas horas después, mientras los aviones franceses frenaban la entrada de las tropas de Gadafi en Bengasi, cuatro F-18 españoles aterrizaban en Cerdeña para unirse a la coalición. El general Julio Rodríguez (Ourense, 1948), jefe del Estado Mayor de la Defensa, asesor militar del presidente del Gobierno y máximo responsable operativo de las Fuerzas Armadas españolas, se muestra convencido del éxito de la misión que se le ha encomendado, pero mucho menos seguro de que la presión militar, por sí sola, sirva para desalojar a Gadafi del poder.

"Pasado un mes habrá que ver cuál es la situación y qué hace falta"
"El riesgo de la misión para nuestros militares es limitado"
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Pregunta. ¿En qué se diferencia esta operación de otras realizadas por el Ejército español?

Respuesta. No hay dos operaciones iguales. Los condicionantes, los objetivos o la situación político-estratégica no se repiten nunca. Hemos ido a Libia a evitar la muerte de civiles a manos de Gadafi. Es una misión muy distinta a las de Afganistán, Líbano o Somalia. Lo que tienen en común todas estas misiones es que cuentan con el aval de Naciones Unidas y, lo que es más importante para los militares, el respaldo del pueblo soberano a través del Parlamento; que, en este caso, ha sido prácticamente unánime: 336 votos a favor de un total de 340. Este es para nosotros el mayor cambio y un cambio que ha venido para quedarse.

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P. En Bosnia en 1995 y en Kosovo en 1999, los F-18 españoles hicieron misiones de ataque a tierra. ¿Por qué no ahora?

R. Yo creo que hemos aportado a la coalición capacidades clave en distintos campos. Para la zona de exclusión aérea, elegimos el F-18, con capacidad [de combate] aire-aire, y un avión cisterna que le da un efecto multiplicador al aumentar su autonomía. Pero también hemos dado capacidades clave para el embargo naval. Nuestra contribución ha sido muy importante y con una rapidez que demuestra la elevada disponibilidad de las Fuerzas Armadas.

P. ¿Es un alivio para un militar que el mando de la operación pase a la OTAN?

R. Nos sentíamos cómodos en la coalición y nos sentiremos cómodos con la OTAN. Ningún jefe del Estado Mayor de la Defensa transfiere su autoridad a una organización que no tenga claramente definidas sus obligaciones y responsabilidades. La transferencia de autoridad a la OTAN se va a hacer en 24 o 48 horas, pero los pilotos españoles ni siquiera lo van a notar.

P. La OTAN dirigirá la exclusión aérea y el embargo, pero queda al margen una tercera operación: la de atacar objetivos terrestres para proteger a la población civil.

R. En la zona de exclusión también hay ataques terrestres, aunque siempre contra sistemas de defensa aérea y fuerzas aéreas. La resolución dice igualmente que se pueden atacar objetivos terrestres, como vehículos de combate, que dañen a la población civil. Eso se ha definido como la "zona de exclusión aérea plus" y parece que también la va a asumir la OTAN, cuando reciba luz verde política.

P. España no está en esas operaciones de ataque a tierra...

R. Los F-18 están dedicados a la patrulla aérea de combate en la zona de exclusión. En la fase de planeamiento se fijaron las necesidades y las naciones ya las hemos aportado. El comandante de la operación dispone de esos recursos y no ha pedido nada más. Tendría que pedirlo y las naciones decidirían si se lo dan.

P. ¿En qué condiciones podrán los F-18 abrir fuego?

R. Cada operación tiene sus propias reglas, acordadas entre los aliados. Los países pueden plantear restricciones, pero nosotros no hemos puesto ninguna. Las reglas se basan en los criterios de proporcionalidad y necesidad: que no haya otra forma menos lesiva de obtener el objetivo. Siempre que alguien entra en una zona de exclusión, el sistema de control detecta una traza, se le dan suficientes avisos [al intruso] y, si se declara que es un acto hostil, se actúa, al amparo del principio de autodefensa. Nuestros aviones usarán la fuerza cuando sea necesario, porque así lo ha pedido la ONU: todos los medios necesarios, incluso la fuerza.

P. ¿Por qué ha limitado la participación de los F-18 a un mes? La OTAN planea tres meses...

R. El Parlamento ha autorizado un plazo de un mes para la misión de establecimiento de la zona de exclusión aérea y tres meses para la misión de embargo. El acuerdo aprobado por el Parlamento también contempla que estos plazos son prorrogables. Se ha considerado que era un plazo prudencial, para los objetivos que tiene la misión.

P. ¿Y si transcurrido ese mes el problema aún no está resuelto?

R. Pasado ese plazo, habrá que ver cuál es la situación sobre el terreno y qué es lo que hace falta. Mantener la zona de exclusión no requiere tantos medios como establecerla.

P. En la semana que llevan operando los F-18 sobre Libia ¿han detectado alguna violación de la zona de exclusión aérea?

R. No en las zonas y en las horas en que han actuado. Hubo un avión libio abatido por un caza francés horas después...

P. ¿Qué riesgo entraña la misión para los militares españoles?

R. Todas las misiones tienen riesgo pero, teniendo en cuenta la superioridad tecnológica de las fuerzas aliadas, es un riesgo limitado. La seguridad no se puede garantizar al 100%, lo que le garantizo es la experiencia y profesionalidad de nuestra gente.

P. Un general británico declaró el pasado miércoles que la aviación libia de combate ya no existe. ¿Qué significa eso?

R. Que su capacidad operativa es nula; porque has neutralizado sus sistemas de defensa, has inutilizado sus pistas, has destruido sus aviones en el suelo... o las tres cosas a la vez. Pero eso no significa que no conserven todavía algún avión.

P. ¿De qué sirve el embargo marítimo si armas y mercenarios le llegan a Gadafi por la frontera terrestre de Chad y Níger?

R. A la OTAN solo le corresponde vigilar el embargo naval, pero Naciones Unidas ha instado a todos los países, incluidos los que tienen frontera con Libia, a tomar medidas para hacerlo cumplir. El tiempo dirá si el embargo es efectivo.

P. Existe el riesgo de que la intervención militar consolide la partición del país...

R. Nuestra misión es cumplir lo que nos ha mandado el Consejo de Seguridad de la ONU. La zona de exclusión aérea ya está establecida y el embargo en marcha. Si las circunstancias hicieran necesario ir más allá se requeriría otro tipo de medidas que corresponden a la comunidad internacional...

P. El caos en Libia puede facilitar la infiltración de Al Qaeda.

R. Ahora mismo no tenemos datos de que la presencia de Al Qaeda en la zona sea relevante.

P. Los últimos conflictos demuestran que el uso del poder aéreo resulta decisivo, pero nunca es resolutorio.

R. Demuestran que nada se puede solo con el poder aéreo o naval y ni siquiera con el militar. Hace falta una combinación de medidas militares, políticas, diplomáticas y económicas.

P. ¿Usted recomendaría desplegar tropas terrestres?

R. Ni siquiera se plantea, pero nunca aconsejaría una solución exclusivamente militar.

El jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad) en su despacho de Madrid, ayer durante la entrevista.
El jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad) en su despacho de Madrid, ayer durante la entrevista.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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