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La batalla por la presidencia de la UE se encona con el desafío de Juncker a Blair

Gordon Brown diseña una estrategia para lograr que Tony Blair presida la Unión Europea y designa a dos altos funcionarios para que busquen apoyos en las capitales europeas

La batalla por el nombramiento del presidente permanente de la Unión Europea se calienta. El primer ministro luxemburgués, Jean Claude Juncker, ha desafiado frontalmente la candidatura del ex primer ministro británico, Tony Blair, para presidir la Unión y ha mostrado su disposición para asumir el puesto. "Si se me hace una oferta no tendría ninguna razón para rechazarla", manifestó en una entrevista a el diario Le Monde. Los líderes europeos debatirán de manera informal o en reuniones bilaterales los nombres de los futuros máximos representantes de la UE en la cumbre que celebrarán en Bruselas mañana y pasado.

Los líderes europeos no podrán, sin embargo, adoptar ningún acuerdo porque el Tratado de Lisboa, que crea los puestos de presidente estable y Alto Representante con poderes reforzado, aún no habrá entrado en vigor. El Tribunal Constitucional checo volvió a aplazar este martes las deliberaciones hasta el 3 de noviembre sobre el recurso contra el nuevo Tratado, presentado por 17 senadores checos, del partido del presidente de la república Vaclav Klaus.

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Juncker, líder del partido Popular Social Cristiano de Luxemburgo, 54 años, descalificó la candidatura de Blair no por su persona sino por el país que representaba. "No conozco", dijo, "ningún campo en que el Reino Unido haya hecho prueba de una verdadera inspiración europea durante los últimos 10 años, a excepción de los avances en la defensa".

A principios de mes los tres países del Benelux (Bélgica, Holanda y Luxemburgo) presentaron un manifiesto en que rechazaban implícitamente la candidatura de Blair. El documento señala que el futuro presidente de la UE "debe ser alguien que ha demostrado su compromiso con el proyecto europeo y ha desarrollado una visión global de las políticas de la Unión".

Con independencia de sus posibilidades reales, la apuesta de Juncker puede leerse también en clave de venganza a las maniobras desplegadas por los británicos en 2004 contra el ex primer ministro belga Guy Verhofstadt para ocupar la presidencia de la Comisión Europea. En aquella ocasión, Blair cerró el paso al político liberal belga, que contaba con el apoyo del canciller alemán, Gerhard Schroeder, y el presidente francés, Jacques Chirac. La aparición de la candidatura del británico Chris Patten, neutralizó la candidatura Verhofstadt. Ambas se anularon mutuamente y permitieron a José Manuel Barroso convertirse en el candidato de consenso.

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El pulso entre Blair y Juncker favorece otras alternativas como la de la ex presidenta irlandesa Mary Robinson, o la del primer ministro holandés, Jan Peter Balkenende.

Los socialistas han recordado estos días el acuerdo entre los grupos políticos europeos, para que uno de los puestos sea para ellos. El ministro de Asuntos Exteriores de Portugal, Luis Amado, ha dicho que "Portugal es partidario de que la figura del Alto Representante, sea para la familia socialista". "Hay un acuerdo" -ha añadido- " para que el presidente del Consejo Europeo deba pertenecer al partido Popular", por lo que la figura de Tony Blair está fuera de cuestión", ha concluido Amado.

En esta tesitura, el ministro de Exteriores británico, el laborista, David Miliband, está recibiendo muchos apoyos de entre las filas socialistas para ocupar el puesto de Alto Representante de la UE. Miliband, no obstante, ha manifestado no estar interesado en el puesto. Otros dirigentes socialistas que han aparecido como posibles candidatos son los ex ministros de Exteriores alemanes, Frank-Walker Steinmeier y Joschka Fischer y el italiano Massimo D'Alema.

El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, manifestó que "por el momento", España no aspira a ninguno de los nuevos cargos que crea el nuevo Tratado de Lisboa.

La entrada en vigor del nuevo tratado sigue en manos de Praga. El presidente del Tribunal Constitucional checo, Pavel Rychestsky, amonestó a los senadores que habían presentado el recurso por "obstrucción", al conocer que ayer habían presentado nuevos documentos para su consideración. Con independencia de la decisión del Tribunal, Klaus ha exigido una declaración de los Veintisiete en la que se derogue la aplicación de la carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea, para que su país pueda asegurarse de que los antiguos habitantes de la región checa de los Sudetes, que fueron expulsados tras la II Guerra Mundial, no podrán presentar reivindicaciones sobre sus propiedades.

El primer ministro de Luxemburgo, Jean-Claude Juncker
El primer ministro de Luxemburgo, Jean-Claude JunckerAFP

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