La campaña electoral chilena acusa la falta de entusiasmo entre los votantes
El padrón registra unos 70.000 nuevos electores menos que hace cuatro años
Las elecciones presidenciales del 13 de diciembre de 2009 las decidirán casi los mismos votantes que en los comicios de hace cuatro años, después del fracaso de la campaña para atraer interesados en acudir a las urnas. Y todo ello en vísperas de que este domingo termine el período de inscripción en el padrón electoral.
A menos de cien días para las elecciones, y con la propaganda que empieza a colorear las calles, los motores de campaña ya se encendieron. Tres candidatos se han inscrito esta semana para la carrera por el sillón presidencial que hoy ocupa Michelle Bachelet en La Moneda, y un cuarto aspirante lo hará hoy.
La competencia está centrada en los tres primeros. El candidato de la derecha Sebastián Piñera, que encabeza los sondeos desde hace años, seguido por el líder de la coalición de centroizquierda en el Gobierno, el senador y ex presidente Eduardo Frei; y en tercer lugar, la sorpresa de estos comicios, el diputado independiente Marco Enríquez-Ominami, que dejó las filas socialistas.
Piñera obtendría un 37% de los votos, seguido por Frei con un 28% y Enríquez-Ominami, con un 17%, según la última encuesta del Centro de Estudios Públicos, considerada la más certera por los analistas. Para la segunda vuelta, que se disputará en enero, Piñera lograría el 42% y Frei 39%. Si la disputa fuera entre Piñera y Enríquez-Ominami, el abanderado de la derecha aumentaría su ventaja y conseguiría el 44% frente al 33% de su rival.
Pero la población no parece muy entusiasmada, al menos por lo que refleja el padrón electoral. Se han inscrito cerca de 160.000 nuevos votantes, unos 70.000 menos que en 2005, según estima el jefe de estudios de la empresa de mercado y opinión pública Adimark, Roberto Izikson.
La aglomeración de personas que suele acudir en los últimos días a incorporarse al padrón no será suficiente para modificar esta tendencia. Con un sistema de inscripción voluntario y manual, que requiere que el interesado vaya a firmar al Servicio Electoral en horario de oficina, cerca de tres millones de chilenos con derecho a voto, alrededor de un tercio del censo, prefieren no cumplir este trámite y no participarán en los comicios.
La inscripción en el padrón contrae la obligación de votar, lo que supone una desmotivación aún mayor. En caso de abstenerse, corre el riesgo de ser multado por un juez, salvo que acuda a justificarse durante los comicios o días cercanos en una comisaría de policía por estar lejos del lugar de votación, enfermedad, o encontrarse fuera del país, para lo que se debe ir a un consulado. "Es un sistema arcaico", cuestiona Roberto Izikson.
Piñera propuso ampliar en 30 días el plazo de inscripción, pero el Gobierno rechazó la iniciativa por considerar "poco serio" hacer cambios en las reglas del juego electoral con el proceso en pleno desarrollo. Dirigentes de la coalición gobernante pidieron que también se permitiera votar a los chilenos que viven en el exterior, una demanda que la oposición ha torpedeado cada vez que se propone por temor a que esta votación les desfavorezca. Aunque el sistema de inscripción se modificó y transformó en voluntario el voto, sólo estará vigente para los comicios municipales de 2012.
La apatía electoral es mayor entre los jóvenes que en todos los demás grupos de edad. En dos décadas, el porcentaje de menores de 24 años inscritos en el padrón ha caído desde representar 20% del censo a ser hoy menos del 3%. En la votación de los jóvenes, las encuestas dan ganador a Piñera, seguido por Enríquez-Ominami.
