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La campaña 'lulista' del opositor Serra

Los elogios del candidato al actual presidente descolocan al oficialismo

Juan Arias

La conducta inédita del candidato opositor para suceder a Luiz Inácio Lula da Silva en la presidencia de Brasil, el socialdemócrata José Serra, ex gobernador de São Paulo, ha sorprendido al oficialismo. El Gobierno esperaba que Serra centrase su campaña en el ataque a lo que, según la oposición, no ha funcionado en los dos Gobiernos de Lula. No ha sido así. Por el contrario, Serra no pierde ocasión para elogiar los logros de la Administración Lula, tanto en lo económico como en la proyección internacional que ha dado al país.

"No critiqué ni ataqué a Lula cuando aún no era famoso, ¿por qué voy a atacarlo ahora?", afirma Serra. Su táctica es reconocer todo lo que Lula ha conseguido en sus casi ocho años de Gobierno. La pregunta es cómo pretende entonces ser elegido si el país va tan bien, ya que lo lógico sería que los votantes prefirieran a la candidata de Lula, la ex ministra, Dilma Rousseff, que se presenta como continuadora de los logros de su jefe.

Irritada con la postura de su contrincante, que elogia a Lula tanto o más que ella, Rousseff ha llegado a llamarle "lobo con piel de oveja". Elogia a Lula, dice Rousseff, para después atacarle. Pero la táctica no ha funcionado, porque Serra admira de verdad a Lula y todo lo que ha conseguido. ¿Cuál es, entonces, la diferencia entre ambos? Está en dos verbos, dicen los analistas políticos: continuar y mejorar. La candidata de Lula quiere "continuar" su obra. Serra quiere "mejorar" lo ya logrado, con el eslogan "Brasil puede más".

Serra ni se opone ni se compara con Lula, por el simple hecho que él no es candidato. Se compara con Rousseff. La táctica de Serra consiste en hacer ver que para continuar y mejorar el legado de Lula, él es mejor que su contrincante. Primero, porque tiene mucha más experiencia política. Biografía contra biografía, nadie niega que la experiencia de Serra, que ha sido diputado, senador, dos veces ministro, alcalde de São Paulo y gobernador del mismo Estado, además de candidato presidencial en dos ocasiones, es infinitamente mayor que la de Rousseff, que nunca disputó unas elecciones y sólo ha sido ministra con Lula.

Además, Serra dice que él es más de izquierdas que Rousseff y que el mismo Lula. Lo cierto es que Serra no ve imposible, si él ganase las elecciones, un acuerdo entre su formación, el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) y la parte más sana del Partido de los Trabajadores (PT), que quedó muy tocado tras la crisis de corrupción que lo azotó en 2005 y que casi le costó el cargo a Lula.

La gran incógnita es si, a pesar de la menor experiencia de Rousseff frente a Serra, que es un candidato progresista, el apoyo poderoso de Lula dará o no resultados en las urnas.

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