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Crisis energética en la UE

A 30 bajo cero y sin calefacción

Bulgaria advierte de que sólo tiene reservas de gas para seis días; en Moldavia ya se han agotado - La ola de frío causa al menos 44 muertos en Rumania

En Bulgaria, cuyo territorio está estos días prácticamente cubierto por el hielo, la preocupación por la falta de gas va en aumento: las reservas sólo aguantarán hasta el martes. En Moldavia, ya se han agotado. "Me he despertado esta mañana sin agua caliente ni calefacción y aún desconocemos las razones", explicaba ayer Aixa Requena, una estudiante española que reside en el barrio de Panduri, en Bucarest. Dos días antes, el apartamento parecía una nevera a pesar de que la calefacción estaba teóricamente funcionando al máximo.

Rumania, Bulgaria y Moldavia son tres de los 18 países europeos afectados por los problemas de suministro derivados por la guerra del gas entre Rusia y Ucrania. El conflicto afecta especialmente al este y sureste europeo, más dependiente del gas que Moscú bombea a través de territorio ucranio. Y, a medida que pasan los días y el gas no llega, como ha sucedido en la última semana, la situación se complica. Mientras los dirigentes políticos intentan poner fin a la crisis, cientos de miles de europeos siguen aguantando sin calefacción temperaturas de 15 grados bajo cero. Parte de la industria de la región sigue paralizada total o parcialmente. En Bulgaria, han suspendido su actividad más de 200 fábricas.

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En algunas zonas de Transilvania, en Rumania, se han llegado a registrar 30 bajo cero. El frío ha provocado la muerte de al menos 44 personas en este país, entre ellas un bebé de tres meses. Los servicios de urgencia rumanos no dan abasto. "Las ambulancias están prestando sus servicios a numerosas personas que están padeciendo las gélidas temperaturas", declaró el subsecretario de Sanidad, Raed Arafat. Seis personas acudieron al hospital de la localidad de Bacau por congelación, tras haber soportado temperaturas de menos 12 grados bajo cero. "Un joven de 24 años, que tomó un autobús para visitar a su madre en un pueblo de los alrededores, se presentó con problemas graves de congelación en los dedos de un pie", relata un asistente médico del hospital de esta ciudad de 180.000 habitantes, situada al noreste del país.

Pero, pese a la ola de frío polar que azota la zona y el corte de suministro de gas ruso, las autoridades rumanas siguen sin preocuparse ya que el país produce el 70% de su consumo interno. "No creo que Rumania sufra escasez de abastecimiento de gas si las temperaturas no descienden a menos de 15 grados", asegura Corneliu Ionut, especialista en recursos energéticos. Sin embargo, se están registrando problemas. Pocos esperan en Rumania que la UE solucione la crisis. Creen que se trata de un problema más local que europeo, según un analista económico. Más de un 70% de la población confía en las instituciones europeas, según los sondeos.

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En Bulgaria, la crisis se ha convertido en un quebradero de cabeza para el Gobierno. El ministro de Economía y Energía, Atanas Saykov, explicó ayer que sólo "se podrá aguantar hasta el próximo 20 de enero". Sofia se ha visto obligada a reducir un 70% el consumo diario para afrontar el corte total del gas. Mientras tanto, los búlgaros están soportando sin calefacción ni agua caliente temperaturas por debajo de los cinco grados bajo cero (en algunas zonas, hasta 20 grados bajo cero). El país, que cubre más del 90% de sus necesidades energéticas con las importaciones de gas ruso a través de Ucrania, está cubierto de hielo peligroso que está provocando el caos en la mayoría de las carreteras nacionales. Por si fuera poco, una manifestación contra la gestión del Gobierno acabó ayer con enfrentamientos entre la policía y algunos de los asistentes.

La situación es desesperada en Moldavia. A los moldavos ya no les queda gas y han tenido que recurrir a un derivado del petróleo para calentarse y aliviar su agonía durante cinco días más. En algunas localidades, han reaparecido las viejas burjuici (estufas rusas), que permiten quemar leña y evacuar el humo con un tubo que hace de chimenea y que se coloca en la ventana. Algunos trabajadores van al trabajo con madera que traen de casa para calentar las gigantescas oficinas heredadas de la Unión Soviética.

Una manifestación en Sofía contra la corrupción del Gobierno búlgaro acabó ayer con masivas protestas contra la gestión de la crisis energética.
Una manifestación en Sofía contra la corrupción del Gobierno búlgaro acabó ayer con masivas protestas contra la gestión de la crisis energética.REUTERS

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