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Reportaje:

Un 'chávez' en el 'imperio'

El original de 'La luna de Yare', pintado por el presidente venezolano, está en Miami y pertenece a un empresario que lo compró en 1998 por 1.000 dólares

Una copia del cuadro La luna de Yare ?obra que se atribuye al pincel del presidente venezolano, Hugo Chávez, y que ha aportado miles de dólares a la revolución bolivariana que predica el mandatario? fue subastada el pasado 12 de septiembre por el oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela y alcanzó un precio de venta récord: 255.000 dólares. Lo curioso es que, según se ha sabido ahora, el original de esta obra no sólo cuenta con orígenes mucho más humildes ?fue subastado en 1998 por tan sólo 1.000 dólares?, sino que, además, se encuentra en el corazón del imperio: es propiedad del empresario venezolano Rafael Tudela, que desde hace años reside en la ciudad de Miami (Florida, EE UU).

Tudela adquirió la obra en 1998, también durante una subasta organizada por el comando de campaña del entonces candidato a la presidencia de la República, Hugo Chávez. Lo hizo por filantropía política, más que por interés plástico. Pagó por ella una cantidad en bolívares equivalente a 1.000 dólares, al cambio de la época.

Una vez Chávez fue elegido como presidente, Tudela encargó al experto técnico Jacobo Asensi Lloria los trabajos de restauración y apreciación de la pieza. En su informe final, fechado el 12 de noviembre de 1999, Asensi Lloria recomienda al propietario: "No debe bajo ningún concepto desprenderse, ceder en opción de exhibición o a cualquier planteamiento que encierran las reglas de las grandes firmas actuarias nacionales o internacionales con relación a esta pintura".

Una imitación más valiosa que el original

Más adelante, le ofrece argumentos en su análisis para terminar de convencer: "En mi parecer experto, el análisis pictórico-compositivo de esta singular pintura me hace ir y pensar de que encierra y hay [sic] una evidente significación con los sentimientos de orden, sacrificio, disciplina y espera que, en distintas épocas o periodos a lo largo de la historia del arte, debieron pasar los artistas creadores y, en este caso, no menos el coronel Chávez, en el momento que realizó [sic] y firmó La luna de Yare (...). Estadistas y militares de la talla del mariscal Petain, Winston Churchill, Adolfo Hitler, Harry Truman, Horny y el propio presidente Roosvelt (...) pintaron y realizaron obras que hoy se estiman y celosamente se guardan como testimonio fiel de que, en momentos difíciles y angustiosos, plasmaron y vertieron sus fuerzas interiores, espirituales e intelectuales en la creación de obras de arte".

Pero ni los resultados electorales de diciembre de 1999 multiplicaron tanto la inversión de Tudela como para que se equipare con los beneficios que obtuvo el PSUV con la venta de una copia del mismo cuadro. 8.000 dólares es la cantidad en que está tasada oficialmente La luna de Yare en los documentos de la colección Rafael Tudela Reverter. Aunque la imitación de un chávez ha resultado ser más valiosa que el chávez original.

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Aunque otra copia de La luna de Yare debe estar en algún lugar de La Habana. El 14 de octubre de 2007 el presidente venezolano regaló una copia a Fidel Castro frente a las cámaras de Venezolana de Televisión. "Yo quise ser pintor. En la cárcel pinté este cuadrito, ésta es una copia que saqué para ti", le dijo, tras repasar para el ex presidente cubano los trazos de su creación: los barrotes de la ventana de su celda, la garita de vigilancia que se veía a través de ellos y la luna anaranjada. Castro verificó la firma del pintor en el margen derecho del cuadro, que no es parecida a los autógrafos que suele colocar al final de sus cartas y le pidió: "Que tú pongas tu firma aquí aumenta el valor [de la pintura], porque así nadie sabe. Si le pones la firma a éste, aumenta el valor". Chávez, entonces, dibujó su firma sobre la copia, que parece ser su gran orgullo artístico.

El maestro de Miraflores

En el Palacio de Gobierno de Caracas hay dos estudios de pintura: el de Hugo Chávez y el de su maestro, Efraín Chepín López. López ha impartido clases de arte en la Academia Militar de Venezuela durante 50 años. Allí fue donde conoció a Hugo Chávez, hace 33 años. Lo recuerda como un alumno con demasiadas vocaciones como para ocuparse seriamente de una sola: "A Hugo [Chávez] le encantaba la pelota [el béisbol], pero quería ser pintor. Él nació con esa vocación, pero también con la vocación del canto y, además, quería escribir".

En las madrugadas en que no despierta a sus ministros con una llamada telefónica, Chávez saca de la cama a su maestro de pintura para pedirle consejos. "Una de estas noches me llamó para pedir ayuda. Estaba pintando un retrato de Fidel [Castro] y no le salía bien el trazo de la nariz", recuerda el maestro.

Algunos detractores del arte de Chávez afirman que Efraín López retoca sus obras. El crítico venezolano Perán Erminy, que fue el comisario de la única exposición de la obra de Chávez que se ha hecho en Venezuela, incluso asegura que el maestro del presidente es el verdadero autor de La luna de Yare.

Chepín se defiende de esas acusaciones: "Yo nunca corrijo los trabajos de Chávez, porque considero que eso es sagrado. Yo le limpio la paleta, le acomodo los pinceles y nada más".

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