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La guerra afgana

La comunidad internacional apoya una conferencia de paz con los talibanes

El rey de Arabia Saudí hará de mediador en el proceso de reconciliación

La comunidad internacional dio ayer total apoyo a la negociación con los talibanes planteada por el presidente Hamid Karzai en una conferencia internacional que buscaba dar un nuevo enfoque a la guerra de Afganistán. La mano tendida por Karzai a "todos los compatriotas, especialmente a los hermanos desencantados que no tengan vínculos con Al Qaeda ni con otros grupos terroristas" fue celebrada por la comunidad internacional como "la oferta de un lugar honorable en la sociedad" a los hoy enemigos combatientes. El rey de Arabia Saudí, que reconoció en su día al régimen talibán, hará de mediador en el proceso. Uno de los momentos cruciales será el gran consejo de jefes tribales (loya jirga) previsto para la próxima primavera, al que se invitará a quienes hayan renunciado a la violencia.

Un momento clave será la reunión del consejo de jefes tribales en primavera
"Hay que estar dispuesto a hablar con los enemigos", afirma Clinton
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"No se hace la paz con los amigos. Hay que estar dispuesto a hablar con los enemigos", fue la expresión usada por Hillary Clinton para manifestar su apoyo a las ideas de Karzai. Ante más de 60 ministros de Exteriores y dirigentes de organizaciones internacionales, desde la ONU a la OTAN, el presidente afgano desgranó un plan de actuación de seis puntos para su país cuyo primer y más trascendente factor pasa por una estrategia de paz, reconciliación y reintegración.

"Tenemos que tender la mano a todos nuestros compatriotas, especialmente a los hermanos desencantados que no tengan vínculos con Al Qaeda ni con otros grupos terroristas y que acepten la Constitución", dijo el presidente, oficializando solemnemente las ideas que ha venido dando a conocer a lo largo de la semana. Los detalles de la estrategia quedan para más adelante y pasan por la próxima creación de un Consejo Nacional sobre la cuestión, al que seguirá una jirga de paz.

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Esa asamblea de notables, un método tradicional afgano de encontrar acuerdos consensuados entre puntos de vista contrapuestos, se celebrará en fecha por determinar la próxima primavera. "Será una reunión interafgana con personas de distintas partes del país, clérigos y sociedad civil para discutir cómo hacer la paz entre nosotros", explicó Rangin Dafar Spanta, que acaba de dejar su puesto de jefe de la diplomacia afgana para convertirse en representante especial de Karzai en el nuevo proceso que busca dar un futuro a Afganistán. "Tenemos que hablar con todos los afganos que no sean parte de Al Qaeda, respeten la Constitución, los derechos humanos y la igualdad entre el hombre y la mujer".

"Confiamos en el que el rey Abdulá Abdulaziz de Arabia Saudí juegue un papel prominente para dirigir y ayudar en el programa de paz", anunció también un Karzai que valoró que Naciones Unidas hubiera ya dado el primer paso para crear una atmósfera de entendimiento al sacar a cinco antiguos talibanes de su lista negra de terroristas. El presidente pidió nuevas exoneraciones.

La solicitud expresa de mediación al monarca saudí da calado y solidez a la oferta negociadora. Arabia Saudí es un país religiosamente ultra y uno de los escasos tres, junto a Pakistán y los Emiratos Árabes Unidos, que reconoció en su día al régimen talibán. Un viejo amigo de los integristas que también apoya a Karzai y aparece como aliado de Occidente. La monarquía wahabí sólo puso ayer una condición a su mediación: que no haya que tratar con Al Qaeda. La red islamista en guerra con Occidente inspirada por Osama Bin Laden ve al rey saudí como un siervo de Occidente.

"Los participantes en la conferencia celebran los planes del Gobierno de Afganistán de ofrecer un lugar honorable en la sociedad a los que estén dispuestos a renunciar a la violencia", con el corolario expreso de cortar lazos con Al Qaeda y otros grupos terroristas, indicó el comunicado final de la reunión de Londres, sexta de la serie que desde 2001 ha celebrado la comunidad internacional para intentar resolver el problema afgano.

El objetivo es convencer a los talibanes y allegados de que busquen sus metas políticas por la vía pacífica.

Para separar a los talibanes de base, movidos por el dinero fácil, de sus jefes ideologizados y de Al Qaeda, la comunidad internacional ha creado un fondo internacional para poder ofrecer empleo y entregarles tierras. El fondo está previsto para cinco años. David Miliband, ministro de Exteriores británico, aseguró que ayer se habían conseguido 140 millones de dólares (unos 100 millones de euros) para su primer año de vigencia. Alemania había ofrecido 50 millones de euros para el lustro y de Japón se dijo que ofreció otros tantos dólares. España se propone entregar 10 millones de euros. El fondo está abierto sin límite concreto y ayer se alentó a todos los que quieren apoyar los esfuerzos para la pacificación de Afganistán a que contribuyan. Clinton descartó la participación de EE UU, porque ya financia parecidos objetivos con fondos del Pentágono.

"La reintegración de los afganos no es para compartir el poder con los talibanes", explicó Spanta, que trató de disipar el miedo que sienten las afganas, también representadas en Londres, ante un horizonte que deja a los integristas vía libre.

De izquierda a derecha, el enviado de la ONU Kai Eide, el líder ismaelí Aga Khan, Hamid Karzai, Gordon Brown y Ban Ki-moon.
De izquierda a derecha, el enviado de la ONU Kai Eide, el líder ismaelí Aga Khan, Hamid Karzai, Gordon Brown y Ban Ki-moon.AP

Un terrorífico 2009

- Febrero. Ante las crecientes dificultades sobre el terreno, la recién estrenada Administración de Barack Obama decide reforzar el contingente presente en Afganistán

con 17.000 soldados más.

- Mayo. El secretario de Defensa de Estados Unidos, Robert Gates, nombra al general Stanley McChrystal nuevo jefe de la misión afgana en sustitución del general David McKiernan. Gates afirma que es necesario revisar la estrategia militar en Afganistán.

- Julio. Fuerzas estadounidenses y británicas lanzan una amplia ofensiva contra los talibanes en la provincia de Helmand, su gran feudo en el sur del país. Los meses de julio a octubre resultaron los cuatro más letales para las fuerzas de la coalición internacional desde el inicio de la campaña afgana, en octubre de 2001.

- Agosto. Las elecciones presidenciales son precedidas de un constante goteo de atentados y marcadas por la baja participación y el fraude.

- Septiembre. Un bombardeo ordenado por fuerzas alemanas en Kunduz mata a 142 personas, entre ellas decenas de civiles.

- Diciembre. Obama anuncia el envío de 30.000 soldados.

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