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El conflicto del Cáucaso

La crisis entre Rusia y Georgia eleva la tensión en el mar Negro

La Armada rusa se pone en alerta ante la llegada de naves de EE UU a la zona

La presencia de dos buques de guerra de Estados Unidos y Rusia en el mar Negro, a corta distancia uno de otro, aumentó ayer la inestabilidad en la zona. Un buque norteamericano atracó ayer en el puerto georgiano de Batumi cargado oficialmente con ayuda humanitaria -algo que no se acaba de creer el Kremlin, que sospecha que la Casa Blanca está enviando armas a Tbilisi-, mientras unos 270 kilómetros más al norte el Moskvá, la nave insignia de la flota rusa del mar Negro, anclaba en el puerto abjazo de Sujumi.

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La tensión entre Rusia y Occidente a raíz del enfrentamiento entre Moscú y Georgia crece día a día. Rusia está tomando "medidas de precaución" para hacer frente a la presencia de fuerzas navales de la OTAN en el mar Negro y espera que todo esto no conduzca a una "confrontación", afirmó un portavoz del Kremlin. Serguéi Bagapsh, presidente de la región separatista de Abjazia, dijo ser partidario de que los buques rusos tengan allí una base temporal.

La llegada del barco ruso se produce un día después de que el presidente, Dmitri Medvédev, ignorara las presiones internacionales y reconociera la independencia de las regiones georgianas de Osetia del Sur y Abjazia, cuyas ambiciones separatistas desencadenaron este mes una breve guerra entre Rusia y Georgia.

El guardacostas Dallas -el buque estadounidense que llegó ayer a Georgia- debería haber anclado en el puerto de Poti, que queda al norte de Batumi, pero después Washington cambió de opinión, seguramente porque los accesos a Poti están controlados por los rusos, quienes se han reservado el derecho a patrullar la zona e incluso podrían realizar inspecciones de los vehículos que salieran de allí con el cargamento enviado por Estados Unidos. Además, la llegada a Poti del Dallas hubiera sido interpretada por el Kremlin como un abierto desafío.

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El destructor estadounidense McFaul, que porta misiles, había arribado a Batumi el domingo con 34 toneladas de ayuda humanitaria y abandonó ese puerto el martes, pero se iba a quedar en la zona. Para mañana se espera la llegada de un tercer buque.

El vicejefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Rusia, el general Anatoli Nogovitsin, ha calificado de "diabólico" el enviar buques de guerra para transportar ayuda humanitaria. Nogovitsin ha expresado su preocupación por la "alta actividad de los buques de la OTAN en el mar Negro". Moscú sospecha que con un "pretexto alabable" estén llevando armas a Georgia, gran aliado de Estados Unidos.

Estas sospechas se ven reforzadas por las declaraciones de algunos dirigentes de Tbilisi. En una entrevista con el periódico ruso Kommersant, el viceministro georgiano de Defensa, Batu Kutelia, señaló "estar trabajando con los colegas estadounidenses" y de otros países para evaluar el daño causado a la capacidad defensiva de Georgia y proceder a restaurarla. "Se trata de restablecer la infraestructura y el sistema de defensa antiaérea y también de otra ayuda técnico-militar", dijo. Unos 50 aviones estadounidenses han aterrizado en el país. Pese a las preocupaciones rusas, el Kremlin no tiene planes de reforzar su flota del mar Negro, según Nogovitsin. "Es malo cuando comenzamos a jugar con los músculos", señaló. Rusia mantiene tropas en Georgia pese a las peticiones de EE UU y la UE para que se retire.

La llegada a Abjazia del crucero Moskvá, que también lleva misiles, es la repuesta del Kremlin a la presencia del USS McFaul en la zona. El portavoz de la Armada rusa, Ígor Digalo, informó de que después de la visita a Sujumi, el Moskvá, junto con otros buques, continuará sus tareas en la zona de seguridad establecida por los rusos frente a la costa abjaza y propiamente georgiana.

Mientras, el Gobierno ucranio ratificó ayer las nuevas normas de cruce de la frontera estatal que se deberán aplicar a la flota rusa del mar Negro, con base en Sebastopol. Las nuevas regulaciones exigen que Rusia notifique sus movimientos con 72 horas de antelación. Kiev, que ha apoyado a Tbilisi en el reciente conflicto, quiere renegociar el alquiler que cobra a Rusia por esa base en Crimea. Según el contrato actual, Moscú tiene derecho a utilizar el puerto hasta 2017, a razón de 98 millones de dólares (unos 67 millones de euros) al año.

El presidente ruso viajó ayer a Tayikistán para participar en la cumbre de la Organización de Cooperación Shanghai y explicar a sus aliados las razones para reconocer a Abjazia y Osetia del Sur.

Un vigilante georgiano patrulla en el puerto de Batumi ante la llegada del buque guardacostas estadounidense <i>Dallas.</i>
Un vigilante georgiano patrulla en el puerto de Batumi ante la llegada del buque guardacostas estadounidense Dallas.AFP

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