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La crisis no va con el Kremlin

Ingresos fabulosos, coches de lujo y viviendas inmensas aparecen en la declaración de la renta de los políticos rusos

Mientras los dirigentes de Europa Occidental se recortan los sueldos y se aprietan el cinturón, la crisis económica no existe para los funcionarios y políticos rusos, que nadan en la abundancia, tienen fabulosos coches e inmensas viviendas. Es lo que se deduce de las declaraciones de ingresos y patrimonio (correspondientes a 2009) que los distintos departamentos de la administración han ido presentando a Hacienda. La publicación de estas declaraciones "crea una nueva situación político-moral", ha dicho Viacheslav Kóstikov, el secretario de prensa del fallecido presidente Borís Yeltsin. En un artículo en Argumenti i Fakti, Kóstikov ha acusado a la elite de "glotonería" y de comportarse de forma "provocativa" y temeraria en un país donde faltan de una forma catastrófica las carreteras, las clínicas y las escuelas, donde las viviendas se desmoronan y el campo se degrada.

Las declaraciones de renta y patrimonio de los funcionarios son públicas, y este año incluyen por primera vez los datos de los familiares más próximos (consorte e hijos menores de edad), lo que fue una iniciativa del presidente Dmitri Medvédev para luchar contra la corrupción. Si se compara con los ingresos de Yuri Trútnev, el ministro de la Naturaleza que ganó 155 millones de rublos (más de cuatro millones de euros), el jefe del Estado y el primer ministro Vladímir Putin aparecen como dos modestos servidores del Estado. Medvédev declaró unos ingresos anuales de 3,33 millones de rublos o algo más de 87.000 euros (en 2008 fueron de 4,14 millones) y Putin, de 3,88 millones. Los blogs críticos comentan que el reloj lucido por el jefe del Estado cuesta un tercio de sus ingresos anuales, y su esposa Svetlana (135.000 rublos, en 2009), lleva otro, que no desmerece del de su marido.

El 83,6% de los rusos vive con ingresos inferiores a los 25.000 rublos (un euro equivale a 38 rublos), y el sueldo medio fue de 20.383 rublos en abril, según datos estadísticos. Los sueldos más altos se dan en sector del petróleo con 47.500 rublos al mes, mientras los mineros ganan una media de 30.000 rublos al mes.

Consortes millonarias

Discretos funcionarios del Estado tienen ricas consortes, como Igor Shuválov, primer vicejefe del Gobierno, que declaro 6,5 millones de rublos, mientras su esposa ganaba 641 millones. De profesión desconocida, la señora Shuválova colecciona coches de lujo (un Jaguar tres Mercedes, una limousine Zil, y otros) y, además de tener tres pisos propios, y alquila sendas casas en Austria y Gran Bretaña de 1479,84 y 424 metros cuadrados respectivamente. Entre las esposas de los legisladores, la más acaudalada, es la de Nikolái Olshanski con 996,73 millones de rublos.

Ingresos notables tuvo también Alexandr Jloponin, viceprimer ministro y responsable del distrito del Cáucaso del Norte, que declaró casi 68 millones de rublos, e Igor Levitin, el ministro de Transporte (21,5 millones de rublos). Más modesto es el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov (algo más de 3,9 millones de rublos), propietario de dos pisos de 210 y 247 metros cuadrados respectivamente. La política exterior no es una mina, pero Serguéi Prijodko, ayudante presidencial para temas de política exterior (6,5 millones de rublos de ingresos), posee una casa de 1.580 metros cuadrados, dos pisos de 227,5 y 150 metros cuadrados respectivamente y un local de 186 metros cuadrados, además de disponer de una dacha de casi 200 metros cuadrados.

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Entre los gobernadores, el más acaudalado es Dmitri Zelenin, de la región de Tver con 137,34 millones de rublos, seguido de Lev Kuznetsov, en la Región Marítima (Vladivostok en el Pacífico), con 118,76 millones de rublos. Entre los "pobres" está el presidente de Kalmykia, Kirsán Iliumzhínov, con menos de un millón. Paradójicamente, este político hace valer su capacidad de obtener recursos como argumento para ser reelegido presidente de la Federación Internacional de Ajedrez. Yuri Luzhkov, el alcalde en Moscú, tiene un piso y un terreno (445,1 y 1,1 millones de metros cuadrados respectivamente). Su esposa, la empresaria Yelena Batúrina ganó casi 31.000 millones de rublos, por delante de la esposa del gobernador de la Región Marítima que declaró 540,6 millones. Batúrina dispone de una casa en el Reino Unido y otra en España, de 1.203 y 1.627,9 metros cuadrados cada una. Entre los más adinerados senadores está Serguéi Pugachov, un oriundo de San Petersburgo con imagen de devoto cristiano ortodoxo, que ganó 3000 millones de rublos.

Potentados menores de edad

También los hijos menores de edad aportan ingresos. El hijo del senador y ex fiscal militar Aleksandr Savenkov ganó un total de 8,1 millones de rublos, casi triplicando los ingresos del padre. En la Duma Estatal (cámara baja), donde el sueldo de un diputado raso ronda los 2 millones de rublos, hay coleccionistas de propiedad inmobiliaria como Grigori Anikéiev, de Rusia Unida (RU) con tres casas, diez pisos y 18 terrenos con un total de 10 hectáreas y tres yates. Anikéev se ha convertido en el primer diputado que declara un avión, un Dassault Falcon 20000 Ex Easy, que cuesta 28 millones de dólares. De los diez diputados más ricos, ocho pertenecen a RU, y la lista está encabezada por Leonid Simanovskii, del sector del gas, con 1.185 millones de rublos de ingresos. En décima posición está el comunista, Serguéi Muravlenko (349 millones de rublos), que viene del sector petrolero y de la disuelta compañía Yukos. Los diputados tienen una media de dos coches por cabeza y su coche favorito es el Mercedes S 500. Con 70.000 hectáreas, el diputado Valeri Tolstopiatov, es el mayor terrateniente de la cámara baja del Parlamento.

En la Administración Presidencial, Vladimir Kozhin, el jefe de la intendencia del Kremlin, ganó un total de casi 17 millones de rublos, y posee dos terrenos (77.100 y 7.400 metros cuadrados respectivamente), dos casas y una dacha, de 280 y 337 y 998 metros cuadrados respectivamente, además de un piso de 463 metros cuadrados. Alekséi Koniushkov, jefe del departamento de la propiedad federal y ex director del complejo "Hotel Presidente", ganó 27,77 millones de rublos, e Iván Maliushin, encargado de la reconstrucción del palacio de Constantino en San Petersburgo y subordinado de Kozhin, ganó 13 millones de rublos y declaró un territorio agrícola de 70.000 metros cuadrados, además de seis casas y diez pisos.

En la Administración del Kremlin, Konstantin Chuichenko, de la dirección de control, (21,7 millones de rublos de ingresos), se sacrificó al pasar a las estructuras presidenciales desde Gazprom, donde ganó más 368 millones el año anterior. El ex ministro de comunicaciones, Leonid Reiman, que en el pasado fue uno de los más ricos del gobierno, ganó más de 93 millones de rublos como consejero del presidente Medvédev. En el sector de política interior, el vicejefe de la Administración, Viacheslav Surkov, experto en maquinaciones de política interior, ganó 6,3 millones, pero su mujer Natalia Dubovistskaya, (56,445 millones de ingresos) fue la consorte más rica del Kremlin.

Tampoco en los órganos de Interior se quedan cortos. El policía más rico de Rusia fue el jefe de San Petersburgo y región de Leningrado, Vladislav Piotrovski, (23,77 millones de rublos) que tiene terrenos, una casa, una dacha y pisos de 366, 192 y 177 metros cuadrados respectivamente, garaje, una lancha Silver Condor Cabin 730. A su lado, el ministro de Interior, Rashid Nurgalíev, es un mendigo, con 2,76 millones de rublos de ingresos, un terreno y un piso (1.500 y 182 metros cuadrados, respectivamente).

La empresa pública, por su parte, no va a la zaga a la administración y hace caso omiso a las exhortaciones realizadas por el presidente Medvédev de mostrarse contenida en época de crisis. Los miembros de la directiva de Gazprom cobraron una media de 61,4 millones de rublos anuales (incluidos bonos y gratificaciones), y los Transneft (el monopolio de los oleoductos), 58,36 millones de rublos, con aumentos respectivos del 25% y el 199% sobre 2008, a pesar de que la inflación en Rusia fue de un 8,8%. Además, 2009 fue un año malo para Gazprom que recortó en un 16% su producción de gas, en un 11% la exportación y en un 21% los ingresos brutos.

"Sobre el fondo de la crisis, se produce una bacanal cínica de la "gran glotonería" de la elite burocrática y económica", escribe Viacheslav Kóstikov. Según él, los rusos no están preocupados por los ingresos de dos decenas de prominentes multimillonarios, sino porque "el poder ha pasado a manos de una burocracia más numerosa, pero no menos avariciosa". Se trata, dice, de un capitalismo burocrático caracterizado por la codicia y el deseo de obtener cuanto más y más deprisa mejor. "Las sirenas suenan cada vez más fuerte, pero la elite no las oye", afirma. Por su parte, Mijaíl Deliaguin, director del Instituto de Problemas de la Globalización, acusa a los dirigentes rusos de haber llegado al estadio de ceguera sobre la realidad que caracterizaba a los dirigentes comunistas.

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