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Elecciones en Chile

La derecha gana la primera vuelta en Chile

La Concertación asume la derrota tras 20 años de Gobierno y apuesta por un gran frente para la segunda vuelta - El conservador Piñera promete "tiempos mejores"

Por primera vez en dos décadas, desde el fin de la dictadura de Augusto Pinochet, la Concertación, la coalición entre democristianos y socialistas, no ganó una elección a la presidencia de Chile. El candidato de la derecha, el empresario Sebastián Piñera, disputará al de la coalición gobernante, el senador democristiano y ex presidente (1994-2000) Eduardo Frei, la segunda vuelta del 17 de enero para suceder en La Moneda a la presidenta, Michelle Bachelet.

Escrutado el 59,9% de las mesas, Piñera obtiene el 44,23% de los votos en la primera vuelta de los comicios presidenciales celebrados ayer, frente al 30,05% de Frei, seguidos por el diputado independiente Marco Enríquez-Ominami, con el 19,39%, y por el ex ministro Jorge Arrate, por el pacto que encabeza el Partido comunista, con el 5,86%.

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Piñera obtuvo cuatro puntos menos que la derecha en su conjunto en la primera vuelta de la anterior elección, en 2005, cuando se enfrentó a Bachelet dividida en dos candidatos, el propio Piñera y el ex alcalde Joaquín Lavín. El resultado logrado ayer por el empresario fue superior al que mostraban la mayoría de los pronósticos y al que esperaban sus partidarios.

Todo anticipa que el conservador enfrentará una segunda vuelta reñida, aunque está bien situado, por la división del terreno donde Frei puede obtener apoyo. Piñera deberá buscar los votos que le faltan para la mayoría absoluta entre los seguidores del tercero en la contienda, Enríquez-Ominami, que concitó cierto apoyo entre jóvenes de la derecha, e intentar quitarle a Frei votos de los democristianos preocupados por la alianza a que este último deberá llegar con los comunistas.

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Piñera obtuvo 13,7 puntos porcentuales sobre Frei. Pese a la diferencia, las primeras cuentas que sacaron anoche los líderes de la Concertación no eran de desánimo. Sostenían que la suma de votos de los tres candidatos progresistas, Frei, Enríquez-Ominami y Arrate (55,3%), garantizaba una victoria en segunda vuelta. Atribuían la derrota a la incapacidad de las fuerzas progresistas para presentarse unida.

En esa línea, tras conocerse los primeros resultados, Frei llamó a los votantes de Arrate y Enríquez-Ominami a sumarse a su campaña y expresar que la mayoría rechaza a la derecha. Pero mientras, Enríquez-Ominami dijo no sentirse propietario de los votos recibidos, y que aunque muchos lo esperaban, sentía que se le hacía imposible abusar de esa confianza. "No llamaré a endosar los votos", sostuvo, cerrando la puerta a un acuerdo con Frei.

Entre tanto, Piñera garantizó que será "presidente de todos los chilenos" y resaltó sus coincidencias con la crítica de Enríquez-Ominami a la "fatiga de material" de la Concertación.

La jornada se desarrolló sin incidentes y bajo un sol generoso en la mayor parte del país. Hombres y mujeres votaron por separado. Además de elegir presidente, se renueva la Cámara de Diputados y la mitad del Senado. El Partido Comunista obtuvo tres diputados, la primera vez desde el fin de la dictadura que entra en la Cámara.

Piñera fue el primero en acudir a votar, rodeado de un enjambre de cámaras y reporteros, y acompañado por su esposa, Cecilia Morel. Al salir del recinto, en medio de gritos de sus partidarios, agradeció el apoyo dando "un mensaje de esperanza: vienen tiempos mejores para Chile".

Con una campaña en la que ha ofrecido cambios, una mejor gestión del Estado, un millón de empleos, mano dura con la delincuencia y conservar lo mejor de la Concertación, y aprovechando el desgaste de los años de gobierno y la división de sus contrincantes, Piñera se ha mantenido al frente de todos los sondeos.

A la misma hora, la presidenta Bachelet caminó desde su domicilio para ir a votar, trayecto en el que recibió aplausos y muestras de afecto. La presidenta resaltó que ésta es la elección número 26 desde 1989, dando siempre ejemplo de normalidad y haciendo que Chile sea respetado en el mundo. La presidenta dio a entender que la Concertación tiene la vista puesta en la segunda vuelta.

Frei votó entre aplausos y pitidos en la región por donde es senador, en la ciudad de La Unión, 900 kilómetros al sur de Santiago. Se definen dos visiones de Chile, sostuvo, "no queremos un salto al vacío ni una vuelta al pasado (...). No creemos que las fuerzas del mercado y el dinero deben primar en una sociedad", planteó. Apuntó que, por encima del resultado de ayer, lo importante es que estará "en la papeleta de enero". "Y ahí ganaremos", dijo.

Enríquez-Ominami viajó para votar hasta el elegante balneario de Zapallar, a 120 kilómetros de Santiago, en el distrito por el cual es diputado. Antes visitó en Santiago la tumba de su padre, Miguel Enríquez, que fue líder del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) y murió en 1974 a manos de la DINA, el aparato represivo de la dictadura.

El candidato conservador chileno, Sebastián Piñera, ondea una bandera de Chile para celebrar los resultados, anoche en Santiago
El candidato conservador chileno, Sebastián Piñera, ondea una bandera de Chile para celebrar los resultados, anoche en SantiagoREUTERS
El candidato conservador chileno, Sebastián Piñera, muestra su papeleta de voto a la prensa, en Santiago.
El candidato conservador chileno, Sebastián Piñera, muestra su papeleta de voto a la prensa, en Santiago.EFE
El candidato conservador chileno, Sebastián Piñera, corre junto a su hijo Cristóbal y su nieto León, antes de votar en Santiago.
El candidato conservador chileno, Sebastián Piñera, corre junto a su hijo Cristóbal y su nieto León, antes de votar en Santiago.EFE

LOS COMICIOS MÁS REÑIDOS

- Una transición original. Democristianos y socialistas se coaligaron hace 20 años tras el referéndum que puso fin, en 1988, a 13 años de dictadura del general Augusto Pinochet. Desde entonces, los democristianos Patricio Aylwin y Eduardo Frei, y los socialistas Ricardo Lagos y Michelle Bachelet se han sucedido en

la presidencia chilena, en una fórmula continuista que dio estabilidad a Chile y permitió articular la transición.

- Fin de la Concertación. Al margen de los resultados, los comicios celebrados ayer pondrán fin a esta fórmula sin precedentes. La mala campaña electoral y las disputas internas han dañado la cohesión de la coalición, lo que hace prever una nueva recomposición de cara a una segunda vuelta. El peso de los socialistas será mayor en la nueva configuración, que tendrá que abrirse a otras fuerzas de la izquierda.

- Piñera y la economía. Sebastián Piñera, candidato de coalición del centro-derecha, ha prometido impulsar el crecimiento hasta un 6% anual y crear un millón de empleos hasta 2014. Propone incentivar la pequeña y mediana industria, modernizar gigantes estatales como la minera Codelco y la petrolera ENAP, y ofrecer incentivos fiscales para que las compañías mineras privadas desarrollen nuevas tecnologías. Piñera se ha comprometido a mantener las políticas sociales de la Concertación. Impulsará la igualdad de derechos para las parejas homosexuales.

- Frei y el continuismo. El principal compromiso del candidato oficialista, Eduardo Frei, es mantener los programas de bienestar impulsados por Bachelet y expandirlos a la clase media. Frei quiere reformar las leyes laborales y ampliar el número de sindicatos, impulsar nuevas fuentes de energía, incluida la nuclear, y una mayor fiscalización de los fondos privados de pensiones. También aboga por la igualdad de derechos para las parejas del mismo sexo y por derogar la amnistía de 1978 para los crímenes de la dictadura.

- Ominami y los impuestos. El independiente y ex socialista Marco Enríquez-Ominami, tercero en discordia en la campaña, aumentará tasas e impuestos a las mineras, las hidroeléctricas y a las empresas de alcohol y tabaco. Aumentará la presencia del Estado en el sistema de pensiones, transportes y servicios.

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