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Los derechos humanos se deterioran en México y Brasil

El informe anual de Human Rights Watch destaca los abusos cometidos por las fuerzas de seguridad en ambos países.- La organización se muestra decepcionada con Obama

México y Brasil son los países donde más se han deteriorado los derechos humanos en el último año por los abusos cometidos por el Ejército y la policía en la lucha contra el narcotráfico. Así lo denuncia la organización Human Rights Watch (HRW), que este miércoles presentó su informe anual sobre la situación en todo el mundo. Según el director ejecutivo de la organización, Kenneth Roth, las denuncias de abusos han aumentado en ambos países, pero no hay investigaciones reales para encontrar a los culpables y hacer justicia.

Sobre México en particular, el informe subraya que el Ejército, desplegado para combatir a los carteles de la droga, tiene un historial "horrendo" de no investigar delitos cometidos por sus miembros, por lo que "no es una sorpresa que la violencia y el abuso se hayan disparado", explicó Roth en una rueda de prensa en Washington. Y aunque el número de denuncias contra las Fuerzas Armadas se multiplicó por seis entre 2006 y 2008, la mayoría nunca llegan a juicio porque las autoridades militares se reservan la jurisdicción de investigar esos casos. "En México los militares aún no rinden cuenta de sus actuaciones", asegura José Miguel Vivanco, director del departamento de América Latina de HRW.

Una situación parecida se vive en Brasil. Según Vivanco, en este país la policía es de "gatillo fácil" y no investiga sus propios abusos. Datos oficiales recogidos por la organización recogen que en los primeros seis meses del año pasado agentes de la fuerza pública fueron responsables de 561 homicidios en el Estado de Río de Janeiro, donde el problema es más grave. El informe indica también que Brasil está por detrás de otros países latinoamericanos en la investigación de los crímenes cometidos durante el régimen militar (1964-1985).

Como en otras ediciones, el diagnóstico anual de HRW destaca los abusos a los derechos humanos cometidos en Colombia, donde la organización denuncia la aparición de nuevos grupos paramilitares, un fenómeno que ha causado una escalada de homicidios en algunos lugares, como Medellín. HRW critica además al Gobierno, al que acusa de obstaculizar la investigación de los vínculos entre los aliados políticos del presidente Álvaro Uribe y los grupos paramilitares. En este sentido, Roth se muestra "bastante preocupado" con la posibilidad de que Uribe se presente a la reelección, al considerar que su victoria significaría la consolidación de su poder, "similar a lo que hizo (Alberto) Fujimori en Perú".

Otro país que se menciona en el informe es Venezuela, donde hace especial hincapié en las restricciones que el presidente, Hugo Chávez, ha impuesto a medios de comunicación con el objetivo de limitar su capacidad de ser "un contrapeso" al Gobierno, además de la intimidación a la sociedad civil y a los jueces.

Decepción con Obama

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Fuera de América Latina, HRW se muestra defraudada con el presidente de EE UU, Barack Obama, porque no ha hecho lo suficiente por defender los derechos humanos en su primer año en la Casa Blanca. "Ha habido una mejoría espectacular en el discurso", pero las palabras "no han llevado a cambios" en la práctica, lamenta Roth.

La organización alaba que el mandatario haya prohibido la tortura, pero por otro lado critica que no haya investigado a quienes la autorizaron o la llevaron a cabo en cárceles militares o de la Agencia Central de Inteligencia (CIA). Al respecto, el director ejecutivo de HRW recalca que Obama parece haber decidido "cerrar el Guantánamo físico, pero no los principios en los que se basa". "Eso ha establecido un precedente muy peligroso de impunidad, porque el legado de la presidencia de [George W.] Bush puede ser que es posible torturar y que no haya consecuencias por ello", concluye Roth.

La investigación de Human Rights Watch abarca además una amplia gama de abusos en prácticamente todas las regiones del mundo. Por ejemplo, en Irán se centra en la represión gubernamental de activistas pacíficos después de las elecciones presidenciales de junio de 2009. Y en China, además de su labor constante de documentar el acoso y encarcelamiento de defensores de derechos humanos, la organización describe la operación secreta de "cárceles negras", donde las autoridades detienen a personas que secuestran de las calles de Pekín y otras grandes las ciudades.

Cuba, Zimbabue, Israel, Gaza, Libia, Congo, Guinea son otros países objeto de atención, donde "los derechos humanos siguen siendo vulnerables y necesitan grandemente el apoyo de los gobiernos que respetan los derechos", asegura la organización.

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