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Cumbre Iberoamericana de Asunción

La economía de América Latina resiste a la crisis financiera global

La OCDE y la CEPAL pronostican que la región crecerá más de un 4% en 2012

Alejandro Rebossio

Latinoamérica crecerá el año próximo un 4%, pese a la actual volatilidad financiera global que proviene de la Eurozona y de su dificultad para resolver los problemas de deuda soberana de algunos de sus miembros. Por lo menos éste es el pronóstico que presentaron ayer la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en la cumbre iberoamericana de Asunción.

"Aunque se espera que el crecimiento en las economías más avanzadas continúe siendo lento, se estima que América Latina crecerá un 4,4% en 2011", pronostica el documento Perspectivas económicas de América Latina 2012 de la CEPAL y la OCDE, organizaciones dirigidas por los mexicanos Alicia Bárcena y Ángel Gurría, respectivamente. Pese a las predicciones optimistas sobre Latinoamérica, el informe advierte que "los problemas fiscales en la zona euro podrían causar serios problemas en el sistema financiero internacional, incluidos los mercados emergentes, y una reversión de los flujos de capitales podría generar grandes fluctuaciones en los tipos de cambio con efectos disruptivos sobre la economía real".

El comercio con China es uno de los factores del actual crecimiento
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El actual crecimiento latinoamericano se explica porque la región depende ahora más de China que hace diez años, cuando el comercio bilateral suponía un tercio de lo que es ahora. Para Brasil y Chile, el gigante asiático es el primer socio comercial. Para Argentina y Perú, es el segundo. En cambio, México, Centroamérica y el Caribe aún dependen más del devenir de la desacelerada economía de EE UU.

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"El comercio de la región con China fue uno de los factores que coadyuvó a su rápida recuperación" tras la crisis mundial de 2008/2009, destacan la CEPAL y la OCDE. "Sin embargo, también implica una mayor sensibilidad a una potencial desaceleración del crecimiento chino, transmitida tanto por una menor demanda de productos latinoamericanos como por su efecto sobre los precios de las materias primas. Ambos fenómenos tendrían un fuerte impacto sobre las cuentas fiscales de muchas economías de la región".

Pero detrás del entusiasmo de la CEPAL y la OCDE por la coyuntura latinoamericana hay una preocupación por el largo plazo. "Los países latinoamericanos deben aprovechar las oportunidades para eliminar restricciones al desarrollo y dar un salto cuantitativo y cualitativo en la provisión de servicios públicos. Pese a los avances logrados en la región en materia de reducción de la pobreza -del 44% de la población en 2002 al 33% en 2008- y desigualdad, aún se mantienen importantes brechas por cerrar. Uno de cada tres latinoamericanos vive debajo de la línea de pobreza".

Por eso los organismos proponen reformas tributarias en Latinoamérica. "Con la excepción de algunos países del Cono Sur, como Argentina, Brasil y Uruguay, que tienen una recaudación en torno al 30% del PIB, similar al promedio de países de la OCDE, en su conjunto la carga tributaria en la región es baja. A su vez, se observan menores niveles en la imposición a la renta de las personas físicas, más deducciones y exoneraciones tributarias que en otros países, y estructuras concentradas en impuestos indirectos", dice el documento en referencia al IVA, por ejemplo.

También es bajo el gasto social en algunos países. Representa el 7% del PIB en Guatemala, mientras llega al 25% en Brasil.

"El Estado también debe transformarse para responder mejor a las necesidades de los ciudadanos y gestionar los recursos de manera más eficiente, transparente y eficaz", reclaman la CEPAL y la OCDE, dos de cuyos miembros son latinoamericanos: México y Chile. Los organismos proponen tres áreas clave para un crecimiento sostenible e inclusivo: educación, infraestructura y desarrollo productivo e innovación.

"La cobertura y el gasto en educación han mejorado de manera sostenida en las últimas décadas en América Latina. Sin embargo, su calidad continúa siendo baja y el acceso desigual", lamentan la OCDE y la CEPAL. Por ejemplo, en lectura, más de 48% de los estudiantes no alcanza los niveles mínimos aceptables, mientras que en el promedio de la OCDE esta proporción es inferior al 19%. En Argentina, México y Panamá, los estudiantes rurales llevan un retraso de un año con respecto a los de las zonas urbanas.

En la primera mitad de la década de 2000, Latinoamérica mostraba un déficit en infraestructuras de transporte (kilómetros de carretera por kilómetro cuadrado) de 85% con respecto a las economías del Sureste asiático, y una brecha en el sector energía (megavatios por mil habitantes) de 60%. La brecha entre Latinoamérica y los países de la OCDE en acceso a banda ancha fija pasó de 1% en 2000 a 17% en 2009. El informe propone "mejorar el marco normativo para fortalecer los procesos de planificación y gestión de la inversión en infraestructura".

Los sectores intensivos en recursos naturales siguen representando el 60% del valor agregado manufacturero en Latinoamérica, mientras que en EE UU son los sectores intensivos en conocimiento los que representan el 60% del valor agregado del sector de manufacturas. "La región invierte escasos recursos en investigación y desarrollo", critican la OCDE y la CEPAL.

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