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Entrevista:FERNANDO HENRIQUE CARDOSO | Ex presidente de Brasil

"Las elecciones han mostrado que ni Lula puede hacer lo que le da la gana"

Soledad Gallego-Díaz

"Estas elecciones han demostrado que nadie hace ya aquí lo que le da la gana, ni Lula. Por eso fue importante llegar a la segunda vuelta. Porque es positivo y democrático que el innegable prestigio popular de Lula no se traduzca en la posibilidad de imponer una norma homogénea. El electorado brasileño tiene sensibilidad para, casi instintivamente, distribuir más el poder". El ex presidente Fernando Henrique Cardoso, de 79 años, que ganó las elecciones en dos ocasiones en primera vuelta (de 1996 a 2003), y que ha permanecido callado en la pasada campaña de su grupo (Partido de la Social Democracia Brasileña), niega que tenga diferencias con José Serra ("Es mi amigo de hace 45 años, hablamos casi todos los días") y se muestra esperanzado con la posibilidad de que consiga atraer a buena parte del voto que arrastró la candidata ecologista, Marina Silva, en la primera ronda.

"Serra tiene una ventaja para atraer al voto de Marina Silva: es católico"
"La participación de Lula en la campaña fue más que excesiva: lo nunca visto"
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Henrique Cardoso recibe a EL PAÍS y al diario argentino La Nación, dos días después de las elecciones, en su despacho de la fundación que preside, y entra rápidamente en materia. "El Partido Verde", dice, "no es una institución como sucede en Alemania. Aquí no tiene una estructura que apoye a Marina. Es ella la que es el símbolo y la que ha atraído a un electorado muy diverso, no solo ecologista, sino que también la apoya por motivos confesionales".

Pregunta. ¿Cree usted que José Serra podrá seducir a ese electorado?

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Respuesta. Son votos muy diversificados. Claro que sería importante que Marina se pronunciara a favor de Serra, pero no sé si eso puede caber en su estrategia. Lo que importa es intentar atraer a esos electores. Y eso va a depender mucho más de la credibilidad de los dos candidatos que de cualquier otra cosa. Dilma Rousseff dirá lo que haga falta, que es ambientalista o que no defiende el aborto, pero eso no es lo que vale. La gente capta el mensaje. Si Serra me escucha, y a lo mejor lo hace, le diré que lo más importante es que él hable, que diga lo que piensa, de modo que los electores de Marina le crean.

P. ¿Qué ventajas ofrece Serra?

R. Tiene una ventaja comparativa: la cuestión confesional. Serra siempre se ha definido como católico y siempre ha mantenido posiciones dentro de esa fe. Y en temas ambientales, nadie hizo más que él aquí, en São Paulo. La visión de Dilma Rousseff se acerca mucho más al desarrollismo, en el sentido de creer que lo que más vale es hacer crecer el PIB. Para ellos, los temas ambientales son un obstáculo. Para Serra, no.

P. ¿Perjudica a Dilma Rousseff su imagen laica?

R. Dilma viene de una tradición más laica y libertaria (su padre fue un comunista búlgaro). Lógicamente, debería ser más partidaria, por ejemplo, del aborto, pero en la campaña tuvo que decir que no. Las iglesias le atacaron por eso y ahora fue a una capilla, se mostró en el bautizo de su nieto, pero todo suena forzado. También creo que la sociedad brasileña es más abierta de lo que se piensa respecto a esos temas.

P. ¿Está usted a favor de la despenalización del aborto?

R. Creo que la ley brasileña está bien como está [se permite en caso de violación o peligro para la vida de la madre]. Y creo que el aborto tiene un aspecto que Dilma resaltó al principio y que luego olvidó y que me parece importante: aquí mueren cientos de miles de mujeres por abortos clandestinos, y eso es un problema de salud pública que hay que tener en consideración.

P. La campaña de Serra fue percibida como muy blanda.

R. Sí, lo sé. Pero es que hoy los expertos en marketing tienen un peso enorme y toman decisiones que a nosotros, los políticos, no nos gustan porque sacan la pasión de la campaña. Tengo mis dudas sobre esto. Creo que hay que hacer otras cosas, porque, en política, ganar es importante, pero lo más importante es tener una convicción.

P. ¿Cree que la participación de Lula en la campaña electoral fue excesiva?

R. Más que excesiva. Fue algo que nunca antes se había visto. Dejó de ser jefe de una nación para ser jefe de una facción. Es lógico que defienda a su partido, pero su actitud ha sido como de querer eliminar a la otra parte. Pero Lula es así, no es algo novedoso.

P. ¿Cree que ese perfil tan agresivo ha podido perjudicar a Dilma Rousseff?

R. Es posible. Quedó claro que Dilma no es ella, que él está por detrás y que ella es su criatura. El excesivo protagonismo político de Lula disminuyó la personalidad política de Dilma. De todas formas, eso no va a durar mucho, porque si Dilma gana la presidencia, las cosas cambiarían, para bien o para mal.

P. ¿Cree que Serra todavía puede ganar?

R. Sí, todavía podemos ganar. Mas allá de que las encuestas se equivocaron, hubo un cambio de opinión en la gente. No sé si permanecerá, pero el hecho de que la sociedad se haya parado a respirar es muy importante. No soy ingenuo, pero creo que aún podemos ganar. Esta mañana hablé con Aécio Neves [importante personalidad política del PSDB] y él está muy entusiasmado. De hecho, yo creo que él y otros candidatos victoriosos en esas elecciones, como Alckmin [gobernador de São Paulo], tienen que estar más activos.

P. ¿Existe peligro de que Brasil experimente un cambio radical, en un caso u otro?

R. Los grandes datos de la economía están ya encarrilados y la capa empresarial del país es muy activa. Se han dado pasos que no tienen vuelta atrás.

Fernando Henrique Cardoso.
Fernando Henrique Cardoso.CLAUDIO ÁLVAREZ

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