Una nueva matanza sacude Pakistán

Un atentado perpetrado ayer con un coche bomba en una zona comercial de la ciudad de Peshawar, en el noroeste de Pakistán, causó la muerte de al menos 49 personas, entre ellos siete niños. Otras cien resultaron heridas. La policía sospecha que la matanza fue provocada por un atacante suicida, que hizo estallar la carga explosiva de su vehículo cuando se acercó a él un autobús de pasajeros que circulaba en las inmediaciones del bazar Khyber, el principal de la ciudad.

Ningún grupo armado reivindicó el atentado, pero el ministro del Interior paquistaní, Rehman Malik, declaró que "todos los caminos conducen a Waziristán Sur", feudo de las milicias talibán-paquistaníes, en el noroeste del país. "Una cosa está clara, estos asesinos a sueldo a quienes llamamos talibanes tienen que ser tratados aún con más severidad", declaró ante la prensa en Islamabad. "Creemos que no nos queda otra opción que lanzar una operación en Waziristán Sur", añadió, sin precisar cuándo se llevaría a cabo.

El ataque de ayer es el sexto llevado a cabo en Peshawar en los últimos cuatro meses y el más grave registrado en Pakistán desde marzo. El país asiático ha sufrido en los dos últimos años 275 atentados que han causado unos 2.200 muertos, según un recuento de la agencia France Presse.

Después de algunas semanas de relativa calma tras la muerte el 5 de agosto del líder de los talibanes paquistaníes, Baitulá Mehsud, los ataques indiscriminados están sacudiendo de nuevo el país. El Ejército paquistaní mantiene varias operaciones contra los insurgentes en diversas áreas del noroeste de Pakistán como el valle de Swat, en donde lanzó una ofensiva lanzada a fines de abril.

Más de 1.700 integristas y unos 200 soldados, según cálculos del Ejército, han fallecido en esa ofensiva. Además de las operaciones del Ejército paquistaní, aviones no tripulados de las fuerzas de Estados Unidos destacadas en Afganistán lanzan ataques regulares con misiles contra feudos de los talibanes.