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Entrevista:VOLODOMIR OGRIZKO | Ministro de Exteriores de Ucrania | El futuro de la OTAN

"La entrada de Ucrania en la OTAN no va en contra de Rusia"

Pilar Bonet

Ucrania está en una "zona gris" de seguridad, pero si ingresa en la OTAN, ese territorio hoy indefinido "ampliará el espacio de la seguridad europea con una superficie [603.700 kilómetros cuadrados] mayor que Francia", según declara el ministro de Exteriores ucranio, Volodomir Ogrizko, en una entrevista en vísperas de la cumbre de la Alianza en Bucarest.

Los dirigentes de Ucrania, al igual que los de Georgia, quieren que su país sea admitido como candidato y se incorpore al MAP (membership action plan) de la OTAN en la cumbre de Rumania. Les apoya el presidente George Bush, que llegó anoche a Kiev para una visita oficial de un día.

Públicamente ningún líder ucranio apunta hacia Rusia como eventual amenaza. Pero al enumerar los puntos débiles de su seguridad nacional, los artífices de la política exterior de Kiev miran hacia el Este y Ogrizko no es una excepción. "En 1991 teníamos un Ejército de 1,2 millones de personas y hoy tenemos 200.000. Nuestro potencial nuclear era el tercero del mundo y renunciamos a él, pero no tenemos nuestra frontera demarcada ni con Bielorrusia ni con la Federación Rusa. Nuestra frontera no está delimitada ni en el mar de Azov, por el estrecho de Kerch, ni por el Mar Negro", señala. Y agrega: "Hoy no tenemos cómo defendernos. Por eso debemos encontrar la forma de seguridad más aceptable, y esa es la OTAN, una comunidad de países civilizados que no amenaza a los países democráticos". Iniciar el proceso de ingreso en la Alianza es "un estímulo para nuestro desarrollo interno y garantiza nuestra seguridad y nosotros ampliamos el espacio de la seguridad europea".

"Nosotros ampliamos el espacio de la seguridad europea"
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"Rusia colabora con más intensidad que Ucrania con la OTAN y no tiene problemas para garantizar su propia seguridad. Así que no creo que en la conjunción de Rusia y la Alianza en Ucrania pudiera darse una temperatura especialmente alta. La temperatura [en el cuerpo de la OTAN] será siempre la misma -36,6 grados- y todos estaremos sanos", afirma el ministro.

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Moscú se opone al ingreso de Kiev en la OTAN. Ucrania, explica Ogrizko, ha propuesto a los dirigentes rusos "mantener consultas sobre todos los temas que les preocupan y ha reiterado que el ingreso en la Alianza no va en contra de Rusia". "Les pedimos que nos presentaran la lista de problemas concretos que pueden preocuparles, pero por desgracia no hemos recibido respuesta a esa petición efectuada el verano pasado", dice. "A veces, se oye que si Ucrania ingresa en la OTAN se van a instalar bases militares extranjeras aquí, pero nuestra Constitución dice claramente que en nuestro territorio no puede haber bases extranjeras. Esta es una garantía de que en Ucrania no puede haber ni bases ni ningún sistema de defensa antimisiles". En la actualidad y hasta 2017 la flota rusa del Mar Negro tiene su principal base en Ucrania ( en la península de Crimea).

"Estoy seguro de que podremos encontrar comprensión mutua y que tendremos las mejores relaciones con Rusia", subraya Ogrizko, quien pone como ejemplo a Bulgaria, cuyo ingreso en la OTAN no impidió al presidente Vladímir Putin "firmar contratos de millones de dólares" allí. "¿Por qué va a ser Ucrania peor que Bulgaria?", inquiere.

Ucrania no ha reconocido la independencia de Kosovo y el ministro esquiva este asunto sensible. "Analizamos seriamente los aspectos jurídicos y regionales y mantenemos consultas con nuestros socios. El principal fin es regular este tema de forma definitiva, lo que no se ha logrado hasta hoy". Al analizar los motivos de Kiev para no reconocer a Kosovo, las respuestas varían. Las más oficiales se refieren a la solidaridad con Georgia, Moldavia y Azerbaiyán, países todos ellos con conflictos separatistas y socios de Ucrania en la GUAM (organización creada al amparo de Washington para buscar alternativas energéticas a Rusia). Hay también quien menciona la fragilidad de Ucrania e incluso la situación en Crimea, no por los rusos, que son mayoría allí, sino por los tártaros, que tras ser deportados por Stalin por colaborar con los alemanes en la Segunda Guerra Mundial, regresaron a la península durante la desintegración de la URSS. "Los tártaros tienen más hijos que los eslavos, aspiran a sus propias estructuras de gobierno y pueden convertirse para Ucrania en un problema muy parecido al de Kosovo para Yugoslavia", según el diputado Leonid Kozhara.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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