El epicentro de la revuelta en Atenas
El lugar donde cayó el joven Alexis se convierte en santuario de las protestas

Una marea de estudiantes de secundaria, nuevos protagonistas de la crisis griega, recorrió ayer el barrio de Exarjia de Atenas, donde se alza la Universidad Politécnica y donde el sábado se produjo el suceso que desató la violencia. La muerte del joven Alexandros Grigoropulos es ya un arma arrojadiza en manos de las principales fuerzas políticas de Grecia.
A las cinco de la tarde de ayer, cientos de chavales se agrupaban en una sentada alrededor del improvisado altar que se levanta en el paseo peatonal donde cayó abatido Alexis por el disparo de un policía, convertido en lugar de peregrinación de los jóvenes atenienses. Un montículo formado por ramos de flores, plantas, peluches y cartas -la pared de un edificio contiguo exhibe mensajes para Alexis escritos a mano en hojas de cuaderno- rinde homenaje al muchacho de 15 años muerto.
Es la única faceta amable de un territorio impenetrable, de un gueto dominado por el tráfico de drogas, donde vecinos a la antigua usanza -en especial jubilados y ancianos- sobreviven en edificios muy deteriorados. Pero Exarjia es también, sobre todo, la cuna de las protestas sociales que desde la dictadura militar (1967-1974) han sacudido Atenas. El 17 de noviembre de 1973, los tanques entraron en la Politécnica y masacraron a los estudiantes allí reunidos contra el Gobierno. Nunca se supo el número de víctimas mortales, aunque la versión más generalizada habla de 40.
La memoria de la resistencia alimenta la historia del barrio de Exarjia, aunque la cotidianidad deja poco espacio a la epopeya. Nikos Pirros, un jubilado vecino del barrio, se queja del repentino interés suscitado por el lugar: "Nadie ha venido en años a ver cómo vivimos y cómo se caen nuestras casas. Pero ahora todo el mundo habla de Exarjia y de Alexis, sobre todo los políticos".
El barrio es un modelo del deterioro en el centro de las grandes ciudades. La mayoría de los edificios son anteriores a la II Guerra Mundial; muchos están abandonados. "Hay tirones y broncas a menudo. Y muchos extranjeros", se lamenta Pirros. "El Ayuntamiento no hace nada por mejorar las condiciones de vida, Exarjia está abandonada", explica Yanis, que trabaja en la zona.
El partido conservador en el poder en Grecia, Nueva Democracia, acusó ayer a los socialistas de "instrumentalizar la muerte" del joven en beneficio propio. La oposición, a su vez, instó nuevamente al Gobierno a oír la voz de la calle, la misma que, según las encuestas, sitúa al Pasok como primero en intención de voto en caso de elecciones anticipadas.
Durante la mañana de ayer, media docena de comisarías de policía de Atenas fueron atacadas con piedras y, en un par de casos, con cócteles molotov, lo que obligó a intervenir a los antidisturbios. Según datos del Ministerio de Educación, 120 colegios e institutos permanecen bajo control de docentes y alumnos en todo el país. Las ocupaciones, que se prolongarán hasta la semana que viene, son otro de los quebraderos de cabeza del Gobierno, que se plantea desde hace días cómo acabar con esos focos de resistencia sin vulnerar las leyes. Según la legislación griega, escuelas, institutos y universidades son territorios donde las fuerzas del orden tienen prohibido entrar.

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