El espía que no creía en el secreto
Nicola Calipari había logrado también la liberación de las Simonas

No hay muchos policías que dejen buen recuerdo entre las prostitutas, los camellos y los pequeños delincuentes. Son menos incluso los agentes secretos que no creen en lo secreto. Nicola Calipari (Reggio Calabria, 1953-Bagdad, 2005) formaba parte de las dos categorías y era, además, adorado por sus compañeros y respetado por la prensa. Calipari era un hombre especial que murió de forma especial. Los italianos, que no le conocían, le han descubierto ya difunto, y le han rendido estos días un homenaje sincero y multitudinario.
Su carrera policial, en Génova, Cosenza y Roma, no tuvo nada de especial, salvo la humanidad, la humildad y el sentido común que le reconocen incluso quienes trataron con él desde el otro lado de la ley. Era licenciado en Derecho, lo que le permitió ingresar en la policía en 1979 como comisario a prueba, y ascendió lenta e ininterrumpidamente. Su paso por la oficina romana de Interpol le permitió asomarse al exterior, y esa experiencia le valió el nombramiento que cambió su vida: en 2002 dejó el empleo policial e ingresó en el Servicio de Inteligencia Militar, el Sismi, un organismo de historia tortuosa y no siempre leal al Estado, como jefe y fundador del Servicio de Operaciones Exteriores, una nueva unidad de élite bajo el mando directo de la Presidencia del Gobierno. Sabía dónde se metía. "Sé que el Sismi tiene una historia constelada de opacidad, de desviaciones institucionales, de intereses privados, de espionaje al servicio de los poderosos", declaró al diario La Repubblica. Pero no entró nunca en ese juego. Consideraba que los secretos servían "sólo a quien defiende sus intereses particulares, no a la seguridad nacional", y se negaba a generar secretismo: "Nuestra información debe circular todo lo posible", decía.
Muy pronto, en abril de 2004, tuvo que adentrarse en el laberinto iraquí para ejercer una función detestada por los aliados estadounidenses: la de negociador con secuestradores y pagador de rescates. En su primera aventura en Bagdad, para liberar a tres guardaespaldas italianos (un cuarto ya había sido asesinado), consiguió incluso, después de abonar el rescate, que las tropas estadounidenses fingieran un asalto y una liberación por la fuerza que permitió encubrir durante unos días la verdad. Las siguientes operaciones, que incluyeron la liberación de las cooperantes Simona Torretta y Simona Pari, la negociación (fallida) por el periodista asesinado Enzo Baldoni y el rescate de Giuliana Sgrena, tuvo que hacerlas de forma clandestina, sin infraestructura del espionaje italiano en Bagdad y sin cooperación de EE UU. Su principal apoyo eran los antiguos espías de Sadam Husein. "Es un error pensar que existen por separado los delincuentes comunes, la resistencia armada y el terrorismo, porque en el lío iraquí todos están mezclados y, a veces, una misma persona es las tres cosas a la vez", comentó el año pasado, tras el regreso a Roma de las dos Simonas. Nicola Calipari estaba casado y tenía dos hijos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- Nicola Calipari
- Terrorismo internacional
- Giuliana Sgrena
- Películas espías
- Secuestros terroristas
- Libertad prensa
- Guerra Golfo
- Irak
- Italia
- Películas
- Espionaje
- Acción militar
- Víctimas guerra
- Estados Unidos
- Europa occidental
- Oriente Próximo
- Política exterior
- Defensa
- Sucesos
- Asia
- Cine
- Gente
- Guerra
- Medios comunicación
- Conflictos
Últimas noticias
La exconcejal del PP de Navalmoral de la Mata que denunció al alcalde: “Ni se adoptaron medidas ni se ofrecieron soluciones”
Ca7riel y Paco Amoroso anuncian un parón en su carrera el mismo día en que iba a salir su nuevo disco: “Nos dejamos llevar por un nivel de éxito que no supimos manejar. Pedimos perdón”
Última hora de la actualidad política, en directo | 122 votantes de los 124 afectados por el robo en Correos ya han podido votar en Extremadura
Virginia Rivas, artista: “Podría trabajar en cualquier cosa para ganarme la vida, pero el arte siempre estaría ahí”
Lo más visto
- Los pagos del Gobierno de Ayuso a Quirón engordan con facturas de hace una década y sin pagar desde tiempos de Cifuentes
- El Supremo condena a ‘Okdiario’ y a Eduardo Inda por intromisión en el honor de Iglesias al acusarle de cobrar de Venezuela
- Más de 40 congresistas demócratas piden por carta a Trump que cese en sus “intentos de socavar la democracia en Brasil”
- La princesa Leonor realiza su primer vuelo en solitario como parte de su formación en el Ejército del Aire
- La Justicia archiva la causa contra una diputada del PSOE por pedir el voto en Facebook el día de las europeas




























































