_
_
_
_
_
El conflicto de Irak

El espionaje de EE UU cuestiona a Al Maliki

Los demócratas cargan contra el presidente Bush por comparar Irak con la guerra de Vietnam

Los legisladores en Washington tienen nueva munición para cargar contra el Gobierno iraquí de Nuri al Maliki. Un informe elaborado por las 16 agencias de información y espionaje de Estados Unidos plantea dudas sobre la capacidad de los dirigentes políticos iraquíes para unificar el país y alerta de ataques contra las fuerzas estadounidenses. "El Gobierno iraquí será más débil dentro de 6-12 meses", según el documento difundido ayer, un día después de que el presidente George W. Bush volviera a darle un espaldarazo público a Al Maliki. Los demócratas, que piden la cabeza del dirigente iraquí, consideran irresponsable que Bush hiciera el miércoles una analogía con Vietnam para justificar la permanencia de las tropas estadounidenses en Irak.

Más información
Ahora, a controlar las ONG
Bush no se retirará
El jefe del Estado Mayor estadounidense pedirá la retirada de la mitad de las tropas de Irak

El informe sugiere que Al Maliki no es el hombre adecuado para estar al frente del país. "Los líderes políticos iraquíes son incapaces de gobernar con eficacia", según el documento, titulado Perspectivas para la estabilidad de Irak, que reconoce, en todo caso, que buscar a un sustituto del primer ministro iraquí puede acabar paralizando todo el proceso. El informe concluye que el destino de Irak depende de la reconciliación y cooperación de chiíes y suníes, no sólo para gobernar, sino también para reducir la influencia de Al Qaeda en Irak.

El plan de la Casa Blanca para el país árabe -sumido en el caos desde que tropas de EE UU lideraran su invasión en marzo de 2003- tenía como objetivo crear un espacio político en el que las diferentes facciones (suníes y chiíes) resolvieran sus diferencias, y para ello se reforzó la presencia militar en Bagdad y al oeste de la capital. Aunque el informe reconoce avances en el campo de la seguridad, advierte de que el alto nivel de violencia sectaria plantea obstáculos a la reconciliación política.

"La ausencia de líderes clave está paralizando el debate político interno, ralentiza el proceso de toma de decisiones e incrementa la vulnerabilidad de Al Maliki para crear coaliciones", precisa el texto. Los servicios de espionaje confirman así la frustración expresada por Bush, mandos militares y legisladores en Washington.

Tanto demócratas como republicanos reconocen que se están logrando avances en seguridad. Pero los analistas anticipan que la artillería pesada se concentrará en el plano político de la nueva estrategia. Bush, pese a su frustración, sigue apoyando a Al Maliki y pide a los legisladores que no se entrometan en una decisión que compete al pueblo iraquí.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Para justificar la permanencia de las tropas, Bush metió el miércoles el dedo en la herida de la guerra de Vietnam, diciendo que una retirada de Irak provocaría miles de víctimas inocentes, e hizo referencia a las matanzas en Camboya.

Los historiadores, como Stanley Karnow, se echan las manos a la cabeza al escuchar esta asociación, porque dicen que es "engañosa" y evidencia el desconocimiento del presidente sobre las dos guerras y sus enemigos. A David Gergen, antiguo consejero presidencial, le surge una pregunta a partir de lo dicho por Bush: "Si aprendió tanto de la historia, ¿por qué nos metió en otra ciénaga?". Los veteranos de guerra, como el general retirado Paul Eaton, responsable de la formación de las fuerzas iraquíes entre 2003 y 2004, recuerdan que la de "Irak es una guerra civil basada en la religión, con la red terrorista Al Qaeda complicando las cosas". "El enemigo es diferente", remacha.

La respuesta demócrata no tardó en hacerse escuchar. John Kerry, veterano en Vietnam y oponente de Bush en las presidenciales de 2004, dijo que si el presidente quiere ensalzar las lecciones de Vietnam, "debe cambiar el curso ya". "Como en Vietnam, cada vez más soldados están siendo enviados a luchar y morir en una guerra civil que no podemos parar", remachó el demócrata. Jack Jacobs, coronel retirado, se opone a una retirada prematura de Irak, pero considera que lo único que tienen en común los dos conflictos es que se siguió una estrategia militar equivocada.

Los analistas políticos consideran que el discurso del presidente esconde un mensaje directo a los conservadores, para mantenerlos a su lado y evitar que den a los demócratas los votos que necesitan en el Congreso para poder esquivar el veto de la Casa Blanca a un calendario de retirada de las tropas de Irak.Sin embargo, el senador republicano de mayor rango en el Comité de Fuerzas Armadas de la Cámara Alta, John Warner, instó ayer a Bush a que anuncie el mes próximo una retirada inicial de tropas, como forma de espolear al Gobierno iraquí a que actúe. El senador de Virginia, que ya había pedido la destitución de Al Maliki, sugirió una retirada de unos 5.000 soldados para Navidad.

Bush saluda a un grupo de simpatizantes, el miércoles pasado, mientras sale del avión presidencial en Waco (Tejas).
Bush saluda a un grupo de simpatizantes, el miércoles pasado, mientras sale del avión presidencial en Waco (Tejas).AP

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_