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Entrevista:GEORGE W. BUSH | Presidente de EE UU

"No estamos ganando en Irak"

El presidente Bush habla sobre Irak, las elecciones y la inmigración

Respuesta. Un par de cosas antes de empezar. Obviamente, he estado pensando ? y hablando con mucha gente - sobre la forma de proceder en Irak y la forma de proceder en esta lucha ideológica. Quiero compartir con usted una idea que he tenido, y me inclino a creer que debemos incrementar nuestras tropas, el ejército, la infantería de Marina. He hablado sobre ello con el secretario [de Defensa Robert M.] Gates, y va a pasarse un tiempo hablando con la gente del edificio y regresará con una recomendación sobre cómo seguir adelante con esta idea. Quiero darle un poco de tiempo para asentarse. Así que abordaré esto después de consultarlo con él. Sólo quiero compartir eso con usted antes de empezar.

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Pregunta Está hablando sobre los soldados en Irak, y no...

R. No, estoy hablando sobre el tamaño total.

P. ... sobre el tamaño total del ejército. ¿Tiene una idea aproximada sobre cuánto...?

R. Voy a esperar al secretario Gates. Como le digo, tiendo a pensar que es importante y necesario hacerlo. El motivo es que es una reflexión precisa que esta guerra ideológica en la que estamos sumidos va a durar un tiempo, y que vamos a necesitar un ejército que sea capaz de mantener nuestros esfuerzos y ayudarnos a lograr la paz.

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P. Así que usted no ha tomado una decisión sobre el propio Irak, sobre qué hacer...

R. No, no lo he hecho. Y pasaremos más tiempo... El secretario Gates, como él mismo ha indicado, se dirigirá a la región en algún momento. He de hablar con él cuando regrese. Tengo más consultas con el equipo de Seguridad Nacional, que se asesorará con otras personas. Y voy a tomarme mi tiempo para asegurarme de que, cuando salga la política, el pueblo estadounidense vea que tenemos un nuevo camino para alcanzar un objetivo importante, que es un país que pueda gobernarse, mantenerse y defenderse a sí mismo.

Y una cosa que quedará clara es que quiero que el pueblo estadounidense sepa ? y que el pueblo iraquí sepa - que esperamos que el pueblo iraquí siga tomando decisiones difíciles y realizando el duro trabajo necesario para triunfar, y nuestra labor es ayudarles a hacerlo.

P. ¿Opina usted que estamos ganando en Irak?

R.Creo que una fórmula interesante que utiliza el general [Peter] Pace es que “no estamos ganando, ni estamos perdiendo”. Se han producido algunos acontecimientos muy positivos. Y si retrocedemos y observamos el progreso en Irak, bueno, es sorprendente: una democracia constitucional en el corazón de Oriente Próximo, lo cual es un hecho extraordinario en sí mismo.

Creo que el verdadero problema al que hacemos frente es la violencia sectaria, con la que debemos lidiar. Así que parte de mi evaluación política trata sobre cómo abordarla de un modo que luego permita al pueblo iraquí vivir en una sociedad más segura, de manera que el Gobierno pueda demostrar al pueblo lo que vale, diciendo: “Podemos ayudaros”. Y una de las principales funciones del gobierno es proporcionar seguridad a los ciudadanos. Nuestro trabajo consiste en ayudar a los iraquíes a proporcionar esa seguridad. Y presentaré un plan que nos permitirá alcanzar ese objetivo.

Por cierto, hay otras amenazas. Si lo piensa, es una guerra con múltiples frentes. Está la discordia chií en el sur; están los atentados suníes, buena parte de los cuales son obra de Al Qaeda. Muchos de ellos son ex baazistas y partidarios del régimen enfadados porque Sadam ya no está en el poder, y son una fuente de conflictos en la provincia de Al Anbar. Y tenemos una campaña muy sólida. El otro día dije algo a lo que, supongo, la gente no prestó demasiada atención, pero durante octubre, noviembre y la primera semana de diciembre, a consecuencia de nuestras acciones sobre el terreno, asesinamos o capturamos a casi 5.900 personas. Lo que pretendo decir con esto es que nuestros soldados y las tropas de la coalición están atacando en muchas zonas.

Y luego, el tercer ámbito del conflicto, uno que suscita mucha atención, como debe ser, es la violencia sectaria que se está produciendo en Bagdad. Entiendo perfectamente que tenemos que ayudar a los iraquíes a lidiar con eso. Así que mi idea es que muchas de nuestras sesiones estratégicas giren en torno a cómo abordar mejor este problema, y cómo ayudar mejor a los iraquíes a afrontarlo. Y todavía me queda más trabajo por hacer, y en su momento daré a conocer el camino que debe seguir el país.

P. Teniendo en cuenta los resultados de las elecciones, ¿aumentar el número de soldados en Irak es siquiera una posibilidad o una opción viable?

R.Sí, todas las opciones son viables.

P. ¿Teniendo en cuenta la voluntad política que hay ahí fuera?

R. Todas las opciones son viables. Creo que la gente quiere un par de cosas. Quiere ver a los demócratas y a los republicanos trabajar juntos para alcanzar un objetivo común, y quiere que ganemos en Irak. Mucha gente comprende que si abandonamos Irak, habrá consecuencias funestas, o dicho de otra manera, si nos vamos antes de acabar el trabajo. Hay algunos, bastantes, que no están satisfechos con los progresos que se han hecho en Irak y que esperan ver una estrategia distinta para conseguir una meta importante.

P. Pero los resultados de las elecciones dieron a entender que la gente quiere poner fin a la aventura en Irak. Ésa parecía ser la clara lección. ¿Qué muestras hay de que usted realmente esté escuchando ese parecer?

R. Yo quiero lograr el objetivo. Sé que los estadounidenses están muy preocupados por una amenaza externa, que reconocen que el fracaso en Irak envalentonaría a esa amenaza externa, y que esperan que esta Administración escuche al pueblo, y trabaje con los demócratas, con el ejército y con los iraquíes para idear un plan que nos permita lograr el objetivo. No hay demasiada gente que diga: “Salid ya”. La mayoría de los estadounidenses dicen: “Queremos alcanzar el objetivo”.

P. Pero hay mucha gente que dice: “Salgamos en una retirada gradual durante un periodo de tiempo determinado”.

R. Si pensaran... Si eso nos lleva a la victoria, hay que planteárselo seriamente. Y estoy estudiando todas las opciones y escuchando muy atentamente a muchas buenas personas que tienen distintas opiniones respecto a cómo actuar.

P. ¿Podemos volver a la fórmula del general Pace de que no estamos ganando ni perdiendo? El 24 de octubre, usted dijo: “Estamos ganando, no hay duda”. Y yo quisiera...

R. Sí, eso fue una muestra de mi convencimiento de que vamos a ganar. Mire, tengo cuatro circunscripciones con las que hablo de manera habitual: una es el pueblo estadounidense, cuya frustración con los progresos en Irak está justificada. Y esperan que el comandante en jefe y la gente de Washington apoyen a nuestros soldados. El respaldar a nuestros soldados no sólo implica un buen equipo, una buena paga o una buena vivienda; también significa un plan que ayude a alcanzar el objetivo.

La segunda es el enemigo. Todavía no he terminado.

P. Por supuesto.

R. El enemigo quiere saber si Estados Unidos sigue teniendo o no la voluntad de seguir comprometido en esta lucha ideológica. No cree que sea así. Eso es lo que dicen, y creo que eso es lo que piensan.

El tercer grupo con el que hablo son los iraquíes. Se preguntan si Estados Unidos tiene voluntad de ayudarles a conseguir sus objetivos. Eso es lo que se preguntan. Los líderes con los que he hablado se preguntan si sí o si no, qué significan las elecciones, qué significa la comisión Baker-Hamilton, o qué quiere decir el [ex] secretario [de Defensa Donald H.] Rumsfeld: eso es lo que se preguntan. Pero, en el fondo, están diciendo: “¿Van a abandonarnos de nuevo?”. Y ésa es una pregunta importante para la que ellos necesitan una respuesta, porque para que tomen decisiones complicadas y para que se arriesguen por la paz habrá que garantizarles que gozarán de apoyo. Es un grupo de gente que ha visto cómo se truncaban sus esperanzas en el pasado.

Y el cuarto grupo es el ejército. Nuestros soldados se preguntan si nuestro país les respalda, y sí lo hace. Se preguntan si la misión, el sacrificio y el duro trabajo que están realizando valen o no la pena. Y deben saber por el comandante en jefe que no sólo vale la pena, sino que les apoyo firmemente y creo que su trabajo llevará a la victoria. Eso es lo que creo.

De todos modos, sólo necesita saber que ésas son las personas con las que hablo cuando hablo. Y con usted, por supuesto. Usted es el filtro objetivo a través del cual mi... (Risas).

P. Sospecho que su mensaje sale. (Risas).

R. Sí quiero decir algo sobre la prensa. Espero que sea consciente de que, primero, disfruto con la relación, y segundo, sé que es vital para mi presidencia. Ustedes no pueden existir sin mí, ni yo puedo existir sin ustedes. Y por lo general respeto el duro trabajo que realiza la prensa. No respeto necesariamente cada palabra que escriben, pero aun así, respeto el hecho de que sean un grupo de gente que trabaja duro y busca la verdad. Y nos necesitamos mutuamente. Esa relación puede ser positiva o desconfiada y dañina. Y me esforzado mucho para que sea una relación positiva. Y pienso que lo es, en general, creo que lo es. No albergo malos deseos, y creo que ustedes tampoco.

P. Se lo agradecemos, y no cabe duda de que usted ha sido bueno para el negocio...

R. Bien. Eso es lo que hace la gente que toma decisiones, la gente que aprovecha el momento y toma decisiones para dar a los demás cosas sobre las que escribir.

P. Algunos de los que apoyan la guerra y a usted desde el principio han empezado a plantear públicamente la pregunta: ¿en realidad ha sido la idea lo que no ha salido muy bien, o ha sido su ejecución?

R. ¿La idea de...?

P. La idea de la guerra, para empezar, y la...

R. La verdad es que nunca he hecho esa pregunta. Creo que es justificable y necesaria. Es evidente que la guerra no... los resultados sobre el terreno no se han producido con la rapidez que yo esperaba, y parte de este proceso de revisión consiste en desarrollar nuevas estrategias y tácticas para poder acelerar el triunfo. A mí precisamente me gustaría ver a los soldados regresar a casa. Pero no quiero que vengan a casa sin lograr nuestro objetivo, porque comprendo lo que ocurre si hay un fracaso. Y voy a seguir repitiéndolo una y otra vez: creo que estamos en una lucha ideológica con la que nuestro país lidiará durante mucho tiempo.

P. ¿Puedo hacerle una pregunta sobre historia?

R. Sí.

P. El presidente Lincoln destituyó a varios de sus generales en la Guerra Civil hasta que encontró a Grant.

R. ¿Mirar a Abe es lo que ha motivado su pregunta?

P. ¿Por qué no ha relevado a ningún general? ¿El hecho de que no haya sido así indica que está satisfecho con la estrategia militar que han seguido?

R. Estamos evaluando la estrategia, porque no hemos logrado los resultados tan rápido como queríamos, que es precisamente lo que ha dicho el secretario de Defensa, por cierto. Y las cuestiones de la cadena de mando son asuntos que se propagan a través del Pentágono. Hay una clara cadena de mando a la que me adhiero, y me parece importante que el comandante en jefe haga justamente eso.

A menudo he hablado sobre lo importante que me parece confiar en la opinión del ejército cuando está ideando planes militares como asesores clave del presidente, contrariamente a cuando el presidente determina la táctica sobre el terreno, cosa que ha ocurrido en guerras anteriores. También me adhiero estrictamente a la estructura de mando.

P. ¿Pero no hay un momento en el que usted dice: “La fastidiamos con el número de soldados que necesitamos allí, la fastidiamos con las armas de destrucción masiva, y alguien tiene que pagar por ello”?

R. Se evalúa continuamente a los altos mandos, y yo apoyo esa evaluación constante. Y en la medida en que alguien crea que hay quien puede hacer un trabajo mejor, se plantearán esas recomendaciones.

P. Si analiza retrospectivamente las elecciones del mes pasado, ¿las ve estrictamente como un rechazo hacia Irak y el hecho de que no estemos ganando allí, o es también un juicio sobre su liderazgo en general?

R. Lo he dicho en mi rueda de prensa. Creo que no hay duda de que Irak ha sido un elemento importante en las elecciones. A la gente le inquietaba la falta de progresos. La guerra es difícil para el pueblo, sobre todo el pueblo estadounidense, que es muy compasivo. Cuando uno enciende el televisor y ve bombas y muertes, y lee sobre las decapitaciones o la violencia sectaria, Estados Unidos se inquieta. Y la gente se pregunta si tenemos o un plan que pueda tener éxito. Puedo entender ese grado de frustración.

En segundo lugar está la idea de que los votos de la gente en cierta manera se dieron por hechos. Tuvimos disputas éticas, y muchos indicios que decían que era hora... que la gente quería un cambio. Hubo muchos... Hubo alguien que utilizó las asignaciones económicas para enriquecerse; hubo sexo y toda clase de temas que enviaron el mensaje de que quizá había llegado el momento de dar a otro grupo la posibilidad de gobernar. También creo que la gente está harta del partidismo innecesario en Washington. Y lo hay en grandes dosis. Para algunos, cualquier toma de postura por parte de alguien es una oportunidad para atacar, y la gente está cansada. Hay algunas cuestiones importantes en las que debemos trabajar juntos.

Le diré que veo las elecciones como una oportunidad para decirnos a todos los que estamos en Washington: “Trabajemos juntos”. Eso es lo que quiere la gente. Podemos trabajar conjuntamente en temas como la energía, la inmigración o las reformas presupuestarias. Hay muchas cosas: la educación, la reautorización de [la ley educativa] No Child Left Behind [Que ningún niño se quede atrá]. Creo que existen algunas oportunidades maravillosas.

P. ¿Así que no cree que esté fuera del ámbito político con los demócratas que dominan en el Capitolio?

R. ¿Que ahora qué?

P. Que no ha quedado fuera del plano de la política nacional...

R. Más bien al contrario, más bien al contrario. El micrófono del presidente nunca ha sonado más alto para hablar de lo que considero importante. Pero resulta que lo que yo considero importante también lo es para los líderes demócratas: la seguridad energética, la reforma de la inmigración o la educación, y los republicanos del Capitolio coinciden. Así que mi tarea será hablar sobre grandes cuestiones en las que el pueblo estadounidense espera que trabajemos tanto republicanos como demócratas.

P. ¿En ciertos sentidos será más fácil con los demócratas? Hay algunos temas...

R. Creo que el proceso legislativo siempre es difícil desde la perspectiva de la rama ejecutiva. Son gente con una mentalidad bastante independiente. No importa quién esté al mando, tienden a adoptar algunas ideas del presidente, pero tienen las suyas propias. Y la tarea consiste en trabajar juntos con un espíritu colegial [sic] y constructivo para resolver algunos problemas importantes.

Hay otra cosa en la que también quiero trabajar, y son los derechos. Es una cuestión difícil, como ya sabe. La Seguridad Social se percibe como la tercera vía de la política estadounidense. Siempre he hecho campaña al respecto, las dos veces que me he presentado a la presidencia. He hablado sobre ello en el Discurso sobre el Estado de la Unión en todas las ocasiones. Es un tema del que el presidente tendrá que seguir hablando para convencer a la gente de que vale la pena correr el riesgo, el llamado riesgo político, de trabajar juntos y hacer algo. Y seguiremos haciéndolo. [El secretario del Tesoro Henry M.] Paulson tomará la delantera por nosotros y trabajará con miembros de ambos partidos.

Le diré algo: en una cuestión como ésta, a menos que el presidente lo intente, no ocurrirá nada. Sin la implicación presidencial, no pasará nada. Así que tenemos una posibilidad, y voy a trabajar en ella. Sé que la tarea del presidente es decir: “Esto es importante para el futuro del país. Trabajemos juntos”.

Sí señor.

P. Precisamente sobre ese punto, ¿está dispuesto a sentarse con los demócratas en una comisión que ponga todas las opciones acerca de la Seguridad Social sobre la mesa? No sólo reducciones y prestaciones, no sólo cuentas privadas, sino también algún aumento de los ingresos y los impuestos?

R. No veo cómo se puede avanzar sin que la gente se sienta cómoda poniendo ideas sobre la mesa. He dejado claro que tengo una vía que lo puede conseguir, y quiero escuchar las opiniones de otros. Y eso es lo que Hank Paulson esta diciendo tanto a republicanos como a demócratas. Será muy importante que la gente crea que puede ser un debate pleno y amplio sobre cómo avanzar.

P. Y, concretamente, ¿se pondrá sobre la mesa una subida de impuestos?

R. Concretamente las cuentas personales, y todo lo que los demócratas crean que va a funcionar también.

P. Ellos hablan de subidas de impuestos.

R. Que lo hagan, está bien. Pueden venir a la mesa y hablar sobre ello. Yo he propuesto un camino que no requiere un aumento de los impuestos. Sin embargo, estoy deseando escuchar sus opiniones.

P. Pelosi [la portavoz entrante de la Cámara] ha identificado seis o siete cosas que quiere que la Cámara haga en las primeras 100 horas. ¿Puedo pedirle su opinión sobre los puntos principales de todo esto?

R. No (Risas).

P. Un aumento del salario mínimo: ¿en general está a favor o en contra?

R. En general a favor. Pero no, la respuesta es no, no puede. (Risas).

Mire, en eso consiste el reto. El reto es averiguar específicamente qué tienen en mente y explicarles los ámbitos en los que podemos trabajar juntos y en los que no. Estoy satisfecho con nuestra ronda inicial de conversaciones. Entiendo perfectamente que vayan a plantear esto; lo han dejado muy claro. Y quiero trabajar con ellos en temas en los que podamos encontrar puntos en común.

P. Ha mencionado usted la inmigración. ¿Prevé apoyar un acuerdo...?

R. Ahora me está haciendo negociar conmigo mismo...

P. No, no, no. Pero todo esto es una política...

R. Es lo mismo que está intentando él. (Risas). Es una estratagema clásica. (Risas).

P. Se trata de su política, de si prevé un acuerdo en el que coincida con los demócratas y que no goce necesariamente de un apoyo mayoritario entre los republicanos...

R. ¿Recuerda el discurso que pronuncié aquí mismo, en el Despacho Oval?

P. Recuerdo varios.

R. El que trataba sobre la inmigración. Di un largo discurso al país desde el Despacho Oval, en hora de máxima audiencia, sobre cómo pensaba que debíamos avanzar en materia de inmigración. Todavía lo creo firmemente. Y espero que el Congreso se una a mí para elaborar un proyecto de ley exhaustivo, y espero que una mayoría de ambos partidos lo secunde.

P. Hastert [el ex portavoz de la Cámara] tenía la política de no presentar un proyecto de ley que no contara con un apoyo mayoritario de su grupo. ¿Es importante para usted, que goza de un apoyo mayoritario de las asambleas republicanas?

R. Me interesa aprobar un proyecto de ley exhaustivo, porque creo que es vital para solventar las presiones que sufrimos en nuestra frontera.

Una de las cosas interesantes, si observa las recientes acciones que ha emprendido el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, es que hay mucha gente que utiliza documentos falsos para desempeñar trabajos que los estadounidenses no realizan. Mi actitud es que debería haber un sistema para que la gente venga a este país de manera temporal y cubra esas vacantes de una manera abierta, transparente, y que no genere un negocio de contrabando boyante que está ganando dinero, un negocio de alojamiento que es ilegal, y un negocio de falsificación de documentos que sin duda está en marcha.

Hay mejores maneras de tratar a la gente, y mejores maneras de lidiar con el problema de encontrar trabajadores para empleos que los estadounidenses no quieren, de cubrir puestos temporalmente. Y, por tanto, eso por sí solo aliviará la presión de nuestra frontera. En otras palabras, si la gente cree que puede venir de manera temporal y legal, no tendrá que colarse, lo cual suprime este tipo de sector clandestino que ha aflorado.

Lo que le quiero decir con todo esto es que lo que dará más seguridad a nuestras fronteras es una reforma exhaustiva del sistema de inmigración. Creo firmemente que es importante, y estoy deseando trabajar con gente para encontrar una vía. Me resulta difícil predecir la dinámica sobre cómo gestionará el Congreso el proyecto de ley de inmigración. A lo que me refiero es que me parece vital y necesario, y éste es un ámbito en el que podemos trabajar juntos para conseguirlo.

P. Quisiera volver a su primera afirmación, porque me gustaría ampliarla un poco. Ha hablado sobre el tamaño del ejército. Colin Powell decía en un programa dominical que el ejército está a punto de desbaratarse. ¿Cree que eso es cierto y, de ser así, se siente responsable de ello?

R. Ya lo escuché. Hemos estado transformando nuestro ejército para que sea más ligero, letal y fácil de trasladar, y esa transformación ha sido muy importante. Segundo, hemos estado modificando nuestra postura de fuerza en todo el mundo para reflejar las amenazas del siglo XXI, y ésa ha sido una reforma muy importante.

También creo que las recomendaciones que he oído de fuera de nuestro Gobierno, y de algunos dentro del Gobierno ? sobre todo en el Pentágono - de que debemos pensar en ampliar nuestra estructura de fuerza tiene sentido, y trabajaré con el secretario Gates para hacerlo. Gates volverá y me informará....

P. ¿Pero nuestro ejército está prácticamente desbaratado o no?

R. Quienes lo sabrían mejor son la gente del Pentágono. Yo no he escuchado la palabra “desbaratado”, pero sí la palabra “estresado”. Mis peticiones presupuestarias reflejarán lo que muchos miembros del Congreso y el Pentágono han estado diciendo: que necesitamos restaurar nuestro ejército. No cabe duda de que se ha utilizado mucho al ejército. Y la pregunta esencial es si los republicanos y los demócratas serán capaces de trabajar con la Administración para garantizar a nuestro ejército y al pueblo estadounidense que posicionaremos a nuestro ejército de modo que esté listo y pueda seguir participando en una larga guerra y en esta lucha ideológica.

P. ¿Puedo hacerle una pregunta sobre su ciudad?

R. Última pregunta. Sí, ¿cuál de ellas: Crawford, Midland, Houston, Dallas o Washington?

P. Washington. ¿Apoyaría un proyecto de ley que diera a los residentes del distrito de Columbia un voto en la Cámara de Representantes?

R. Ésta es una pregunta de Fletcher, ésta es una pregunta de Fletcher.

P. No está preguntando sobre una cuestión en concreto. Estamos preguntando por su visión general sobre...

¿Deberían los residentes del distrito de Columbia tener voto en la Cámara?

R. Veré lo que propone el Congreso. Estudiaré atentamente lo que proponga el Congreso.

P. ¿Pero cuál es su visión filosófica al respecto? Porque hemos ido a Irak a ofrecer libertad al pueblo iraquí, y la gente de este país...

R. Lo entiendo. Está intentando hacerme opinar sobre una legislación concreta que podría llegar, y yo espero trabajar con el Congreso en ese sentido.

P. En realidad le estoy pidiendo que opine ...

R. Ésa es mi respuesta. (Risas).

P. ... respecto a la filosofía general sobre ...

R. Sé sobre qué me está pidiendo que opine, y mi respuesta es que veré lo que propone el Congreso.

P. ¿Tiene razón el vicepresidente Cheney? ¿Cree que Rumsfeld ha sido el mejor secretario de Defensa?

R. Creo que ha sido uno de los mejores secretarios de Defensa, y he dicho que se han producido cambios políticos más profundos bajo su liderazgo que en cualquier otro momento desde la formación del Departamento de Defensa.

R. Gracias.

Traducción de News Clips

George W. Bush, ayer durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca.
George W. Bush, ayer durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca.REUTERS

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