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GUIDO WESTERWELLE | Elecciones en Alemania

El eterno aspirante

El candidato liberal Guido Westerwelle ya ha perdido en dos ocasiones la posibilidad de entrar en el Gobierno. En 2002, con la reelección de Gerhard Schröder y, hace cuatro años, con la gran coalición que preside Angela Merkel. Hoy se la vuelve a jugar y tiene buenas cartas: la canciller ha insistido hasta la saciedad en su preferencia por el FDP para gobernar en la próxima legislatura. Westerwelle, de 47 años, acaricia la vicecancillería y el ministerio de Exteriores.

El FDP es el partido que más tiempo ha pasado en Gobiernos alemanes, en diversas coaliciones con democristianos y socialdemócratas. En 2001, Westerwelle asumió la presidencia del partido y lideró una deriva neoliberal. Apareció entonces en la versión alemana de Gran Hermano y recorrió el país en un vehículo de 18 metros al que llamaba Guidomóvil. Decía aspirar al 18% de los apoyos en 2002. Estas frivolidades y la demagogia antiisraelí de su entonces segundo, Jürgen Möllemann, a quien Westerwelle no supo o no quiso controlar, depararon al FDP el 7,4% de los votos. Ya sin Möllemann, el FDP obtuvo en 2005 un 9,8%.

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Westerwelle lleva su partido con mano de hierro. Sus segundos son casi unos desconocidos. Ha cambiado de estrategia y ahora se postula como adalid de las clases medias. Su partido ha rescatado la vocación liberal de defensa de los derechos y las libertades. La torrencial elocuencia de Westerwelle, sin embargo, a menudo no renuncia a un toque demagógico respecto a la inmigración o "los vagos" que, dice, prefieren el auxilio social al trabajo.

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