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El eterno aspirante al poder

Alassane Ouattara, formado en EE UU, es el presidente reconocido por la comunidad internacional

Alassane Ouattara, de 69 años, es doctor en Economía por la Universidad de Pensilvania y fue alto funcionario del Fondo Monetario Internacional (FMI). Es el presidente, electo en 2010, que reconoce la comunidad internacional, pero tiene que vivir en un hotel protegido por soldados de la ONU en Abiyán.

Musulmán y educado en EE UU, fue primer ministro entre 1990 y 1993 bajo el régimen de Félix Houphouët-Boigny. El presidente lo reclutó para sanear la economía por su perfil de tecnócrata. Pero cuando murió su mentor, empezó a mostrar ambiciones políticas.

Tiene reputación de trabajador, y de buscar la transparencia y el buen gobierno, aunque sus detractores critican que está demasiado occidentalizado, y le acusan de estar detrás del intento de golpe de Estado de 2002 contra Laurent Gbagbo, algo que él niega.

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Tanto Gbagbo como Henri Konan Bédié, que sucedieron a Houphouët-Boigny en el poder, torpedearon sus aspiraciones electorales. Lo acusaron de no ser un auténtico costamarfileño por su ascendencia de Burkina Faso. Espolearon una ola de recelo y xenofobia hacia los inmigrantes que llegaban de países más pobres, como Burkina Faso o Malí, atraídos por la prosperidad de la industria del cacao. Bédié incluso cambió la Constitución para que solo pudieran ser candidatos los hijos de padres nativos del país. Ouattara no pudo presentarse en 1995 ni en 2000. En 2002, partidarios de Gbagbo tirotearon su casa y se refugió en la Embajada alemana.

El caso de Ouattara es el máximo exponete de la marginación que sufre el norte del país, mayoritariamente musulmán, donde se han instalado además muchos inmigrantes de los países vecinos. El sentimiento xenófobo también espolea a los partidarios de Gbagbo, que tras la victoria de Ouattara en las elecciones presidenciales de noviembre, no asumen que una figura demonizada por los medios de comunicación estatales como un extranjero y títere de Francia, la antigua potencia colonial.

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El presidente reconocido internacionalmente de Costa de Marfil, Alassane Ouattara, el mes pasado en Addis Abeba.
El presidente reconocido internacionalmente de Costa de Marfil, Alassane Ouattara, el mes pasado en Addis Abeba.SIMON MAINA (AFP)

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